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Para cuando todo esto quede atrás

Fulvio Capitanio
Fulvio Capitanio
Economista de formación, Informático de vocación. Nacido, crecido y formado en la "Ciudad eterna", nunca imaginé transcurrir la segunda mitad de mi vida lejos de ella. En Barcelona desde 1993, sigo cultivando mi curiosidad por los idiomas, las culturas y las costumbres de los pueblos y gentes que encuentro. Activista y voluntario en la lucha contra las enfermedades neurodegenerativas.
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Cuando todo esto quede atrás habremos aprendido que:

  • En un mundo globalizado no solamente circulan las oportunidades de negocio, también circulan los riesgos y las amenazas. No serán unas fronteras de más o de menos a detenerlas o difundirlas.
  • Vuelven las fronteras que los estados cierran a cal y canto delante del miedo y utilizan este miedo para pasar de puntillas sobre sus responsabilidades que nos llevaron a esta situación de emergencia
  • Una situación de emergencia que sirve a los gobiernos para aplazar toda acción política, de reforma y mejora social, aparcando tan solo el poder hablar de ello, esgrimiendo el poderoso argumento “ahora no es el momento de las críticas, es el momento de estar todos unidos”
  • Estar todos unidos para ayudar a superar este momento no significa aceptar y aprobar acríticamente todas y cada una de las medidas que los gobiernos ponen en práctica. No significa aceptar los abusos de las fuerzas del orden en la calle y la cercena de nuestros derechos por un tiempo indeterminado.
  • La historia nos enseña que los gobiernos, de todos los colores, son raudos en aprovechar las oportunidades para reducir el ámbito de las libertades ciudadanas y ampliar el ámbito de control, pero se hacen los remolones cuando se trata de volver a reestablecer la situación previa a la emergencia

También sabemos por experiencia que cuando se cruzan por primera vez unos umbrales que nunca se habían cruzado, a partir de allí volver a hacerlo ya no será tan difícil.

Después de habernos confinado en nuestros domicilios por un mínimo de 4 semanas, sin garantías que este confinamiento no acabe durando más, nos parecerá una gran mejoría cuando se nos permitirá salir de casa de uno en uno y en fila india.

¿Cuánto tardaremos en poder volver a ver abiertas guarderías, escuelas, institutos y universidades?

¿Cuándo se nos permitirá volver al cinema, al teatro o al estadio, sentados separados por un asiento libre entre nosotros?

¿Cuánto tardaremos en poder ir al gimnasio, al supermercado, al bar de la esquina a desayunar sin llevar mascarilla o sin alejarnos corriendo si alguien estornuda o tose?

¿Cuánto tardaremos en tener autorización para volver a manifestarnos reclamando responsabilidades a los que nos dejaron expuestos a esta calamidad, sin que nos continúen diciendo que “ahora no es el momento de las críticas, es el momento de estar todos unidos”?

Una cosa es fácil de predecir: esta vez la respuesta a la amenaza del virus ha sido subestimada por todos los gobiernos en mayor o menor medida. Seguro que no dejarán que les vuelva a suceder y se prepararan de forma adecuada para un próximo embate.

No, no se hagan ilusiones. No veremos como se multiplica la financiación de la sanidad publica para dotarse de medios suficientes para cuidar más y mejor de sus ciudadanos.

Veremos como se desarrollará la legislación oportuna y se financiaran proyectos destinados a permitir medidas de control de los desplazamientos y confinamiento más rápidos y eficaces de la población. Listos para desplegarse al mínimo aviso de rebrote del virus o de lo que sea.

Porque una vez más, nos explicarán que es para nuestra protección y seguridad, y que si no tenemos nada que ocultar no tenemos nada que temer.

En los años ’70 en Italia el aparato del estado luchaba contra la amenaza subversiva del terrorismo y para defenderse se recurrió a las legislaciones especiales, entre otras cosas.

En aquella época, de la ironía lucida y mordaz de Stefano Benni salían escritos tan sencillos e ilustrativos como este “Stato di primavera” (Stefano Benni – Non siamo stato noi – Publicado por Savelli en 1978) que a mi modesto entender ilustran perfectamente la situación.

Estado de primavera

Desde las 00:01 horas de ayer, por razones de urgencia, se ha declarado el estado de primavera.

Antes de las 24 horas de esta misma la noche, todas las flores que tienen la intención de ocupar los campos privados y estatales para los tres próximos meses, deberán florecer bien visibles y llevar colgado del tallo el permiso de floración emitido por la jefatura de policía competente.

Está prohibido a las golondrinas cualquier tipo de vuelo locuaz y alegre. Y también está prohibido volar por encima de los veinte metros para no obstaculizar el tráfico de helicópteros.

Está prohibido a las alegres campesinas circular saltando y cantando para la campaña con una pequeña cesta bajo el brazo. Cada campesina sorpresa en esta actitud se detendrá, y la cesta será requisada.

Está prohibido a las mariposas tomar cualquier tipo de coloración que tiende a fundirse en el paisaje. Las mariposas serán siempre visibles, bajo pena de arresto para enmascaramiento (Ley Real, art. 7).

Los arroyos de montaña sorprendidos a caer impetuosamente aguas abajo, que no se detienen en los puntos de control se serán detenidos forzosamente con presas de clavos.

Cada ave sorprendida a cantar en código desconocido será detenida y encerrada en una clínica de la que va a salir loca de remate como el cuervo Rockfeller.

En caso de que la naturaleza despierte al beso caliente del sol, carteles y películas del hecho serán confiscados por obscenidad.

Si más altas razones de orden público así lo requieran, será declarado inmediatamente el estado de otoño. Todos los árboles que dentro de las veinticuatro horas después de la declaración de adelantamiento de temporada no hayan logrado cambiar el color de las hojas de verde a amarillo, serán podados. Los parados se les utilizará en una cosecha simbólica con uvas de goma.

El clima y la temperatura de esta temporada serán, en cualquier caso, decididos por nosotros.

Firmado: El comité Estado-Antiestado por las ejercitaciones militares en Italia.

(Traducción Fulvio Capitanio)

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