Podemos, como dijera Jorge Vestringe, ha aglutinado la ira de los españoles ante el desastre que supuso la llegada del PP al poder con su política neoliberal ante la crisis. Las recetas de Bruselas para atajarla eran las del mundo neoconservador. Mariano Rajoy se sintió cómodo con esas recetas y comenzaron los recortes en todos los sectores incluyendo las libertades. Si en la UE hubiera gobernado la socialdemocracia se habría atacado la crisis con recetas duras, pero posiblemente diferentes.

Estos años provocaron esa ira de muchos españoles, como se ha dicho, y llegó el 15 M y el nacimiento de Podemos que trajo ilusión. Movieron el saco de los ratones y existe un Congreso en el que es imprescindible el pacto y la negociación.

La existencia de Podemos ha evitado, también, la llegada de los populismos de derechas, aunque hay que reconocer que la extrema derecha se mueve bien en las aguas del PP. Ahora, al populismo se le da un significado puramente peyorativo, aunque se trata solamente de decirle al pueblo lo que el pueblo quiere oir. Y hay otras acepciones. Comparar el «populismo» de Podemos con el de Trump o Lepain, por ejemplo, son ganas de atacar al adversario aunque sea con la mentira y el esperpento. Pero es un hecho que una nueva manera de hacer política se ha instalado en nuestro país sin olvidar la jugada de «los dineros» a medio y largo plazo para buscar un relevo al PP que se llama Ciudadanos.

A todo esto, algunos líderes de Podemos no se cansaron de criticar la Transición democrática sin pararse a analizarla, a mi juicio, en su contexto y haciendo un presentismo poco acorde para el nivel político de sus dirigentes. Porque en aquellos años la alternativa era libertad y democracia, defectuosa si, pero democracia al fin frente a la prolongación de una dictadura larga y canalla. ¿Se debía haber avanzado más?  Es posible. ¿Se podía? Los datos dicen que no. Es más, para muchos, lo logrado era mucho más que lo soñado hacía poco tiempo.

Otra cosa es lo que sucedió después y ahí tiene el PSOE una responsabilidad grande. Hasta, pongamos 1986, efectivamente España recorrió un camino enorme a gran velocidad. A partir de ese momento, con la Constitución consolidada, las Fuerzas Armadas vacunadas tras el 23 F, dentro de la OTAN y la UE en el ámbito internacional, ya no existía coartada para hacer más cosas y atacar reformas en profundidad.

Entonces los dirigentes políticos se acomodaron al poder y la sociedad en general, también. El desarrollo económico ayudo a eso, pero no existía coartada alguna para no avanzar, salvo ese acomodarse al poder y a mover todas las piezas en una sola dirección: mantenerse o alcanzar el poder según los casos. Por eso Podemos hoy debe analizar lo sucedido a la muerte de Franco y hasta ese 1986, no con un criterio presentista como hemos dicho, sino con la perspectiva que da la Historia. Han movido el saco de los ratones en la política española y algunos esperan – tal vez esperamos – más de ellos. La bisoñez a veces se perdona en política, el acomodo casi nunca.

2 COMENTARIOS

  1. En cuanto a la Transición, leemos : «¿Se debía haber avanzado más? Es posible. ¿Se podía? Los datos dicen que no. »
    ¿Qué datos? Si no se apuntan siquiera flaco favor al debate e incluso a la verdad se está haciendo. Y quizás, sí quizas, ya no tenemos un ejército golpista pero…¿es corrupto, al menos parte de su cúpula? ¿Nos vale unas fuerzas armadas machistas, de componendas? ¿No ha leído el articulista las novelas y sobre todo los artículos del teniente Gonzalo Segura?
    ¿Tenemos una jerarquía eclesiastica ideal? Pues esas cosas y más (hablar de la judicatura llevaría mucho tiempo) vienen dadas de una transición que no fue en ningún caso modélica. Salud.

  2. Solo por molestar…..y qué medidas , concretamente por favor, habría utilizado la socialdemocracia para salir de la crisis? Y los podemitas? (Insisto, en detalle, por favor)

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