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Oxfam pide vacunas gratis para el Tercer Mundo mientras siguen formándose nuevas mutaciones del virus en África

Detectan una nueva variante denominada IHU cuyo paciente cero había estado de viaje en Camerún

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análisis

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El virus muta en aquellos países del Tercer Mundo donde el índice de vacunación es bajo. En poco tiempo, el agente patógeno da el salto a Europa y a Estados Unidos. Ha ocurrido con ómicron, que se formó en África, y probablemente volverá a ocurrir con las próximas variantes que ya se encuentran en pleno proceso de mutación. En esos reservorios del Tercer Mundo sin vacunar es donde el covid ha encontrado un auténtico criadero de nuevas mutaciones. La baja tasa de vacunación en continentes como África (situada en torno al 7 por ciento de la población con la pauta completa frente al 44 por ciento de la media mundial), se ha convertido en el gran reto para la humanidad.

“No alcanzar el objetivo de vacunación del 10% es un fracaso mundial”, asegura Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por su parte, las oenegés han lanzado un mensaje de socorro. “Hace un año, el obstáculo que impedía derrotar a la covid-19 era científico. Ahora es la desigualdad. Tenemos la capacidad de vacunar a toda la humanidad y poner fin a la pandemia. Sin embargo, los países ricos están acaparando las vacunas y protegiendo los intereses de las grandes farmacéuticas, en vez de centrarse en salvar vidas. Si la covid-19 sigue presente en alguna parte, lo sigue en todas partes. Para acabar con la pandemia, necesitamos una vacuna gratis y disponible de forma justa para todo el mundo. Necesitamos una vacuna universal”, asegura un comunicado de Oxfam International.

Mientras los países ricos vacunan a su población a un ritmo de una persona por segundo, la mayoría de los países pobres todavía no ha podido administrar ni una dosis. Y mientras tanto el coronavirus sigue mutando de forma exponencial. “Un grupo de grandes farmacéuticas dicta la fabricación, la distribución y el precio de las vacunas. Hacen uso de patentes y otros derechos de propiedad intelectual para impedir que otras empresas fabriquen las vacunas o medicinas que han desarrollado. A través de su monopolio, controlan cuántas dosis se producen, quiénes las reciben y a qué precio se pagan. En definitiva, deciden quién vive y quién muere”, añade Oxfam.

La inmensa mayoría de las vacunas contra la covid-19 ha ido a parar a los países más ricos, mientras que, al ritmo actual, es probable que los países del Sur global no reciban ninguna hasta 2023. Esto supone una amenaza para todas las personas, ya que nadie está a salvo hasta que todo el mundo lo esté. “Nuestra mayor esperanza para acabar con la pandemia de covid-19 es hacer que todas las personas del planeta tengan acceso a la vacuna. Una vacuna que se produzca en masa, se distribuya de manera justa y sea gratuita para todas las personas, sin importar cuánto dinero tengan o dónde vivan”.

Nuevas variantes

Son muchas las informaciones difundidas en los últimos días sobre la aparición de una nueva variante del coronavirus. La mayoría de medios la llaman IHU, que es el nombre que le han dado los investigadores de la Universidad de Marsella, lugar donde han localizado esta nueva cepa. Es precisamente allí, en el sur de Francia, donde se han detectado 12 casos con esta nueva variante, aunque los investigadores han confirmado que el paciente cero había estado de viaje en Camerún.

En cualquier caso, esta variante ‘marsellesa’ de momento no preocupa a la Organización Mundial de la Salud. De hecho, esta mutación ni aparece en los tres niveles de alerta que tiene la OMS. Actualmente, las «variantes preocupantes» siguen siendo Alpha, Beta, Gamma, Delta y la que más nos está golpeando ahora, Ómicron. En el segundo nivel, la Organización Mundial de la Salud (OMS) coloca a Lambda, que se detectó en Perú, y Mu, en Colombia.

Estas dos mutaciones del virus representaron un porcentaje muy alto de contagios en esos países, pero cuando llegaron a Europa se desinflaron. La OMS aún tiene un tercer nivel de preocupación para las nuevas variantes, que no cuentan todavía con nombres ‘oficiales’, solo con los científicos. No tienen nombre comercial porque la OMS no pone nombre a las variantes hasta que no las considera preocupantes.

Entendiendo esto, cabe destacar que la cepa IHU, la que se ha registrado en Marsella, por el momento ni siquiera aparece en el nivel 3 de preocupación de la Organización Mundial de la Salud. Así que, si esta situación no cambia, es necesario llamar a la tranquilidad ante la aparición de esta nueva cepa.

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