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Pedro Sánchez reafirma su «pasión» por un régimen que comete crímenes contra la humanidad

El presidente del Gobierno sigue empecinado en defender la posición marroquí respecto a la situación del Sáhara Occidental y obvia cómo el régimen de Mohamed VI ha perpetrado asesinatos de civiles en los últimos días

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Pedro Sánchez quiere prolongar al máximo su «pasión marroquí» como los adolescentes llevan los «rolletes de verano» hasta el último minuto de las vacaciones, algo que Sánchez sabe muy bien cómo funciona por sus «aventuras estivales juveniles».

En este caso, la «pasión» del presidente español se ha despertado por Marruecos y así lo ha demostrado durante la entrevista en Antena3, donde ha afirmado que las relaciones con el régimen de Mohamed VI son «estratégicas» para las políticas migratorias, la lucha antiterrorista y contra el narcotráfico.

Sánchez, además, no ha dejado de ponderar la importancia económica de Marruecos para España, al señalarlo como el tercer socio comercial más importante fuera de la Unión Europea. Ojo, ¡el tercer socio fuera de la UE ha provocado una de las mayores traiciones de la historia de España!

El giro de Sánchez hacia el régimen de Mohamed VI respecto al Sáhara sólo puede calificarse como la traición definitiva a los cientos de miles de personas que fueron ciudadanos españoles (algunos todavía tienen su DNI) y a la renuncia de las responsabilidades de España como potencia colonial del territorio.

Sánchez, para justificar su traición al pueblo saharaui, se escuda en la posición de Francia y de Alemania respecto al apoyo a la supuesta solución dada por Rabat y que se basa en una autonomía del Sáhara pero dentro de la soberanía marroquí, algo que es contrario a las resoluciones de Naciones Unidas, puesto que Marruecos no es la potencia administradora del territorio. Hay que recordar, además, que la posición francesa siempre ha sido promarroquí.

Sin embargo, Pedro Sánchez está apoyando a un régimen que en las últimas semanas ha cometido crímenes de guerra y contra la humanidad. Sánchez obvia los asesinatos de civiles en el Sáhara mientras critica los que está perpetrando Vladimir Putin en Rusia. Evidentemente, el presidente ruso no le abre las puertas de la Casa Blanca para su foto en el Despacho Oval como sí lo hace el dictador Mohamed VI.

Los crímenes de Marruecos

En las últimas semanas Marruecos ejecutó más de una docena de ataques aéreos en el territorio de la legítima República Árabe Saharaui Democrática que ha tenido como consecuencia el asesinato de varios civiles.

El domingo 10 de abril, un dron militar marroquí atacó a la localidad de Ain Bentili, en la frontera del Sáhara Occidental con Mauritania que se tradujo en el asesinato de un joven de 20 años y varios heridos de diversa gravedad. Otros ataques tuvieron como consecuencia la muerte de una madre saharaui, varios heridos y, al menos, ocho desaparecidos.

El ataque se lanzó contra la estación de servicio donde paran los viajeros, comerciantes y empresarios que transitan entre Mauritania y el Sáhara Occidental. Esto fue un ataque indiscriminado contra una infraestructura civil por parte del Ejército de Marruecos y, en consecuencia, se trata de un crimen de guerra y contra la humanidad. Uno más del historial del régimen de Mohamed VI al que Pedro Sánchez ha declarado su «pasión».

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