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¿Podemos ganar algún día? 2 de 2

Luis Felipe Ospitia Ramírez
Luis Felipe Ospitia Ramírezhttp://
Nacido el 23 de abril de 1975 en Santa Fe Bogotá D.C. Sus dos patrias España y Colombia, estudió Ingeniería Técnica Industrial en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, su vocación el trabajo y servicio social, implicado en derribar barreras para hacer más accesibles los contenidos a personas con discapacidades visuales y auditivas. Autor de un Audio Blog político con cerca de 100 publicaciones, en continuo proceso de construcción. Residente en Huelva, militante activo y comprometido en todas las reivindicaciones sociales. Republicano su inclinación política es transversal y de Izquierdas.
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análisis

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En la anterior entrega nos centramos en los medios de comunicación y su efecto en los Morados, desde entronizarlos a aplastarlos mediaticamente a base de mentiras.

Ahora analizaremos a la mayoría de la sociedad, quienes aman su servilismo y esclavitud a cambio de «Pan y Circo», con una visión corta y nada ambiciosa.

En principio la mayoría se deja ganar, porque no van a votar, este fenómeno se presenta por la desafección hacia sus representantes políticos y si se han tragado que los Morados forman parte de la casta, gracias a la desinformación vertida por los vergonzosos medios de comunicación, los evitan relacionándolos con los delincuentes de traje y corbata que pululan en las instituciones, «craso error».

El no votar por una opción verdaderamente de izquierdas, es permitir que abusen y se aprovechen de nuestra situación de vulnerabilidad, porque legislan en contra de nuestros derechos e intereses, haciéndonos más pobres, más desvalidos y aún más precarios, pero no solo en concepto de poder adquisitivo, «si es que tenemos trabajo», porque nos arrebatan sin dilación nuestro Estado del Bienestar, desmantelándolo poco a poco privatizándolo todo, hasta que de lo que fue solo nos dejen las ruinas y un recuerdo doloroso.

Os aseguro que las lágrimas que vertamos no servirán de nada, quizás para recordarnos la estupidez e imbecilidad que reina en la mayoría, ¿Pero recuperar lo que fue nuestro?, de eso jamás.

Sentirnos extrañamente cómodos en ese espacio de perdedores es absurdo, la mayoría cree que pierde poco al no tener representación política en las instituciones, lo que realmente desconoce por voluntad propia es que pierde demasiado, su trabajo, su vivienda, su salud, su educación, sus pensiones, en otras palabras perdemos todos nuestra dignidad de seres humanos.

Quienes realmente ganan, lo hacen a costa de nuestras penas y miserias y no ganan poco, lo ganan todo, esta es la esclavitud del Siglo XXI, ¿Tragamos o nos rebelamos?, Somos vasallos no por imposición, lo somos porque la mayoría de buen agrado así lo han querido.

Somos las gallinas de los huevos de oro, hasta que no paren de explotarnos no terminarán, se alimentarán de nosotros como los buitres que son y al no ser útiles al final de nuestra vida laboral, nos arrojarán al vertedero como simples despojos.

En esto se ha convertido nuestra España, en un «Estado Terrorista» que lo único que hace es infundir miedo y temor al pueblo, cada día que pasa es un día sin certezas e incertidumbres mil, nuestro futuro no está asegurado, no hay esperanza ninguna en el hoy ni en el mañana, solo desasosiego, nuestro Estado del Bienestar cada día más deteriorado y llegará ese terrible día en que sea solo un recuerdo sin importancia en el imaginario colectivo, como un cuento de hadas que tuvo fin, la mayoría convertida en corderitos asustadizos y sumisos, bajo la batuta de un pastor brutal e inmisericorde.

Lo que me jode un montón, es la puta resignación y comodidad ante este disparate social.

¿Acaso esto es lo que nos merecemos, perder todos nuestros derechos y ser objetos de usar y tirar por el capital? Yo no lo voy a aceptar, por mí y por mis hermanos hago esta denuncia social.

En última instancia podemos reflexionar sobre la paradoja en la cual los desposeídos, quienes no han ganado nunca nada, se sienten identificados con un líder y un movimiento social que representa sus intereses, pero esa complicidad se va perdiendo porque dejan de verse reflejados en ellos, es decir, el líder para llegar a su posición ha pasado un proceso de primarias dentro de la agrupación que lo hace vencedor y la formación poco a poco va ganando peso institucional con éxitos electorales.

¿Comprendéis el punto?, Ahora ya no los ven como iguales, han ganado, ya no son perdedores, se pierde por parte de esta masa contradictoria la simpatía por ellos, el resultado es la desafección por el líder y el movimiento en el que otrora se volcaron.

Complejo y confusamente paradójico es el ser humano, pretender salir de su pozo de miseria con una representación perdedora, la lógica y la razón son la antítesis de esta proposición que infringe el sentido común.

Debemos hacer un ejercicio de reflexión personal y valoración, eso implica salir de la comodidad y el ostracismo en que la mayoría se encuentra escorada, tragando de buen grado toda la mierda que el capital nos da a cucharadas.

¿Podrá la verdadera izquierda ganar las elecciones? Esa pregunta la debemos responder cada uno de nosotros y en el momento que tengamos «Conciencia de Clase», claras serán nuestras prioridades sociales, es así que nos convertiremos en una «inteligencia colectiva», plasmando en las urnas nuestra intención de verdadero cambio, es el único modo de revertir la situación de miseria y oscuridad, para recuperar nuestras vidas y dignidad como seres humanos.

Espero que esa realidad se materialice algún día…

¿Podemos ganar algún día? 1 de 2

 

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