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Pedro Sánchez es la encarnación de Darth Vader en la Tierra

Rosa Díez le comparó con el senador Sheev Palpatine, que en realidad era un Señor Oscuro del Sith, Darth Sidious, que asaltó el poder para convertirse en el Emperador. Sin embargo, Pedro Sánchez encarna a otro personaje de la Saga Skywalker

José Antonio Gómez
José Antonio Gómez
Director de Diario16. Escritor y analista político. Autor de los ensayos políticos "Gobernar es repartir dolor", "Regeneración", "El líder que marchitó a la Rosa", "IRPH: Operación de Estado" y de las novelas "Josaphat" y "El futuro nos espera".
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análisis

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Durante meses he recibido en más de una ocasión un meme en el que se hacía una comparación de la trayectoria de Pedro Sánchez con la del Emperador de la Saga Skywalker de Star Wars.

En dicho montaje se señalaba que ambos personajes empezaron siendo parlamentarios anónimos, desconocidos, hasta su ascenso al poder que consiguieron gracias a una moción de censura acusando al presidente de corrupción. Sánchez lo hizo con Rajoy, Palpatine con el canciller Valorum.

Una vez alcanzada la Presidencia ambos personajes se alían con separatistas e independentistas para asentarse en el poder.

La analogía del meme es acertada pero no correcta porque más que ser Palpatine o Darth Sidious, Pedro Sánchez es Darth Vader, quien tuvo poder, fue un adepto total del totalitarismo y contrario a la democracia que representaba la República Galáctica, pero siempre bajo el control del poder superior constituido por el Emperador.

Veamos la analogía. El nombre verdadero de Darth Vader era Anakin Skywalker, un caballero Jedi al que desde la propia Orden se consideraba como «El Elegido». Fue encontrado por el maestro Qui-Gon Jinn en el planeta Tatooine y, tras la muerte de éste, entrenado por el maestro Obi-Wan Kenobi.

Durante años, Anakin Skywalker, luchó contra los separatistas que amenazaban a la República Galáctica. Sin embargo, ya desde su etapa de padawan se podían ver sus tendencias autoritarias al afirmar, por ejemplo, que con un poder único las decisiones serían más fáciles de adoptar.

Finalmente, Anakin Skywalker es atraído por el lado oscuro de la fuerza y se convierte en Darth Vader al servicio del Emperador.

Pedro Sánchez llegó a la primera línea de la política española y fue visto como la esperanza para un PSOE que había caído en las sombras de una socialdemocracia que, en realidad, no era más que el modelo político utilizado como sistema de blanqueo para los abusos de las clases dominantes.

El actual presidente del Gobierno, durante su primera etapa como secretario general del Partido Socialista, la militancia le aupó como el líder que devolvería a la formación a la senda del progresismo real. Sin embargo, cuando aún no había alcanzado el poder político, sólo el orgánico, Sánchez ya empezó a mostrar tendencias autoritarias y a querer imponer el culto al líder máximo. No hay más que recordar las purgas internas perpetradas antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2015 y el incumplimiento del respeto a lo decidido por la militancia en distintos procesos de primarias. El más escandaloso fue el de Tomás Gómez en Madrid, pero hubo muchos más. El poder establecido lo logró frenar y lo expulsó en 2016.

Sin embargo, Sánchez había logrado que la militancia pensara que era «El Elegido» y consiguió retornar un año después a la Secretaría General del PSOE. Embaucó a militantes y a determinados dirigentes de segundo nivel y en el 39 Congreso consiguió aprobar una serie de reformas estatutarias y reglamentarias de carácter autoritario.

A partir de ahí, Sánchez ha ido blindando su poder y, una vez conseguida la Presidencia del Gobierno a través de los canales democráticos, está demostrando que tiene a un Emperador por encima de él. No ha habido ni una sola decisión adoptada por su gobierno que haya ido en contra de los intereses de las élites empresariales, financieras y económicas que son las culpables del incremento de la desigualdad en España. Cuando ha tenido que enfrentarse a reformar propuestas por sus socios de gobierno, como la Reforma Laboral o la Ley de la Vivienda, por citar dos de las más importantes, Sánchez siempre ha conseguido que los textos aprobados le sirvan de herramienta de propaganda pero sin hacer daño a los intereses de esas élites.

Para la imagen de Sánchez los mensajes de que se han subido el SMI a 1.000 euros, que se ha derogado la reforma laboral de Mariano Rajoy (algo que es falso puesto que lo más dañino sigue vigente), que se ha legislado a favor del derecho de la vivienda, etc., son muy potentes, pero no es más que propaganda porque no hay más que ver el apoyo que recibe, por ejemplo, de Ana Patricia Botín o que para que rebajar el precio de la energía no se toquen los beneficios de las empresas energéticas sino que se reduzcan los impuestos indirectos.

Con estas medidas propagandísticas pero que no resuelven los verdaderos problemas de la gente ni luchan contra los privilegios de las élites, Sánchez demuestra que el Emperador es su jefe, que está sometido al Maestro Oscuro del Sith, como lo estuvo Darth Vader hasta el día de su muerte en que mató al Emperador y salió del lado oscuro. Sánchez no hará eso, no matará a su Emperador, sino que tendrá que ser el pueblo quien lo desaloje de la Moncloa. El problema está en que seguirá en Ferraz manejando al PSOE al son que le seguirá tocando su Emperador.  

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