Uno de los asistentes a la manifestación armado con un rifle de francotirador

En pleno día de conmemoración de la figura de Martin Luther King, asesinado en Memphis por un francotirador que le voló la cabeza mientras saludaba desde el hotel Lorraine, los intransigentes fanáticos defensores de las armas se manifestaron por las calles de Richmond (Virginia).

Más de 50.000 personas se concentraron para reivindicar el derecho constitucional de portar armas y para exigir la retirada de las medidas más restrictivas propuestas por el gobernador demócrata del Estado de Virginia, Ralph Northam.

Varios miles de los manifestantes se presentaron armados con escopetas, pistolas, rifles, ametralladoras cortas y rifles de asalto. Muchos de ellos acudieron vestido con ropas militares o de caza. La violencia de la reacción de una parte de los habitantes de Virginia a la democrática propuesta de restricción de armas por parte del gobernador demócrata provocó que se declarara el estado de emergencia para evitar enfrentamientos o que entre los manifestantes se colaran miembros altamente violentos como, por ejemplo, los supremacistas de la Hermandad Aria u otras organizaciones con gran arraigo en los Estados del sur.

La manifestación fue convocada por la Liga de Defensa de los ciudadanos de Virginia, una organización que se opone frontalmente a cualquier ley que suponga un control de armas porque consideran que van en contra del derecho reconocido por la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, una enmienda que se aprobó en el siglo XVIII, pocos años después del fin de la Guerra de Independencia, y que tenía como fin que un país sin ejército regular tuviera siempre una milicia de ciudadanos preparada para defenderse de posibles invasiones extranjeras. El texto de la Segunda Enmienda lo dice muy claro: «Siendo necesaria una Milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar Armas, no será infringido». Es decir, que el texto constitucional utilizado para defender el derecho a portar armas estaba orientada a la seguridad nacional y no a la personal. Sin embargo, sigue vigente y en Estados Unidos mueren al año más de 35.000 personas por arma de fuego.

A pesar de todo esto, en la manifestación de Richmond, las personas armadas hasta los dientes no tenían reparos en afirmar que portar armas es «un derecho constitucional otorgado por Dios». Así, sin complejos, como el whisky DyC. La protección constitucional se les queda pequeña y ya recurren a la voluntad divina.

Por su parte, Donald Trump no tardó en reaccionar a través de Twitter, su verdadero centro de comunicación con el mundo, y apoyó a los manifestantes: «Su Segunda Enmienda está bajo un ataque muy serio en la Gran Comunidad de Virginia. Eso es lo que sucede cuando votas por los demócratas, te quitarán las armas. Los republicanos ganarán Virginia en 2020. ¡Gracias demócratas!».

1 COMENTARIO

  1. la paz tbn y antes
    de hecho si son biblicos, deberian perdonar 70 veces 7…
    pero no les da…
    en suiza tbn tiene la gente armas en casa, pero no pasa lo que pasa en USA
    por la educacion etc

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre