La Unión Europea lleva meses acusando al presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, de facilitar la afluencia de migrantes hacia las fronteras del bloque en represalia por las sanciones que ha recibido por el autoritarismo dictatorial en la represión de las protestas prodemocracia y la opresión a los líderes de la oposición. Diario16 ha publicado duros testimonios de opositores que confirman las acusaciones tanto de la UE como de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá.
El gobierno de Lukashenko rechaza que la presión migratoria sea una maniobra de su gobierno y señala que la UE viola los derechos de quienes buscan refugio.
Desde Bielorrusia se está permitiendo que miles de migrantes procedentes, principalmente, de Oriente Medio pasen a Polonia. Ante esta situación, el gobierno polaco ha desplegado a más de 10.000 soldados en la frontera y han acusado al régimen de Lukashenko de incitar a los migrantes a ir a Polonia, lo que ha sido considerado como un «acto hostil».
Los propios migrantes han relatado numerosas historias sobre el papel que desempeñaron los soldados bielorrusos al ayudarlos a realizar cruces ilegales hacia Polonia y Lituania.
Tanto Polonia como Lituania y Letonia, países de miembros de la UE, llevan varios meses avisando de que el número de personas migrantes que intentan llegar a sus territorios desde Bielorrusia a partir del momento en que se impusieron las sanciones de la UE.
Tropas de la OTAN
El general Jaroslaw Stróżyk, ex subdirector de la Junta de Inteligencia del personal militar de la OTAN y ex agregado en los Estados Unidos, ha afirmado que el Cuartel General de la OTAN ha condenado las acciones de Lukashenko en sus anuncios, pero que falta un apoyo real.
En una entrevista publicada por el diario Wyborcza, el general ha reclamado que la Alianza Atlántica envíe tropas a la frontera entre Bielorrusia y Polonia, tal y como hizo cuando estalló la crisis entre Ucrania y Rusia, toda vez que Polonia es miembro de la OTAN.
«Es necesario iniciar consultas dentro de la OTAN. Esto aseguraría la disposición para actuar en caso de que el conflicto se agrave. Se trata, por ejemplo, de ordenar acciones específicas al mando operativo de la Alianza. En un caso extremo, acortaría significativamente el camino para lanzar Art. 5 del Tratado», ha afirmado Stróżyk. Este artículo señala que, en caso de agresión contra uno de los miembros de la Alianza, otros Estados miembros deben acudir en su ayuda.
