La incertidumbre permanece en el escenario político peruano. La candidata de la derecha, perdedora en los comicios presidenciales, Keiko Fujimori, insiste en no reconocer la victoria de su contrincante, Pedro Castillo. La confirmación de la derrota también podría significar el regreso de Fujimori a la cárcel, ya que se encuentra a la espera de juicio por varios casos en los que está acusada de corrupción.
La semana pasada, Luis Arce, uno de los jueces del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), órgano encargado de evaluar los recursos presentados por Fujimori, renunció y dejó al JNE sin el quórum mínimo para poder seguir deliberando sobre los recursos presentados por Fujimori.
De los 200 recursos presentados por la candidata perdedora, solo han sido resueltos los diez primeros y fueron rechazados, con el único voto a favor de Luis Arce que acusó a los restantes jueces del JNE de “falta de transparencia y falta de voluntad para buscar la verdad electoral”, en un claro guiño a las posiciones de Fujimori.
Arce ya había estado involucrado en un escándalo de «venta» de sentencias y es objeto de investigaciones por tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito. La ausencia de quórum podría abrir un vacío legal y si no se pueden estudiar los recursos presentados por Fujimori, se podría llegar al 28 de julio, fecha para la que está prevista la toma de posesión, sin que se certifique la victoria de Castillo.
Según la Constitución peruana, el presidente del Congreso asumiría la presidencia de manera interina hasta que se resuelva la situación, pero el alcance de sus funciones es indeterminado y hay voces que defienden que podría convocar nuevas elecciones.
Desde el entorno de Castillo aseguran que son maniobras dilatorias de Fujimori
Castillo, el candidato de la izquierda, derrotó a Fujimori, hija del ex dictador Alberto Fujimori, por una diferencia de 44.000 votos, lo que dio lugar a varias denuncias de irregularidades por parte de la candidato de derecha, que pretendía llegar a la presidencia. por tercera vez.
Los partidarios de Fujimori presionan al gobierno del presidente interino Francisco Sagasti para que solicite a la Organización de Estados Americanos (OAE) una auditoría del proceso electoral.
Los observadores internacionales no detectaron irregularidades
En las elecciones de Perú, ninguno de los equipos de observadores internacionales que siguieron la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 6 de junio detectó irregularidades. El clima político es irrespirable y los últimos días han estado marcados por expresiones de apoyo a los dos candidatos presidenciales, que muestra un Perú sigue fuertemente dividido.
Fujimori mantiene la tesis del fraude electoral, aunque aún tienen que aportar pruebas al respecto. “No tenemos información para probar el fraude”, admitió el exministro Daniel Córdova, quien ha estado liderando los esfuerzos de los fujimoristas con la OEA.
