Periodismo de pacotilla

Este artículo realmente no sabía cómo enfocarlo ni cómo canalizarlo, pero al menos se me ocurre empezar diciendo que las profesiones, dadas sus respectivas dificultades, comienzan desde el momento en que se estudia primero de carrera.

Independientemente de si lo llevas en la sangre o no, se debe mostrar un cierto interés en saber desglosar toda la información asimilada durante esos 4, 5 o más años de carrera para poder dedicarte a aquello que has estudiado, así como se espera  que cada aspirante dé todo lo posible por sacar el mayor provecho a sus conocimientos e intentar ser un buen técnico.

Médicos, abogados, científicos, dibujantes, arquitectos, filósofos, filólogos, dentistas, veterinarios, maestros y un sinfín de oficios basan sus profesiones en el criterio adoptado en sus estudios universitarios y en la experiencia adquirida día a día.

Podrás ser mejor o peor, pero siempre intentando dar todo lo mejor de ti.

Mas hay una nueva profesión de entre todas que últimamente rechina mucho, unos “profesionales” que parecen sacados de una película de vaqueros o de Walt Disney.

Son los «periodistas de Pacotilla».

Se trata de una profesión compleja, sin explicación ninguna y que a veces uno se plantea cómo puede llegar a existir.

Se trata de una aberración de la comunicación, de una versión inmunda, bajuna, cateta y carente de ética e integridad moral de la persona.

¿Dónde han estudiado?

Es increíble pensar cómo estos individuos pudieron llegar a donde están,algunos en programas y periódicos con bastante fama, carisma y reputación. Uno piensa y hasta pudiera ser incluso factible que algunos hayan llegado hasta lo más alto comprando rodilleras o con sobres de “cromos” por debajo de la mesa.

Pero lo que sí es sorprendente es que esta gama de periodistas es capaz, en pleno siglo XXI, de cuestionar a otros profesionales de diferentes gremios como son la abogacía, la medicina, el profesorado… No hablamos de profesionales cualesquiera, no. Hablo de otros profesionales que usando ese criterio innato como ser vivo, racional e inteligente, se cuestiona las cosas, y que únicamente sigue la cordura de sus conocimientos adquiridos en esos años de bagaje laboral y la lógica que uno también desarrolla actuando por sí mismo sin que nadie le tenga que decir qué hacer.

Y es que bastante tenemos los españoles en aguantar la falsedad, las mentiras, manipulaciones y montajes que hacen dichos periodistas, como para que además tengamos que soportar como se les calumnia, insulta, desacredita y cuestiona a otros profesionales de otro oficios.

En estos tres años atrás hemos visto como a médicos, abogados y científicos se les ha insultado y denigrado en los medios de desinformación por dudar y contradecir el mensaje oficial de la tele, siguiendo los métodos establecidos por su entendimiento competente en la materia. Programas y canales, por cierto, comprados por el sistema político de turno.

Se han oído expresiones como “hay doctores que no deberían estar en un hospital” o “abogados que fuman demasiada hierba” o “ese maestro tendría que abandonar el colegio en donde trabaja y no volver a ejercer”

Pero miren, dicen “que se coge antes a un mentiroso que a un cojo”.

Periodista de pacotilla, mírate tu karma y como actúas en tu vida antes de criticar y degenerar a los que aman de verdad su profesión haciendo de ella un altar de donde la gente sale agradecida y satisfecha. Algún día ese karma se cobrará y no tendrás nadie a tu alrededor que quiera ayudarte a salir de la repugnancia y ridiculez a la que has llegado.

Finalizaré agradeciendo a los abogados, periodistas, médicos y maestros el haber seguido sus principios a pesar de las presiones sufridas.

Gracias