La primera ministra británica sorprende, una vez más, convocando elecciones anticipadas como estrategia para fortalecerse interna y externamente. El parlamento de Westminster ya ha aprobado por mayoría absoluta la moción que Theresa May presentó en la cámara de los comunes para adelantar los comicios al 8 de junio.

Pero ¿qué hay detrás de este repentino cambio de idea? Recordemos que la premier no quería adelantar las elecciones bajo ninguna circunstancia pese a que se lo plantearon repetidamente después de las navidades. Sin embargo parece ser ahora o nunca. ¿Por qué?

Theresa May ha demostrado ser muy templada a la hora de tomar decisiones y al final va a resultar que el apodo de “la nueva dama de hierro” no iba demasiado desencaminado. Analicemos juntos qué busca con el Adelanto electoral.

Por una parte está el análisis político en clave nacional, y es que May quiere reforzar su posición dentro de su partido a la vez que pretende minimizar la influencia de algunos de sus compañeros de partido más radicales que ella para reducir posiciones aerófobas en Westminster a la hora de negociar con la UE. Con esto saldría doblemente reforzara, primero en el comité nacional del Conservative Party y segundo en la bancada conservadora de la Common House.

Por otra parte, también dentro de esta clave nacional, tendríamos que analizar como afectaría este adelanto electoral a los partidos políticos que componen el parlamento. Empezando por el propio partido conservador de May, está claro que va a beneficiar en el posicionamiento global, quizá no en el relativo, ya veremos cómo está asimilando la sociedad británica los mensajes que May lanza en los comunicados. Teóricamente podría bajar en algún escaño si la sociedad muestra en las urnas su rechazo un Brexit duro, pero May se está encargando de que no “parezca” tan duro para no perder ningún escaño. Además, el empeoramiento del resto de partidos políticos ayudara al alza a que May consiga una mayoría parlamentaria más holgada. En cuanto a los laboristas, la dura situación por la que están pasando, al igual que el resto de partidos socialdemócratas europeos, y el debilitamiento de su líder, Jeremy Corbyn, hace que puedan ser los más perjudicados y por tanto una de las razones por las que Theresa May quiere adelantar los comicios, para fulminar a su principal oposición. Después tendríamos a los liberales, encabezados de nuevo por Nick Clegg, quienes abanderaran la posición pro europea, al ser incapaces de liderarla los laboristas, y por lo tanto protagonizando el combate para sentar la bases de la negociación del Brexit contra la tesis dura de May. La UKIP perdería el único escaño que posee, según las encuestas. Y los escoceses (SNP) quieren usar estos próximos comicios como referéndum previo al que quieren repetir para decidir su independencia de Reino Unido en cuanto el gobierno le vuelva a dar la autorización para celebrarlo y así poder mantenerse en la UE solicitándolo a Bruselas.

Con este panorama propio de juego de tronos, la primera ministra pretende unificar las voces en el parlamento para tener las manos libres y negociar libremente, apelando a que “la sociedad está unida pero Westminster no”.

Analicemos ahora la clave internacional. La UE le ha contestado May que los planes sobre el Brexit siguen igual, independientemente del adelanto electoral. El 29 de abril se reunirá el Consejo para trazar y aprobar las directrices negociadoras. A principios de mayo la Comisión Europea presentara una propuesta más detallada que será votada por los 27 a finales de mayo, y después de esto, Michel Barnier empezara a negociar con Londres, pero no será hasta que los comicios se hayan celebrado el 8-J, como gesto de cortesía. Uno de los pocos que parece que tendrá la UE, pues en los comunicados comunitarios se está viendo la dureza con la que se va a negociar, y es que en una lucha entre burocracias, la europea es un gigante voraz.

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