viernes, 29marzo, 2024
16.5 C
Seville

Pactemos

Pactocracia. Por definición es una ciencia infusa y contradictoria que no determina moralidad alguna y que vulnera de la CE un principio fundamental: la soberanía popular.

Antonio Guerrero
Antonio Guerrero
Antonio Guerrero colecciona miradas, entre otras cosas. Prefiere las miradas zurdas antes que las diestras. Nació en Huelva en 1971 y reside en Almería. Estudió relaciones laborales y la licenciatura de Filosofía.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

EL otro día vi de nuevo «The Devil´s Advocate». Es una película rodada en 1997, protagonizada por Keanu Reeves y Al Pacino, que ha venido traduciéndose como «Pactar con el Diablo». Al terminar pensé que el título venía al caso para los tiempos que corren. Vivimos un momento donde los pactos fluyen para alargar la duración de la película política. Las promesas preelectorales y las doctrinas efectúan giros dramáticos para afianzar los cargos. También es el tiempo en el que el Diablo ayuda a los antihéroes a través del Reality Show de la telerealidad.

A veces me parece estar viendo «Los Soprano» cuando observo los nuevos pactos; creo encontrar guiones similares a los de esa grey de Nueva Jersey que gestionaba una organización criminal entre roces familiares. Y es que eso de pactar está muy de moda y casi que se ha convertido en el verdadero fin de la política. La palabra que mejor define este presente es: Pactocracia. Por definición es una ciencia infusa y contradictoria que no determina moralidad alguna y que vulnera de la CE un principio fundamental: la soberanía popular. De la misma forma no tiene en consideración uno de los pilares básicos de la democracia: la renovación del poder, el motor histórico. Todo lo contrario, este juego del pacto, se convertido en un sistema político donde el ciudadano solo es un votante, no un ente de derechos civiles, y cuyo voto casi siempre está contaminado por el síndrome de Estocolmo.

Por eso yo solo veo con buenos ojos a la Metapolítica, una utopía que nadie imita y no inspira a las ideologías, pero que para mí es necesaria. Este sistema no está de moda ni se parece a ninguna serie de televisión pero representa el verdadero juego plural donde no existen siglas ni partidos y donde solo son aceptadas las ideas más votadas y convenientes. La metapolítica está por encima de la política y tiene como preocupación la buena gestión pública sin banderas y sin derechos de autor.

La principal diferencia respecto a la Pactocracia estriba en el protagonista: el ciudadano. En este sistema la prioridad es la dignidad del individuo, por eso es la pieza fundamental de la vida de su país. Y no como en la Pactocracia donde tan solo es un títere inconsciente de su estado y aletargado bajo falsas promesas que no solo no se cumplen sino que son moneda de cambio para que el poder se mantenga donde siempre, arriba.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído