Thomas L. Friedman es columnista habitual en el New York Times, ganador tres veces del premio Pulitzer.
El pasado lunes publicó un análisis, que como es habitual en sus piezas, se colocó en portada, donde se afirmaba que «existe una profunda desconfianza» entre la administración de Joe Biden y el presidente Ucraniano Zelenskiy.
“En privado, los funcionarios estadounidenses están mucho más preocupados por el liderazgo de Ucrania de lo que dicen”. “Existe una profunda desconfianza entre la Casa Blanca y el presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky, mucho más de lo que se ha informado.” Señala el artículo que puede leerse aquí.
El autor analiza el comportamiento de la Administración norteamericana, que «no quiere ver» lo que puede haber dentro del gobierno ucraniano. “Es como si no quisiéramos mirar demasiado de cerca debajo del capó en Kiev por temor a la corrupción o las payasadas que podamos ver, cuando hemos invertido tanto allí”.
El artículo que fue publicado el lunes, se redactó antes de que Pelosi aterrizara el martes en Taiwán. Pero precisamente estaba escrito advirtiendo de lo «imprudente, peligrosa e irresponsable» que sería la decisión que finalmente Pelosi ha tomado.
¡Qué novedad! Los de los ucro-nazis encabezados por su payaso Zelensky son unos ladrones, además de asesinos. Mientras jovenes ucranianos mueren en la guerra, el delincuente Zelensky y su combo se enriquecen; no pasa nada, cuando acabe la contienda tendrán refugio o asilo en Israel, el payaso es sionista. ¡Pobre juventud ucraniana, pobres madres!.