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Pánico en el PP a que Sánchez hable en la Eurocámara antes del 23J

El PP europeo quiere que el presidente comparezca en la Eurocámara después de las elecciones generales

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análisis

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El PP intenta retrasar por todos los medios la comparecencia de Pedro Sánchez en la Eurocámara de cara a la Presidencia española de la UE. El portavoz de los conservadores en el Parlamento Europeo, Manfred Weber, reclama a la presidenta de la cámara Roberta Metsola, a través de una carta a la que ha tenido acceso La Sexta, que aplace a septiembre el debate para que no coincida con la campaña electoral.

En ese discurso, Sánchez expondría las prioridades de la presidencia española de la UE ante la Eurocámara. La cita está prevista para julio y coincidiría con la primera semana oficial de campaña para las generales.

El problema de la extrema derecha en Europa

Estamos, sin duda, ante un nuevo intento de las derechas por transmitir la imagen de que Pedro Sánchez está definitivamente derrotado y enterrado. La batalla europea va a ser importante de cara al 23J. La comparecencia del presidente del Gobierno en la Eurocámara puede ser histórica. En ella, el hombre que aspira todavía a ser presidente de la UE va a dedicarle un amplio espacio al grave problema que tienen los europeos con la extrema derecha que se abre paso en todos los países. Un riesgo para la convivencia que puede degenerar en confrontación civil, como ya ha ocurrido en Estados Unidos, donde los trumpistas han estado a punto de dar un golpe de Estado.

No hay más que echar un vistazo a las recientes declaraciones del primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, para quien España ha votado “por la paz” en las recientes elecciones municipales y autonómicas. “Se vio en España y se notará también en otros países que en las elecciones la gente tarde o temprano forzará la paz”, aseguró Orbán en declaraciones a la radio pública Kossuth, en las que volvió acusar a Occidente de apoyar la guerra provocada por la invasión rusa de Ucrania. Orbán no mencionó a su aliado, el ultraderechista Santiago Abascal y su partido Vox, pero el pasado lunes, tras las elecciones, le felicitó calificando los resultados de esa formación como “una reconquista”.

Políticas sociales y recuperación económica

De todo eso va a hablar Sánchez ante los diputados europeos y de mucho más, entre otras cosas de cómo sus políticas socialdemócratas han funcionado relativamente bien en medio de dos crisis históricas, la del covid y la energética por la guerra en Ucrania. Con el micrófono delante, en el hemiciclo europeo, Sánchez podría explicar el éxito de los ERTES, de la subida del salario mínimo interprofesional, de la reforma laboral contra la precariedad, de un sistema fiscal más justo y progresivo en el que las multinacionales y las grandes fortunas paguen más impuestos. Un discurso que, obviamente, causa auténtico pavor en las élites europeas y que puede investirlo, definitivamente, como el presidente capaz de liderar el rearme de los demócratas europeos ante la amenaza de la pérdida de derechos y de los nuevos autócratas que como Orbán representan fielmente el fascismo trumpista posmoderno.

Esa imagen, la de Sánchez invistiéndose de autoridad moral mientras la extrema derecha avanza, y en medio de una campaña electoral, horroriza al Partido Popular, al español y al europeo, también a Vox. ¿Podría influir en la intención de voto del electorado de cara al 23J que el premier socialista aparezca ante las televisiones de todo el mundo como el gran tótem de la Europa democrática? Sin duda, a las derechas no les interesa. Hay que pararlo como sea, han pensado en Génova 13.

Guerra sucia en Europa

De momento González Pons, eurodiputado popular, ya ha abierto la veda y ha dado una prueba de que la caza al hombre se traslada a Bruselas al asegurar que “hay una trama de compra de votos por correo que va de Melilla hasta Mojácar” y que esa red “implica particularmente a Pedro Sánchez”. Se trata de llevar la mugre a Europa, se trata de enfangar la figura de Sánchez también en el Europarlamento. Por supuesto, cuentan con toda la logística de la derecha más extrema de Bruselas y de Manfred Weber, quien en los últimos tiempos se ha dedicado a propalar el infundio de que el Gobierno de coalición está malgastando los fondos europos. “Sánchez tiene que probar que invierte bien el dinero de la UE”, dijo tras su visita a España para supervisar el reparto de las subvenciones Next Generation para la recuperación en la era poscovid.

Feijóo y el inglés

No es lo mismo que la Presidencia europea recaiga sobre Sánchez a que lo haga sobre Feijóo. Las políticas conservadoras, ultraliberales, tendrán vía libre si el político gallego, al servicio de las élites, ejerce el papel de líder europeo. Es cierto que el dirigente popular no sabe inglés, pero ya ha dicho que se va a poner las pilas de forma urgente. Hace unos días, en el programa de Ana Rosa, llegó a confesar que tiene un problema con el idioma de Shakespeare, “como la mayoría de los españoles”, según dijo. “He practicado y hablado gallego en todas mis actuaciones institucionales. Soy bilingüe desde ese punto de vista (…) Pero mi problema es el inglés. Y me tengo que poner a estudiarlo, es mi obligación”. Feijóo cree que con traductores podría manejarse con cierta soltura en Bruselas. Pero lo cierto es que un presidente del Gobierno que no sabe el idioma de la política y la economía mundial es no solo una vergüenza y un ridículo internacional sino un grave peligro por el riesgo de que no se le entienda ni se haga entender. Desde ese punto de vista, siempre más fiable Pedro Sánchez.

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