Dice el dicho que nunca es tarde si la dicha es buena, o visto de otra manera, peor es nunca. La diferencia entre ambas afirmaciones radica en la amplitud del espectro de análisis que tenga uno. Si es más acotado, en una visión más optimista, se inclinará por la primera opción, y si es más amplio y realista, quizás menos optimista, se inclinará por la segunda. Es cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío.

Este análisis se puede utilizar para cualquier acción de la vida, pero es especialmente útil para el ámbito político, puesto que si uno es más proclive a analizar las cosas en un ámbito restrictivo puede caer en el posibilismo, en creer que lo que hace es bueno porque es lo mejor que se puede hacer, y en contraparte, si uno lo analiza en la segunda opción, corre el riesgo de no contentarse nunca por las acciones por creer que no se hace lo que se debe sino lo que se puede.

El ámbito político argentino suele tener mucho de esto, puesto que hay muchas acciones que no se realizan porque se deben hacer sino porque es bien visto que se realicen. Así, pretenden mostrarse como las mejores acciones posibles hechos que en realidad no son más que representaciones ficticias para simular acciones que nunca se concretan.

El viernes pasado los candidatos del opositor Frente 1País decidieron renunciar a sus fueros, acción que en sí misma es bastante discutible puesto que uno no puede renunciar de manera voluntaria a un derecho consagrado constitucionalmente, pero que es interesante analizar de acuerdo a lo que enunciábamos al inicio de la columna.

Habrá quien dirá que es un gran hecho y que debemos ver el vaso medio lleno puesto que como sostuvo el propio líder del espacio, el ex Jefe de Gabinete de Cristina Fernández, Sergio Massa, siguiendo al General Perón y su ‘mejor que decir es hacer’, ‘No es tiempo de palabras, es tiempo de hechos, de gestos; de mostrar la decisión de no usar privilegios’, pero en mi caso creo que no se puede ver de esa manera, y por varias razones.

La primera y más evidente es la cuestión temporal, tanto Massa como muchos de quienes lo acompañaron en esta renuncia son o han sido legisladores y en ningún momento habían tomado una acción como la que hoy promocionan, con lo cual es claramente contradictorio su accionar, pero además y en mi opinión más grave, si renuncia a los fueros es porque cree que en algún momento puede tener que llegar a usarlo.

A mí no se me ocurre renunciar a jugar en la selección argentina de fútbol, porque no hay posibilidades que juegue en la selección argentina de fútbol. En igual sentido, nunca renunciaría a los fueros porque nunca necesitaría de dichos fueros.

El problema aquí es otro, es la utilización que se hace de dichos fueros, y habría que saber entonces a qué es que se renuncia. Según la Constitución Nacional en su artículo 68, ‘ninguno de los miembros del Congreso puede ser acusado, interrogado judicialmente, ni molestado por las opiniones o discursos que emita desempeñando su mandato de legislador.’, y por ello agrega en el artículo 69 que ‘ningún senador o diputado, desde el día de su elección hasta el de su cese, puede ser arrestado; excepto el caso de ser sorprendido in fraganti en la ejecución de algún crimen que merezca pena de muerte, infamante, u otra aflictiva; de lo que se dará cuenta a la Cámara respectiva con la información sumaria del hecho.’. Pero como se desprende del artículo 68, esto se refiere al accionar del legislador como tal, y no a la interpretación que se le ha dado a dichos artículos.

Casos como el del ex mejor presidente de la historia después del General Perón (Néstor Kirchner dixit) Carlos Menem quien pese a estar condenado por la justicia se ampara en sus fueros como senador para no ser detenido no deberían producirse, pero no por contar o no con fueros que en última instancia son una rémora de una época pasada, sino porque un delincuente debe estar en la cárcel y no en una banca del Congreso Nacional.

En consecuencia, el renunciar a los fueros no es más que una acción de campaña más, puesto que la cuestión se resuelve de manera sencilla si ante una acusación se solicita su propio desafuero a la Cámara a la que se pertenece, como en su momento hiciera el ex Senador Nacional Eduardo César Angeloz. Todo lo demás es papel pintado…

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