Pedro Sánchez se ha quedado más solo aún de lo que ya estaba. La decisión de aceptar la solución de Marruecos al conflicto del Sáhara Occidental, que, en realidad, no es más que una rendición de España al dictador Mohamed VI, ha servido para mostrar a los españoles que los representantes en el Congreso de los Diputados están unánimemente en contra.
El único que está a favor es el PSOE, pero no porque sus todos diputados y diputadas estén de acuerdo con la decisión de Pedro Sánchez, sino porque están sujetos con la cadena de las normas internas impuestas por el partido desde el 39 Congreso que impiden la discrepancia interna y, sobre todo, poner en duda las decisiones adoptadas por el «líder supremo». No en vano, ya ha habido diputados que han sido castigados con la sanción máxima por la democrática acción de oponerse y discrepar.
Además, Pedro Sánchez ha sufrido el «desprecio» de la izquierda y de sus socios de gobierno. Ninguno de los miembros de Unidas Podemos que está en el Ejecutivo ha aplaudido las inexplicables excusas, que no explicaciones, dadas por Sánchez.
Ni Ione Belarra, ni Irene Montero, ni Alberto Garzón han querido aplaudir porque ese gesto hubiera sido la aquiescencia y la aprobación a la decisión unilateral de Pedro Sánchez de entregar al pueblo saharaui a Marruecos.
Las excusas de Sánchez
El presidente del Gobierno, durante su intervención en el Congreso de los Diputados, ha pretendido negar lo evidente. Ha sido como en el famoso chiste en el que una mujer pilla a su marido engañándole con otra y éste le pregunta si se fía más de lo que ven sus ojos que de lo que él dice.
Pedro Sánchez ha negado que se haya dado un giro a la posición de España respecto al Sáhara Occidental. Eso sí, ha reconocido que ha sido una decisión unilateral sin consultar con nadie. «No estoy restando importancia a la decisión que he tomado, la he tomado con plena voluntad de dar un paso adelante», ha afirmado el presidente del Gobierno.
Por otro lado, ha pretendido hacer creer a un Congreso de los Diputados que está totalmente en contra de su decisión que «no hay desinterés ni desatención hacia el sufrimiento del pueblo saharaui». Según Sánchez, lo que se pretende es «contribuir a la superación de un conflicto enquistado y sin perspectiva de solución hasta el momento».
Para ello él solo, sin consultar con nadie, ha decidido elegir la solución que propone Marruecos, de la que ha afirmado que es la más seria, creíble y realista porque «tras muchos años de conflicto y de estancamiento en el proceso de negociaciones, esta es la base sobre la que hay más posibilidades de construir una solución que pueda ser aceptada por las partes».
Sin embargo, Sánchez se ha olvidado de que la propuesta marroquí es rechazada de plano por la legítima República Árabe Saharaui Democrática. Eso sí, también ha reconocido que esa es la opción que aprueban Francia y Estados Unidos, dos países que históricamente siempre han favorecido los intereses de los diferentes dictadores marroquíes.
Ciertamente, el pecado nos viene de lejos. Del franquismo exactamente. De un reí con corona manchada de sangre y de su cobardía. Bien, llegamos al presente con toda esa carga, explosiva, carga. Y ahora qué? Con el tiempo transcurrido EUA se han metido por medio, justamente con Alemania y Francia. Para sacar rédito de las riquezas de la R A D S. Los americanos además para vender armas. Diferentes presidentes del psoe ya intentaron meternos el crimen por detrás. Desde el punto de vista económico y realista, dicen, es lo mejor… ¿Para quien? Evitaríamos las agresiones marroquíes del sátrapa mediante gente hambrienta, saltando la vallas… Europa ya dijo que Ceuta, Melilla eran tierras de la UE. Bien, pues veamos la OTAN en funcionamiento. La libertad de nuestros compatriotas no se regala.
Los territorios de Ceuta y Melilla están excluídos de la Organización del Tratado Atlántico Norte. Esto quiere decir que si por ejemplo Marruecos ataca Ceuta y Melilla, la OTAN no nos va a ayudar. Supongo que EE.UU. ya se ocuparía en su momento de que eso quedara así. Imagínate: » la OTAN con el tío Sam a la cabeza metiéndole mano a Marruecos». ¡ Vamos, que ni de coña!
Solo tiene un calificativo: ¡TRAIDOR!.
Tanto el «Demerito» como Sánchez tienen un calificativo: TRAIDORES