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Otra España a ciencia cierta es posible

Gonzalo Osés
Gonzalo Oséshttp://www.gonzalooses.es
Soy abre puertas, se me da bien conectar necesidades con soluciones. Me rijo por tres frases: la de mi madre “la vergüenza pasa y el provecho queda en casa”; la de mi padre, “la persona más feliz es la que menos necesidades tiene”; y la mía, “para crear valor hay que tener valor”. En plan profesional, soy FEO (Facilito Estrategias Operativas), cofundador de Xaudable, conecto innovación con el mercado, mentor y docente en @eoi y @SEK_lab. Emprendedor con mi startup de comida rápida saludable. Autor libro “abre puertas, cómo vender a empresas”. Miembro de @Covidwarriors. En otras décadas organicé en IFEMA la feria Casa Pasarela y fui gerente de un concesionario oficial en Madrid de motos Honda. Licenciado en Dirección y Administración de empresas por CEU San Pablo, diplomado en diseño industrial por IED (Instituto Europeo Di Design), master de comunicación aplicada en Instituto HUNE.
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análisis

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El pasado 12 de noviembre me llegaba la newsletter de lo que para mí es la institución de referencia en educación abierta, como es la Fundación Rafael del Pino, convocando a ¡por fin! la reanudación de las masterclass presenciales en su auditorio, al grito de  «Tecnologías para impulsar España, ¿por fin la ciencia y la innovación?». No leí más, y me apunté. Puede que haya otros foros, pero dime en cual puedes conocer y hablar con el vicepresidente mundial de Facebook, que en parte lo es, porque la Fundación se cruzó en su camino.

El 17 de noviembre Vicente Montesgan maestro de ceremonias nos adelantaba la navidad, al inaugurar el curso presencial, presentar el informe INTEC cual almanaque de Regreso al futuro, poder desvirtualizar a Iñaki Berenguer (Cover Wallet), y el gran regalo inesperado fue que invitaron a la alquimista Sonia Contera para analizar el informe y plantear la ruta a seguir para diseñar una identidad propia de la ciencia española, que a día de hoy no existe. Así, mismo, con Javier García Martínez generaron un constructivo debate del que me quedo por un lado con la reflexión de Anana sobre qué es avanzar, y por otro sobre la eterna pregunta de Vicente sobré cómo retener y atraer talento, Javier contestó creando comunidades, Sonia consiguiendo que se diviertan en esas comunidades al ayudar a emprender sin buscar rédito, e Iñaki facilitar la movilidad del talento con ayudas fiscales y reducir barreras de entrada.

Lo bueno del offline es que puedes conversar durante unos minutos con los ponentes, lo cual, hace del auditorio de la Rafael del Pino una fuente ingente de creaciones de relaciones futuras de valor. Si quieres estar al corriente de las conferencias cual clases magistrales que ofrecen, te sugiero inscribirte en su newsletter.

Sobre el almanaque «España a ciencia cierta cierta» de la cátedra Ciencia y Sociedad de la Fundación, donde Javier ha coordinado a referentes de la talla de María Blasco, agradecerles varias cosas, la primera que se hayan acordado de Gestión 2000, para reflotar una de las líneas editoriales de Planeta, para que recupere el apogeo del que disfrutaba hace un lustro.

Por otro lado, es de agradecer el cuidado que han tenido con el continente, sabedores, que la mayoría de lectores serán decisores institucionales con una edad, donde la presbicia la tendrán casi todos, así que tamaño del almanaque de un folio, con tamaño de letra grande, y para que sea receptivo tanto los diferentes receptores del mensaje: auditivos (texto conciso), visuales (mucho gráfico) y para que los kinestésicos no nos aburramos colores pastel a diestro y siniestro, donde es más claro el mapa de la página 134 que el de la 97.

Sobre el contenido, en la página 19 hay una frase digna de enmarcar «Por alguna razón, España se siente más cómoda comprando que desarrollando tecnología». Una triste verdad, que choca más aún al ver como en la página 24 demuestran que somos líderes europeos en proyectos de Horizonte 2020, pero como escriben en la página 28 «nuestro país ocupa el puesto 29 en apoyo fiscal a la I+D, de la OCDE, por debajo de la media europea». Y en la página 40 destacan la «debilidad para hablar con voz propia es la fragmentación de territorios y de intenciones del ecosistema de innovación» donde «acordar y concertar estrategias como sector público que operan en diferentes planos. Muchas veces de forma descoordinada y con bajos niveles de transferencia de  información». Con lo que hay 12.000 investigadores españoles  fuera de nuestras fronteras.

