Parecía que, por una vez y sin que sirva de precedente, el tema del futuro de las pensiones públicas iba a quedar en un segundo plano en la campaña del 26-J. No va a ser así. El asunto se está convirtiendo, ya en la precampaña, en objeto de debate.

Todo comenzó cuando el líder del PSOE, Pedro Sánchez, anunció que, si llega al poder tras los comicios, creará una tasa específica para sufragar las pensiones porque considera que “el sistema está en riesgo”. La tasa se obtendrá al incrementar la cuantía de algunos impuestos. No es ninguna novedad. Es el sistema francés. Y, para ello, los socialistas piensan llevar este asunto a la comisión del Pacto de Toledo, comisión parlamentaria, por una parte, pero que también cuenta con su foro extraparlamentario formado por empresarios y sindicatos.

Es verdad que el sistema público de pensiones vuelve a estar en riesgo. Los expertos del grupo Óptima, en su Primer Informe sobre Ahorro y Jubilación, advierten de que el modelo está agotado y que hay que reformularlo. En la llamada “hucha de las pensiones”, aquella que se creó para garantizar liquidez, ya sólo quedan 32.485 millones de euros cuando hace cuatro años el saldo era de 66.815 millones.

Así las cosas, hasta el propio Mariano Rajoy, que todavía presume de haber arreglado la economía del país, incluidas las pensiones, ha acabado por reconocer que “existe un problema con la sostenibilidad del sistema”. Pero rechaza de plano nuevos impuestos para financiar la Seguridad Social. “En los próximos años nuestro modelo es financiar las pensiones a través de la creación de puestos de trabajo”, dice la número dos, Soraya Sáenz de Santamaría.

Rajoy y Sáenz de Santamaría incurren en una contradicción ya que en la disposición adicional 85 de los presupuestos generales del Estado de este año, se dice, textualmente, que el Gobierno avanzará en “la plena financiación de las prestaciones no contributivas y universales a cargo de los presupuestos de las Administraciones Públicas, para lo cual valorará las condiciones de las prestaciones incluidas en el sistema que puedan tener esta consideración”. En otras palabras, que se tiende a financiar las pensiones no contributivas con los impuestos, la fuente de financiación de los presupuestos.

El debate, de todas maneras, es de gran envergadura. Aunque desde la Secretaría de Estado de la Seguridad Social se insiste en que las cotizaciones sociales están volviendo a crecer “como se hizo en la época de bonanza económica”, los expertos advierten de que el importe de estas cuotas ya no es el que era. Ni mucho menos. Los bajos salarios son la causa de este descenso. “Más cuotas sí. Pero en las arcas entra menos dinero”, dicen los expertos de Óptima.

Podemos ya ha dicho que la propuesta del PSOE “no garantiza la viabilidad del sistema”. Ciudadanos, por su parte, la rechaza, en los mismos términos en que lo hace el PP

El debate está servido. Están en juego muchos votantes, los de la tercera edad, que en anteriores comicios han inclinado la balanza.

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