PP y Vox condenan a la deportación a decenas de niños inmigrantes

Una de las medidas que PP y Vox guardan en su “agenda oculta” tras suscribir el acuerdo de Gobierno en Andalucía es acelerar el proceso de repatriación de los niños y adolescentes que llegan solos a España en las pateras. Se trataría de devolver cuanto antes a los menores a sus países de origen, una medida que chocaría directamente contra las directivas europeas y los convenios internacionales para la defensa de la infancia firmados por España. Estos tratados que desarrollan la Declaración Universal de Derechos Humanos consideran “inexpulsables” a los niños inmigrantes.

Desde el año 2012, las fuerzas de seguridad del Estado vienen detectando que las mafias que se dedican al tráfico de personas en el Estrecho de Gibraltar envían a menores solos en las pateras o incluso a bebés lactantes acompañados de mujeres adultas que en realidad no son sus madres. Entre los guardias de fronteras se conoce a estas mujeres como “madres postizas”, inmigrantes que se sirven de los niños para que, una vez pisado suelo español, no puedan ser expulsadas de territorio nacional. También conviene recordar que cada vez más mujeres llegan embarazadas a España. El último caso se ha registrado hace apenas unas horas en Motril, donde una inmigrante ha roto aguas en su dramática travesía en patera.

El tortuoso viaje a España de estos niños casi siempre acaba convirtiéndose en una pesadilla. Tras cruzar desiertos, viajar escondidos en camiones, sobrevivir a la guerra y las mafias, sortear peligrosas travesías y saltar vallas, los niños y niñas migrantes son sometidos a tratos y pruebas “indiscriminadas” por parte de las autoridades, que a menudo pretenden quitarse de encima su deber de protección respecto a los menores, tal como establece la legislación internacional vigente.

Cabe recordar que los convenios internacionales protegen los derechos tanto del adulto que llega a España acompañado de menores como de los propios niños. Todos ellos gozan de especial amparo al ser considerados “inexpulsables” y deben ser atendidos con todas las garantías que ofrece un Estado de Derecho: atención sanitaria, hospedaje y manutención suficiente para que puedan sobrevivir mientras se regulariza su situación.

Sin embargo, en la práctica esto no ocurre así, ya que el sistema de acogida español se ha visto desbordado en los últimos años y no presta la asistencia debida a estas personas. Numerosas familias con hijos, sobre todo subsaharianas, terminan vagabundeando por las calles –cayendo en el limbo jurídico– y los menores que llegan solos a España son internados en centros especiales que no reúnen las condiciones adecuadas. Al final, no pocos niños deciden fugarse de estos recintos cuasi penitenciarios y acaban cayendo en la mendicidad o en la explotación infantil.

En 2017, al menos 2.417 menores llegaron a nuestro país, lo que supone un aumento del 60,4% con respecto al año anterior, según la oenegé Save the Children, que precisa que la mayoría de estos niños y adolescentes son de nacionalidad marroquí y argelina. Así, la organización estima que actualmente hay unos 6.414 menores extranjeros no acompañados bajo tutela del Estado. Es decir, antes de decidir si la vuelta con sus familias es lo más recomendable, es preciso garantizar que cada caso se estudiará de manera individual para asegurarse de que estos niños estarán seguros si finalmente se produce el retorno.

La cruel solución que propone la agenda oculta de PP y Vox no es otra que acelerar los trámites de expulsión para que estos niños regresen cuanto antes con sus familias a sus países de origen. El problema es que en la mayoría de las ocasiones se trata de huérfanos que han perdido a sus padres y que no tendrán a nadie en ese supuesto “regreso al hogar”. Y no lo tendrán porque ese hogar que se imaginan los líderes del PP y Vox sencillamente no existe y lo que sí existe es un infierno de miseria, hambre y guerra. Cientos de niños serán condenados a ese terror si llega a aplicarse el pacto secreto de las derechas con la connivencia de Ciudadanos. Finalmente, tras regresar a sus localidades de origen en países del tercer mundo, lo que les espera es el abandono en las calles, la explotación a manos de las mafias o la prostitución infantil.

Sobre la acogida de los niños que llegan solos a Andalucía, la oenegé Save the Children ha recordado que los menores migrantes deben gozar de una “especial protección” porque así lo obliga el cumplimiento de nuestra legislación, remarcando que la devolución, tanto en caliente como a corto plazo, es “completamente ilegal”.

En general, las oenegés especializadas han respondido alarmadas ante la supuesta propuesta de PP y Vox. La idea de que se pongan sobre la mesa medidas para “priorizar” la deportación de menores atentaría contra los derechos humanos. Un niño migrante solo puede ser repatriado si responde a su “interés superior” y siempre que se le pueda ofrecer una protección adecuada.

Save the Children, que ha presentado su informe Los más solos, ha denunciado los “fallos” y “obstáculos” del sistema de acogida, protección e integración de niños y adolescentes migrantes que llegan solos a España. De hecho, señala que nuestro país “no está preparado” para acoger a los menores y garantizar sus derechos. Este informe asegura que a pesar de que la situación de los niños es la más vulnerable en “un contexto de riesgos y peligros, España ha establecido un sistema que intenta negarles una y otra vez la posibilidad de disfrutar de los derechos y tratos que les reservamos a los demás ciudadanos. A su solicitud de protección les ofrecemos desamparo, a su petición de estabilidad les contestamos con precariedad y a sus sueños de bienestar les brindamos invisibilidad y exclusión. Frente a su necesidad de autonomía, les sometemos a un sistema que les niega oportunidades y desarrollo personal”. La respuesta que prepara el ‘trifachito’ para todos ellos es la culminación de un sistema injusto y discriminatorio: la deportación. Como en los peores tiempos del totalitarismo nazi.