En la página 44 enumeran los vectores de transformación que han usado, como son: «Cuarta revolución, ética, procesos espacios personas, salud personalizada, nuevas funciones nos materiales, descarbonización, equidad, calidad de vida, competitividad, resiliencia, empleabilidad y ODS». Lo cual, me sorprende que no haya ninguno referente a la rentabilidad de la misma, más aún teniendo en cuenta los miles de millones que habría que invertir en las mismas. Una cosa es orientarse por IDH (Indice de Desarrollo Humano), más que por el PIB, pero creo que hay un sesgo claro marketero en tanto ODS, ética, equidad. Además, no he encontrado la explicación a los mismos, del por qué esos y no otros.

Se agradece que cada tecnología siga un orden: En clave, la tecnología, oportunidades, el potencial de España, retos, conclusiones y bibliografía. A lo que echo en falta en la parte final del almanaque un índice por apartado, para agilizar la consulta posterior.

Las tecnologías que exponen son telemedicina, fotónica, hidrógeno, neurociencias, matemáticas para el procesamiento de datos, realidad aumentada, supercomputación, agricultura de precisión y nanomedicina.

En general resulta muy instructivo el desarrollo de cada tecnología, pero hay dos aspectos que me chocan, por un lado, si el objetivo es impulsar España se me escapa la razón de incluir la fotónica donde en la página 95 escriben «España carece de infraestructuras para la aplicación de grandes series comerciales»… En cambio, como se recoge en la página 142 «si podemos liderar la transición europea a la economía del hidrógeno».

Por otro, me sorprende la apuesta decidida por al realidad aumentada, frente a la virtual, de la que escriben en la página 212, «la realidad virtual, a pesar de que para Tim Cook, está experiencia es muy sugestiva, pero tiene un potencial económico mucho menor que la realidad aumentada». Lo cual, contradecir de esta manera al CEO de Apple, la empresa con la segunda mayor valoración bursátil del mundo, me llevó a preguntar a Javier Sirvent cuál de las dos realidades tiene más potencial en el futuro. El cual, me respondió que la virtual, y no sólo porque ya haya metaversos en realidad inmersiva como son Minecraft, o Fournite donde los niños compran activos con criptomonedas, si no, que la realidad aumentada se va a enfrentar a un gran problema de privacidad, ya que implica usar una cámara o un escáner y grabar el entorno que te rodea incluidas las personas que estén en él sin su consentimiento.

Aprovechando la frase de la página 242 «cómo democratizar y descentralizar la medicina», y como Javier García plantea este almanaque de sabiduría como una llamada a la acción, le suplicó, que se convoque de nuevo al consejo de sabios de la cátedra Ciencia y Sociedad e incluyan otros perfiles como son Sonia Cantera y Javier Sirvent, para analizar, y lanzar propuestas para dar la vuelta a la frase «Por alguna razón, España se siente más cómoda comprando que desarrollando tecnología». Porque, en el debate entre científicos e inversor, se les olvidó el cuello de botella que es la actual transferencia tecnológica, de la que depende en gran parte de decisores tanto públicos como privados que se arriesgan muy poco. Los que me leen habitualmente están cansados de que haga referencia a que solo un business angel intentó ayudar a la startup española de biotecnología que tiene una cura para la Covid19 y que ha eliminado diversos tipos de cánceres en grado 4 a 82 pacientes, pero no tienen inversión para hacer un ensayo clínico.

Perdón por ser pesado con esto, pero «todos tenemos una gran tarea por delante: la de contribuir a que el conocimiento heredado de otros, junto con nuestro particular valor añadido, siga transmitiendo a las siguientes generaciones en libertad.» Como nos recuerda desde la pared del auditorio las palabras de Don Rafael del Pino, por ello, la comunicación entre las partes, la traducción de los datos a un relato que los gestores públicos comprendan es clave para diseñar con argumentos y hechos la identidad de la ciencia española en forma de una consolidada transferencia tecnológica.

GO!

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