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Operación Gladio de Ctxt

Santiago Aparicio
Santiago Aparicio
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Contador de realidades. Guitarrista de rock en mis tiempos libres. Y cazador de doxósofos.
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análisis

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La Operación Gladio fue diseñada por la CIA y buena parte de los servicios secretos de la Europa occidental como mecanismo para hacer quebrar la posible expansión de la URSS y sus ideas en el continente europeo. Se inventaron atentados terroristas de grupos de izquierda, se asesinó a líderes y pensadores de izquierdas y hasta tuvo vínculos con la mafia y organizaciones secretas (P2). El éxito al cabo de los años es evidente, cualquier tipo de proceso rebelde con apariencia de violencia es condenado inmediatamente en base a todos esos arquetipos instalados en el inconsciente colectivo.

Ahora los verdaderos generadores de arquetipos y mitologemas, los medios de comunicación, actúan como actuaban esos personajes de los servicios secretos. Sin necesidad de cometer atentados terroristas, ni asesinar a Aldo Moro cada semana, sí van formando el inconsciente colectivo en favor de la ideología dominante. Y toda persona que se sitúa fuera de esa ideología dominante, que ejerce el pensamiento crítico, es señalada para cancelar su vida intelectual… y si se puede social. Ahora toca actuar contra la izquierda que no traga con las estupideces de las fuentes postmodernas de la ideología dominante.

Ctxt señala a los objetivos a batir

En un reciente artículo Ctxt se ha dedicado a señalar a un grupo de personas, con el objetivo de que sean canceladas, como se dice en la actualidad, o postergadas a la prisión de la indiferencia. Tampoco es que sean estrellas de show televisivo esas personas, pero tienen el suficiente tirón en las redes sociales como para hacer pensar y mantener un sentido crítico a buena parte de la militancia de izquierdas. Nada mejor que calificarles de Neorrancios (curiosamente como un libro que editará dentro de poco el grupo Planeta, libro dirigido por una especialista en moda), rojipardos, criptofascistas o viejotestamentarios.

El artículo, en sí, es una verdadera mierda. Incoherente. Lleno de lugares comunes más propios de las redes de trolls de ciertos ministerios. Con dificultades para unir dos ideas seguidas y conjugar algún verbo. De hecho parece escrito en cierta secretaría de Estado donde las luces brillan por su ausencia. Porque el nombre del autor, Jesús Santos, es obviamente un apodo. Presentarse como psicólogo y funcionario es para nota, pero utilizar el nombre de un dirigente de Podemos es de no darse cuenta de que igual no cuela. Lo importante no era el mensaje sino señalar a ciertas personas como objetivos por rojipardos, neorrancios o fascistas sin más.

El peligro de la izquierda racional

Viendo la lista de señalados queda claro que lo que molesta a los posmolelos no es el debate de ideas, o que otras personas les estén quitando espacios de trabajo, no, lo que les molesta y por ello lanzan la Operación Gladio es que esas personas influyen en el pensamiento de otras con argumentos sólidos. Con argumentos, asómbrense, clásicos. Lucha de clases, patriotismo, materialismo, etcétera. Unos socialdemócratas (de mierda, que se decía antes) clásicos que desean un Estado de bienestar coherente, respeto por la cultura particular de cada comunidad, o socialistas que sueñan con procesos revolucionarios que acaben con la dictadura del capital. Estos son los neorrancios para los posmolelos.

¿Cuál es el problema? Que este tipo de discurso es más atrayente que las estupideces sobre independencias, las pollas femeninas, los pronombres, la ideología de género, comer gusanos ecológicos y sólo disfrutar de la vida según las normas impuestas por unos supuestos ideólogos postmodernos pero que encajan en los océanos azules del capitalismo a la perfección. La gran clave de bóveda es que los neorrancios son, en uno u otro modo, no-capitalistas y los postmodernos sí lo son aunque lo nieguen de boquilla.

Las personas señaladas para ser ejecutadas

Lo que viene ahora es el perfil, por si ustedes no conocen, de los personajes señalados. La visión de los mismos es de quien esto escribe, por lo que la subjetividad puede no encajar perfectamente con la visión que tengan otras personas. Lo que sí se advierte es que de neorrancios tienen poco.

Paco Arnau

Comunista, y por ende marxista-leninista, que se las tuvo tiesas en su juventud con Gerardo Iglesias que le acusaba, desde la dirección del PCE a mediados de los ochentas, de seguir apoyando el eurocomunismo y de tener contactos con la embajada de la URSS. Posteriormente sería purgado en el progromo de Izquierda Unida de Madrid. Un marxista clásico por tanto.

Víctor Lenore

Periodista cultural en Vozpopuli, de gustos extraños en ocasiones (no es que le gusten las batukadas en las manifestaciones), de izquierdas y católico. Les debe molestar lo de católico, no como el teólogo que tienen como accionista y miembro del consejo editor. ¡Ah, que a ese le ponen los nacionalismos periféricos! Pues a Lenore, no. Víctor debe ser de los pocos cercanos a la Radical Orthodoxy, escuela católica que pasa por la izquierda a los posmolelos.

