Hace días, hablando con mi hijo, creía haber superado esa barrera angustiosa de preguntas difíciles de responder donde te planteas si decirle la verdad o tirar del carro de la fantasía.

– “Papá, ¿qué es ser de izquierdas?. Silencio. Me tomé unos segundos, ordené  ideas,  imágenes, recuerdos, como si de un álbum de foto se tratara al puro estilo “Cuéntame””.

– “Mi abuela, tu tatarabuela, nos contaba a los nietos que un hermano suyo, con tan solo 25 años, fue ejecutado en el año 1937 por ser militante de la CNT  y defensor del poder legalmente constituido. Ella, con voz quebrada, nos repetía una y otra vez,  que estas cosas no se pueden olvidar, pero sin odio y sin rencor. Ella murió con la pena de no saber dónde estaba el cuerpo de su hermano.

En los años de la Transición, entre 1970 y 1982, la familia vivió en primera fila el movimiento obrero. Fueron años de sindicalismo, de activismo, de lucha por los derechos de los/as trabajadores/as. De horas y horas en la sede del sindicato, escuchando a los mayores, leyendo, llevado por la curiosidad, publicaciones como  El Socialista o Combate, donde me llamo la atención un tal Moro, pero ese es otro tema.

Pasaron los años, y llegaron las Marchas a Rota, el NO a la OTAN, ….. NO a Maastricht…. Entre tanto, me cautivó un gaucho de sangre revolucionaria, Ernesto Guevara de la Serna, más conocido por el “Ché”, al que sigo y seguiré estudiando. De su lectura, aprendí que: “ se debe ser esencialmente humano, ser tan humano como para abordar lo mejor del hombre, por medio del trabajo, el estudio, el ejercicio continuo de la solidaridad con el pueblo y con todos los pueblos del mundo…..” Militancia en el PCE. Desengaños, de aquí y de allí.

Tomamos las Plazas, “No nos representan”, «Vamos despacio porque vamos lejos», «No tenemos pan para tanto chorizo», «No es una crisis, es el sistema»,… y así cientos de frases y lemas de un movimiento, el 15M, del que hoy en día se pone en cuarentena su integridad. Creímos que cuestionábamos el sistema, creímos que otro mundo era posible, pero no, la llama se apagó, el 15M ya no llenaba las plazas, todo aquello fue institucionalizado por el sistema, por PODEMOS, esa herramienta, no partido, transversal, donde los círculos decidíamos, ¡¡¡Si se puede!!!, ¡¡¡luchar, crear, poder popular!!!, espaldarazo en las elecciones Europeas, y todo cambió, como cambian los camaleones de color y llegó “el momento San Mateo”, ese falso dilema: “Estás conmigo o estás contra mí” y uno que no tiene aspiraciones políticas, más bien un ciudadano al que le interesa la política, un insurgente, dimitió de todo lo que tenía que dimitir y hasta hoy.

Desde ese momento, para la nueva política eres de derechas y para la derecha eres de izquierdas.

El filosofo, José Ortega Y Gasset, dejó escrito que “ser de izquierda o de derechas era unas de las infinitas maneras que el hombre tenía para elegir ser imbécil”, acuñando el termino hemiplejia moral.

Quizás, hijo, sigo siendo imbécil, porque mantengo viva la indignación, critico y me autocritico, milito entre tanto arribista y sobre todo, sigo creyendo en el Socialismo, ese proceso en constante construcción, cuyo último objetivo es acabar con las desigualdades económicas y sociales.

¿Tienes ahora claro que es ser de Izquierdas?”

– “Sí papá, ser de izquierdas es pedir el voto vestido de Superman o grabar un videoclip cantando por Silvio…”

“El populismo es un insulto a los que pensamos que el pueblo es más simpático que las oligarquías.” Paco Ignacio Taibo II.

Salud.

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