A lo largo de los últimos años venimos asistiendo a un ataque de los derechos sociales, culturales y económicos por parte del Partido Popular que se ha manifestado en un retroceso en materias de vivienda, sanidad o educación entre otros. Quien dice últimos años habla del origen y de que la derecha de este país nunca ha valorado ni defendido la educación fundamentada en la libertad de pensamiento. Muy al contrario, todavía notamos las consecuencias de una educación franquista y católica que acabó con los avances contra el analfabetismo conquistados por la segunda república. Así es, mi bisabuela era una mujer de campo, pero sumamente culta y amante de la palabra escrita. Mis abuelos, en cambio, aunque amantes también de la cultura, no tuvieron la suerte de disfrutarla en la misma medida. Sufrieron la post guerra en todo su esplendor. Pero no nos remontemos a tanto. Bien es sabido que la cultura y la educación son oro, y su control por las élites ha determinado el sometimiento de los pueblos a lo largo de la historia.

Volvamos a la actualidad, al neoliberalismo rancio que venimos sufriendo. Digo rancio porque ¡qué maravilla! Tenemos un neoliberalismo enraizado en los antecedentes franquistas de sus defensores, un neoliberalismo católico, apostólico y romano y un gobierno cuyas políticas públicas atienden a ambos fines: al negocio y a la ideología conservadora. Lo que no queda tan claro es cual de ellos tiene prioridad, si bien, lo cierto es que cuando han privatizado, desahuciado y privado de derechos a la ciudadanía, cuando han blindado a los bancos, no lo han hecho como ultima ratio, ni con todo el dolor del alma, ni a consecuencia de la crisis, sino porque era aquello en lo que creían.Aunque hubiéramos tenido una economía próspera, hubieran privatizado lo mismo, porque no creen en los bienes públicos ni en los derechos sociales y económicos. Esperanza Aguirre no tuvo ningún problema en recortar esos derechos en la medida en que su cargo como presidenta de la comunidad la capacitó para ello, aunque la crisis aún no hubiera llegado.

Pero lo que hoy quería intentar dilucidar es cuál es el fin fundamental de nuestro gobierno, si privatizan porque no creen en los derechos socioeconómicos, o si no creen en estos derechos porque les fastidia el negocio. Porque de verdad empiezo a pensar que sus políticas son puro y simple egoísmo a costa de nuestros derechos.

Las medidas políticas que el gobierno de Rajoy ha venido desarrollando bien podrían dividirse en dos categorías:

  1. aquellas que han servido para socavar la democracia y nuestros derechos fundamentales y
  2. aquellas que se han llevado a cabo para beneficiar a empresas amigas y hacer negocio.

 

Establezco estas dos categorías, pero es cierto que, con suma habilidad, han ido conquistando ambos objetivos en cada uno de sus actos e indistintamente. Por ejemplo, la ley mordaza, así a priori, podríamos decir que tenía como fin el limitar el derecho a la libertad de expresión, pero también es cierto que desde su entrada en vigor se han recaudado una media de 6 millones de euros por comunidad autónoma gracias a su aplicación.*

¿Por qué me hago todo este planteamiento? Porque me ha sorprendido conocer la noticia de que los populares han reconocido su error al erradicar la filosofía de las aulas, según sus propias declaraciones, si bien estableciendo como línea roja la educación concertada. Qué cosa mas rara, a todos nos ha dejado perplejos. Y mi mente, recurriendo a ese dicho de “piensa mal y acertarás” se ha puesto a trabajar intentando entender esta novedad de su gestión.

En su momento, atacaron la filosofía, las letras y las artes en general por eso que comentaba al principio de que la cultura nos hace libres, conscientes de que un pueblo ignorante es un pueblo fácil de controlar y que un pueblo instruido es un pueblo libre, mentes críticas con una oportunidad de no ser masa irracional y manipulable.

En cambio desde la concepción neoliberal de la educación, lo que se fomenta no son personas libres e iguales. La idea de la excelencia y la limitación del acceso a una educación pública y de calidad fomenta individuos cuya individualidad se manifiesta en la competitividad, el elitismo y el conformismo.

Se primaron las matemáticas y las ciencias por encima de la filosofía o el arte porque necesitan personas manipulables pero útiles. Quieren calculadoras humanas, mano de obra barata, que sepa llevar a cabo sus tareas con eficacia, que mantenga la productividad económica sin reclamar derechos laborales.

Entonces, ¿por qué han resucitado la filosofía en su política educativa? Perdonen mi cinismo y escepticismo. Quizás hayan comprendido verdaderamente la importancia de la filosofía en las aulas de cara a formar al futuro de la sociedad. Quizás… Sin embargo, no se por qué, algo me dice que hay un objetivo más político y menos altruista en esto. Quizás quieran acallar las protestas sacrificando su fin ideológico al devolver la filosofía y dándole prioridad al negocio, línea roja personificada en la educación concertada, cuya financiación, al contrario que la pública, no ha hecho más que aumentar desde la crisis. Aunque, bien pensado, financiar a colegios del Opus Dei es otra manera de formar esclavos del sistema, obedientes católicos neoliberales que no crean en los derechos socioeconómicos sino en la caridad cristiana. Desde luego esta gente no da puntada sin hilo.

Lo más gracioso es que se escuden en el artículo 27 de la Constitución (el derecho a la enseñanza) para proteger esa educación concertada. Pues majetes, el derecho que la constitución garantiza a la enseñanza empieza por garantizar el acceso de la misma a todos los ciudadanos, algo que se ha vulnerado, entre otras cosas, con la subida de tasas. Además, hace falta que la enseñanza básica que se proporcione sea de calidad, algo que también se vulnera al priorizar la enseñanza concertada por encima de la pública en materia de recursos. Me parece importante resaltar que el artículo también alude a la función de la educación como medio para el “pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y derechos y libertades fundamentales”.

Si de verdad os parece prioritario respetar este precepto constitucional tendría más sentido incrementar los recursos con que se dota a la enseñanza pública y que ésta sea diversa y garantice en sí misma ese derecho a la libertad de enseñanza. Igual deberíais darle una vuelta al artículo 27 de la CE y replantearos cual es la mejor forma de garantizarlo.

A ver, igual yo soy una paranoica… Y la derecha de verdad es la que mejor gestiona la economía siempre, y no les ha quedado más remedio que recortar nuestros derechos para que no se derrumbe el sistema y tal… Pero sinceramente, con independencia de sus fines, preferiría que se derrumbara el sistema a vivir en un sistema injusto y contrario a nuestros derechos fundamentales.  


 

*datos sobre las cifras de recaudación por la Ley de Seguridad Ciudadana:

 

http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/castellon/ley-mordaza-deja-2-5-millones-euros-multas-ano-medio_1069132.html

http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/castellon/ley-mordaza-deja-2-5-millones-euros-multas-ano-medio_1069132.html

http://www.laopinion.es/canarias/2017/05/15/hacienda-recauda-11-millones-euros/775513.html

http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/ley-mordaza-deja-7-7-millones-euros-multas-ano-medio_1198434.html

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Inés Moreno (Alcalá de Henares, 1992) Graduada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en Derecho Internacional Medioambiental por Háskóli Íslands (Universidad de Islandia). Ha desarrollado su actividad investigadora entorno a la gobernanza global y los derechos humanos de tercera generación. Activista de Amnistía Internacional España de 2011 a 2015. En su actividad literaria colabora con la editorial Playa de Ákaba con la que ha publicado su primer poemario, Akasia.

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