«El miedo es el más ignorante, el más injurioso y el más cruel de los consejeros,» decía Edmundo Burke.

Solo es necesario comprobar qué hacen los que ostentan poder sea económico-político-social para descubrir cómo nos están utilizando intentando con mentiras, convencernos de que la responsabilidad es nuestra, NO de quienes dirigen nuestras vidas y bienes.

Desde siempre nos han inoculado este feroz sentimiento.  Cuando éramos niños teníamos  miedo  a la oscuridad –yo lo tuve hasta hace poco-, a los ruidos inesperados.

Lo importante del ser humano es que tenga clara conciencia de lo que es bueno y lo que es pernicioso para todos, para poder evitarlo.

Solo basta leer los periódicos y descubrir como manipulan nuestro pensar, nuestro hacer.

«Estamos saliendo de la crisis, no dejes de trabajar aunque tu sueldo sea una ignominia. Cuando mejore la situación te subiremos el sueldo.»

«No protestes por las bajísimas pensiones, si lo haces, podrás en peligro el futuro de tus hijos, de tus nietos.»

Si protesto puedo perder mi trabajo, igual que mis hijos-nietos y, no tendrán opción a la Universidad…

Si no me callo, perderé a mis amigos. ¿Me interesan estos amigos?

«Compra, gasta, estamos de rebajas…Nunca compraste mejor.»

¿Necesitas algo de verdad? No, pero si ahora está tan rebajado aunque no me haga falta lo compro…

Miedo que permite que, quienes tienen poder se crezcan, creyéndose imprescindibles…NO lo son.

Mudos, pobres, inútiles, sin ideas, sin cabeza pensante, sin voz. Eso quieren,  y, son demasiados los que obedecen.

Es tiempo de movilizarse, de opinar en voz alta para que todo el mundo sepa que, algunos, Pensamos y queremos un mundo de compromiso de: los unos con los otros. Multilateralismo global.

Otro gran pensamiento de Burque : “El mayor error lo comete quien no hace nada porque sólo podría hacer un poco”

¿Qué hacer?

No más pasividad, ACCIÓN y compromiso. DIÁLOGO y acción. ¿Cómo si no llegar a acuerdos que permitan que dejemos de ser rebaño y nos convirtamos en verdaderos autónomos al servicio de todos? Compartir o no compartir, ahí está el dilema. Pero no la pobreza, sino la riqueza de sabernos útiles los unos con los otros.

El gran cineasta Luis Buñuel nos retrataba cual rebaño obedeciendo la voz del pastor. Ojalá tuviéramos un gran pastor receptivo dotado de todos los sentidos corporales: vista, oído, olfato, gusto, tacto,  ahora en desuso. Solo cuenta la economía de unos pocos.

Me he paseado por el orbe, a través de los 5 Continentes.  La solidaridad de los pobres resalta por encima de todos.

 

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