José Manuel García Margallo, exministro de Asuntos Exteriores de España, fue muy claro: Marruecos chantajea a España y, por extensión, a toda la Unión Europea. En concreto afirmó lo siguiente: «Cuando algo molesta a Marruecos, abren la mano y nos encontramos con una avalancha de pateras llenas de inmigrantes ilegales. Cuando nuestras fuerzas interceptaron a una embarcación y en esa embarcación se encontraba el propio Mohamed VI, al día siguiente nos envió decenas de pateras como represalia del incidente, este acto duró al menos tres días consecutivos».
Según el exministro, esta estrategia no es más que un chantaje, la utilización de la presión fronteriza como arma para condicionar, incluso, la política exterior de España en África, lo que incluye la situación del Sáhara Occidental.
Pedro Sánchez ha rendido España al chantaje marroquí con su carta al sátrapa Mohamed VI, lo que supone una incoherencia, puesto que mientras el presidente de España ataca a Vladimir Putin por la invasión de Ucrania, no tiene problema en rendir y entregar un territorio que legalmente está administrado por España (aunque no de facto) en las manos de uno de los dictadores más sanguinarios del mundo y que más conculca los derechos humanos tanto de su ciudadanía como del pueblo saharaui.
Marruecos ha sufrido graves reveses en los últimos meses, sobre todo después de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea derogara los acuerdos entre la UE y la dictadura alauí por la grave vulneración del derecho internacional. Ante estos reveses, como bien afirmaba García-Margallo, Marruecos siempre tiene la misma respuesta: abrir las puertas a las mafias y permitirles que miles de migrantes lleguen a las fronteras españolas, ya sea por mar, ya sea por Ceuta y Melilla.
Ha sido la propia parte socialista del gobierno de Sánchez, es decir, los peones del presidente, la que ha reconocido que el chantaje migratorio del dictador Mohamed VI es la causa de la enésima traición de España al pueblo saharaui.
En concreto, ha sido el ministro de la presidencia, Félix Bolaños, quien ha declarado que la rendición de Sánchez a Marruecos respecto al Sáhara Occidental ha puesto de manifiesto que España tendrá en el futuro una relación buena y estable con el régimen dictatorial de Rabat.
La traición de Sánchez al pueblo saharaui y al PSOE
Quienes cubrimos el 39 Congreso del PSOE, aquel en el que Pedro Sánchez fue ensalzado a la categoría de «líder supremo y absoluto» de los socialistas españoles y en el que se comenzó a cimentar el régimen autoritario sanchista, pudimos comprobar cómo se había invitado a una delegación saharaui.
Sin embargo, durante el 40 Congreso, en el que se culminó la renuncia al socialismo para entregarse a la socialdemocracia, pudimos comprobar con sorpresa que no había presencia saharaui cuando la posición histórica del PSOE ha sido siempre favorable al respeto del derecho internacional y a la autodeterminación del Sáhara Occidental.
Es más, en el 39 Congreso, se recogía la siguiente declaración: «Los socialistas hemos de trabajar para que España, como antigua potencia colonial y por tanto administradora del Sáhara Occidental, impulse iniciativas de diálogo que permitan la conclusión del proceso de descolonización del Sáhara Occidental conforme a las resoluciones de Naciones Unidas al respecto».
Pedro Sánchez, nuevamente, ha hecho lo contrario y ha traicionado tanto al pueblo saharaui como a su propio partido aunque, en realidad, el PSOE ya no es el Partido Socialista, sino el Sanchista en el que se hace sólo lo que le conviene y beneficia al líder supremo.
Con una mierda coronada por dictador, comenzó el declive moral de la poca dignidad que le pudiera quedar a espagnistan. El sanchismo, si esto sigue adelante, ha rendido la poca democracia que pudiéramos tener a vox.