Ana Iris Simón

Seguramente la mayoría de cuiros y posmos se tocarán hasta alcanza el órganos con Marcel Proust. Sin llegar a la calidad del francés, al menos por ahora, la escritora lo único que ha hecho es escribir En busca del tiempo perdido pero en versión manchega. Esto ha sido visto como una afrenta porque enseña que la clase trabajadora (y la clase media) vienen perdiendo poder adquisitivo, poder político y viven en peores condiciones sus hijos… vamos que se ha ido a la mierda la base del progreso. Y por eso es falangista.

Pedro Insúa

El único buenista (por Gustavo Bueno) que hay en la izquierda consecuente y les tiene que caer mal. Cierto que hay otros seguidores de Bueno en la izquierda pero esos están asilvestrados y no vienen al caso. Les molesta que defienda el materialismo y sea patriota español. ¿No habíamos quedado que el marxismo era materialista? Ahora no, parece que el marxismo debe ser puro subjetivismo, algo que Pedro niega. Y si hay gente que defiende su nación catalana y se dice de izquierdas ¿por qué no puede alguien ser de izquierdas y defender su nación español? Mucho maricomplejines es lo que hay.

Guillermo del Valle

Guille es un liberalote jacobino que defiende postulados próximos a la socialdemocracia o el laborismo clásico. Comparte que, entre otras luchas, hay una lucha de clases en la que él se posiciona del lado de las clases populares. Como jacobino defiende la centralidad de las funciones del Estado. Como millones de españoles de izquierdas está hasta los mismísimos de la turra con los nacionalismos periféricos y/o regionalismos románticos. Es poco identitario y eso contrasta con los postmodernitos que ven identidades hasta en las lentejas verdes.

Paula Fraga

Feminista radical contraria al borrado de las mujeres por medio de las leyes trans. Aquí les empieza a doler más porque entre las farmacéuticas que pueden perder negocio y las ventas de fetiches en el mercado hay mucho dinero en juego. ¿Alguien piensa que el movimiento transgenerista tendría un apoyo tan enorme si no hubiese dinero detrás? Travelos los seguirían llamando. Por denunciar cosas como estas y defender los derechos de las mujeres (no las pollas femeninas de los queer) debe ser señalada y condenada.

Daniel Bernabé

Famoso por su libro La trampa de la diversidad… no voy a contar más porque me tiene bloqueado en Twitter, pero que sepan que también está en la lista.

Ctxt y su facilidad para hacer votantes de derechas

Si se fijan en la imagen (obra de Luis Grañena) que acompañaba al artículo verán que se muestra a un trabajador, de cuello azul para más señas, que levanta el puño pero en la sombra se ve el saludo fascista. Ramiro Ledesma debe estar corriéndose de gusto en su tumba porque justo eso es lo que le hubiese gustado, que la prensa de izquierdas señalase a la clase trabajadora como fascista. Hubiese llenado las JONS (verdadero partido fascista en su momento) de monos azules.

Esa imagen refleja el clasismo de quienes lo escriben y lo publican. Son representantes de la izquierda verdadera pero no de esos obreretes de clase trabajadora. Lo que siempre se ha dicho, pequeño burgueses que van de intelectuales. Lo curioso es que arremeten contra otros pequeño-burgueses, salvo que estos no son bohemios. No son bobos. Tampoco es que tengan a las masas detrás, pero hay que fulminarles para que quede todo llano y se pueda cumplir la agenda globalista. Vamos una máquina de hacer votos en la derecha.

La izquierda racional

¿Se es fascista por defender las tradiciones comunes y a la vez defender la mejora de las condiciones de la clase trabajadora? Pues en España hay millones de fascistas o neorrancios. ¿Dónde se indica que defender el nacionalismo periférico burgués (con tintes nazis además) para la construcción de nuevos Estados está en la agenda marxista? Si sólo hay que leer a Étienne Balibar para ver que lo que se quería era derruir el Estado. ¡Ah, que este no es de las lecturas recomendadas por las universidades estadounidenses! Como tampoco lo son John Milbank, Diego Fusaro (otro rojipardo clásico), Louis Althusser (que agarraría del cuello a más de uno), John Gray (este sí le recomiendan pero es que no le han leído en realidad), Jean-Claude Michéa, Pierre Guilluy y tantos otros.

Utilizar la racionalidad está mal visto, entre otras cuestiones, porque enseña que los emperadores van desnudos; que lo que nos venden como izquierdas, una vez que les quitas los ropajes republicanos o guevaristas, no es más que burgueses deseosos. Hijos de la sociedad del espectáculo no pueden permitir que les chafen la función. El materialismo desnuda a todos estos pijo-progres, bohemios burgueses, izquierdita caviar y demás, por ello hay que señalarlos a fin de que actúe contra ellos. La izquierda racional está mal vista en la actualidad, se postula ante el capitalismo como totalidad (es lo que tiene haber leído y comprendido a Hegel). Unas desde el recuerdo, otros desde el catolicismo, aquellos desde el patriotismo, el socialismo o el jacobinismo.

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