Días después de que Turquía anunciase la ampliación del muro fronterizo con Irán para frenar la ola de refugiados sirios y afganos, en plena Europa se levanta otro muro de la “vergüenza”. Polonia anunció ayer lunes la construcción de un muro fronterizo con Bielorrusia para hacer frente a lo que ha calificado con el nombre de «guerra migratoria«, promovida por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Que no es otra cosa que facilitar el flujo migratorio desde Bielorrusia hasta Europa.
Flujo migratorio
Los datos aportados por la Guardia Fronteriza polaca cifraban en más de 1.900 las personas que han entrado a Polonia durante este mes. Según una portavoz de la Guardia Fronteriza, tan sólo el pasado domingo se detectaron 84 intentos de cruzar la frontera que separa Polonia de Bielorrusia. Punto en el que detuvieron a cuatro iraquíes, tres afganos, tres sirios y dos yemeníes.
Patrullar la frontera
Hace apenas unos días, el Gobierno polaco decidió destinar a unos 1.000 soldados a patrullar la frontera bielorrusa con el objetivo de frenar el flujo de inmigración irregular. Considerando que la medida no sería suficiente, Polonia ha reformado su ley de extranjería con el objetivo de poder acelerar los trámites de expulsión de inmigrantes irregulares.
Un arma para Lukashenko
Polonia ha contado con el apoyo de los gobiernos de Letonia y Lituania con los que ha difundido este lunes un comunicado conjunto en el que denuncian «la actual crisis migratoria en las fronteras con Bielorrusia organizada sistemáticamente por el régimen de Lukashenko«. El destino final de los inmigrantes son países como Alemania o Francia, pero para llegar hasta allí primero han de atravesar países de Europa del este. Baza que aprovecha Lukashenko para hacer presión a Europa ante las sanciones económicas impuestas a Bielorrusia por su deriva dictatorial, según la alianza occidental.
