El Comité Federal que hoy celebra el Partido Socialista Obrero Español volverá a ser un paseo militar para Pedro Sánchez. Ya se encargó en el 39 Congreso Federal de vaciar de competencias al máximo órgano entre congresos para blindarse en la Secretaría General y que no se volviera a producir una moción de censura como la del 1 de octubre de 2016.
Además, en esta reunión no será trasladado a la Ejecutiva el creciente descontento que hay entre la militancia socialista y entre una parte muy importante del sanchismo hacia el «líder supremo».
Fuentes socialistas consultadas por Diario16 han mostrado su sorpresa ante el hecho de que en un Comité Federal se aprueban cambios de tanto calado y tan excesivos como los que se van a aprobar este sábado, y mucho más cuando sólo han pasado 8 meses desde el Congreso Federal de Valencia. Este hecho, además, demuestra una vez más la incoherencia de la gestión de Sánchez y de su equipo, puesto que, si ya se le vació de contenido en el 39 Congreso, ahora se le utiliza para aprobar estos cambios tan importantes que, además, van a tener trascendencia a nivel del gobierno de la nación.
Las mismas fuentes señalan que es muy probable que Sánchez ya tuviera en la cabeza desde el 40 Congreso los cambios anunciados a lo largo de la semana tras la renuncia de Adriana Lastra. Sin embargo, no los implementó en Valencia para no perder apoyos en las votaciones al equipo propuesto.
Por otro lado, otras fuentes del PSOE insisten en que, además, los cambios que se aprobarán hoy en el Comité Federal han sido provocados tanto por las encuestas como por los últimos fracasos en las elecciones de Madrid y Andalucía, principalmente.
Sin embargo, en lo que coinciden todas las fuentes consultadas es que la candidatura de Pedro Sánchez a las próximas elecciones generales no está nada clara. «Sánchez puede no ser el candidato para las generales», afirma un exdirigente socialista, quien apunta a que, como hicieron Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, quiere dejarlo todo «atado y bien atado» antes de marcharse fuera de España.
Por otro lado, una parte muy importante de la militancia sanchista sigue asombrada y enfadada por la reconciliación con Antonio Hernando. Las bases no entienden esa actitud de compañeros de patio de colegio que se abrazan después de haberse pegado una paliza en el recreo.
Crisis de Gobierno
Las mismas fuentes coinciden en que los cambios orgánicos que se aprobarán hoy en el Comité Federal no terminan aquí y que habrá una profunda crisis de gobierno, dado que algunos de los nombramientos tendrán muy difícil compatibilizar su cargo en Ferraz con la gestión de un Ministerio.
Preguntados por los muchos nombres que llevan sonando desde hace meses tanto de ministros salientes y entrantes, algunos los confirman off the record y, sorprendentemente, las fuentes del PSOE consultadas coinciden en el nombre de Miquel Iceta al que colocan como candidato a la Alcaldía de Barcelona para las elecciones municipales de mayo de 2023.
Lo que está claro con el paso del tiempo es que a Pedro Sánchez le gusta cambiar constantemente de cromos y con muy poco espacio de tiempo entre estos procesos de sustitución o nombramiento. Como ocurre con los líderes autoritarios, gusta de mantener la tensión sobre los equipos y que no se sientan seguros en sus puestos para, de este modo, tener el mismo control que Sauron y el Anillo de Poder. Además, todo aquel que le lleva la contraria o le dice lo que no quiere oír, sabe que está fuera.
Esto es algo que a las fuentes socialistas consultadas desconcierta en igual medida en que aumenta el descontento de las bases.
De los últimos nombramientos, les sorprende el perfil «susanista» de Pilar Alegría y María Jesús Montero o que se haya olvidado de que Patxi López presentara una candidatura en las primarias contra él. En este sentido aún está por resolverse el misterio de quién fue el impulsor de esa candidatura, si fue un movimiento de Ferraz para debilitar a Sánchez o, en realidad, fue éste quien quiso debilitar a Susana Díaz.
Procesos electorales controlados desde Moncloa
Tras las debacles de Madrid y Andalucía y la derrota en Castilla y León, además de los fracasos en las mociones de censura contra gobiernos del PP, todo apunta a que Sánchez pretende manejar desde Moncloa los próximos procesos electorales. Sin embargo, las fuentes consultadas señalan que el secretario general socialista está olvidando que los estatutos del PSOE señalan lo contrario. Tanto estrategias como posibles pactos tienen que ir del partido a las instituciones, no al contrario, como pretende Sánchez.
