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Odiar a Vox

Luis Carlos Nogués
Luis Carlos Nogués
Fundador y secretario general de SOMOS España.
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análisis

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Como si no hubiera un mañana: hay que odiar a Vox. Esa es la principal premisa programática de la izquierda institucional –y aspirante- para frenar un fascismo fantasmagórico e inexistente. Llevamos desde 2019 con la misma cantinela: VOX suelta una boutade en un mitin o un medio de comunicación y toda la izquierda se revuelve rabiosa como una horda del Days Gone, retroalimentando de esta manera a la formación pistacho.

La última de estas “provocaciones” ha sido la de Macarena Olona asegurando que Julio Anguita –héroe del izquierdismo patrio- se “avergonzaría” del gobierno más progresista de la historia y estaría “orgulloso” de Vox, si viviera hoy. No es una declaración espontánea: forma parte del giro obrerista del partido de Santiago Abascal para abarcar a los votantes de izquierda huérfanos o desencantados con los petimetres posmodernos que dirigen las formaciones progresistas. Pero lo peor no es que una organización de derechas especule con las hipotéticas piruetas jorgeverstryngeanas de un político de izquierdas muerto, sino que puede que tengan hasta razón: Anguita hubiera sido el primer opositor a esta coalición parásita, traidora e inoperante. O, al menos, eso me gustaría creer.

Todos esos litros de bilis expulsados a caños por las abrasadas gargantas de izquierdistas desnortados son prueba inequívoca del éxito de esta estrategia. Líderes, militantes y simpatizantes de la izquierda saben perfectamente de qué va la vaina, pero no tienen un proyecto definido de país ni agenda propia para confrontar las propuestas de Vox. Por esta razón, su única estrategia es odiar fuerte a Vox, tacharlos de “vendeobreros” o de “falsos patriotas” y montar en cólera cuando los liberal-conservadores se apropian de los símbolos y del patrimonio histórico de la izquierda española. Ésta, sin embargo, se muestra incapaz de hacer lo propio con los símbolos y patrimonio de la derecha: no pueden hablar siquiera de unidad nacional sin justificarse de inmediato, por ejemplo.

Puesto que saben que tienen la partida perdida de antemano, sólo les queda rabiar, patalear, hiperventilar y aspaventar. Y es que en el fondo de sus corazones saben que son responsables y culpables –por obra u omisión- del auge de Vox, ya que no han sabido construir una izquierda nacional definida que les haga frente. Durante todos estos años se han dedicado a bailar el agua a identidades (de género, étnicas, etc.) y a minorías subjetivas, olvidándose por completo de la mayoría objetiva: la clase trabajadora española (con más conciencia nacional que de clase). Han abandonado un importante nicho de mercado electoral que ahora está siendo absorbido por los que antaño se llamaban a sí mismos “la derecha”.

Por supuesto que aún hay resistencias sociológicas en el país más ideológicamente polarizado de Europa, pero la balanza se va decantando –poco a poco- del lado pistacho. Y lo saben. Y sólo les queda ir a rebufo de Vox y odiarlos, odiarlos mucho.

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9 COMENTARIOS

  1. yo no odio a vox dentro de una democracia tienen que estar todas las ideologias representadas lo que nonos gustas a las izquierdas son sus mentiras provocaciones insultos incluso sus ATENTADOS COMO EL QUE A SUFRIDO UN CONCEJAL DE IU EN UN PUEBLO DEL CORREDOR DE HENARES ESTOS NUEVOS FACISTAS QUE SE HAN VACUNADO TODOS LA OLANA FUE UNA TIENE QUE RESPETAR A LOS QUE NO PENSAMOS COMO ELLOS Y DUDO MUCHO QUE JULIO ANGUITA APOYASE ALGUNAS PROPUESTAS FACISTA DE VOX

    • Mientras la izquierda vaya de la mano de los nacionalistas su proyecto solo servirá para que sus dirigente puedan comprarse chalets.

      Un proyecto político para España no puede hacerse aliándose con quienes tienen como principal proyecto destruir España. Da vergüenza ver las manifestaciones de la izquierda donde aparecen todo tipo de banderas «nacionales», feministas, sindicalistas, etc, y no ondea una sola bandera de España.

      Mientras la izquierda no se reconcilie con su nación, con la España de Azaña, de Hernández, de Lorca y de Machado, y siga pactando con sus enemigos, los españoles les seguirán dando la espalda, y Vox creciendo.

      • A Abascal no le hace falta aliarse con el PP para comprarse un chalet en la mejor zona de Madrid, ya le regaló el dinero la sra. Espe montándole un chiringuito a su medida.
        Otro fascista ensuciando la memoria de auténticos demócratas.
        Y Vox seguirá creciendo mientras los «medios» le sigan haciendo publicidad gratuita en vez de criticar sus barbaridades.

      • YO SEGUIRE VOTANDO A UNIDAS PODEMOS O IZQUIERDA UNIDA Y SI DESAPARECEN Y EL PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA SE PRESENTA LES VOTARE Y LA BANDERA DE MI PAIS SERA ESA DONDE HAYA SANIDAD PUBLICA EDUCACION PUBLICA TRABAJO DIGNO CON BUENOS SALARIOS Y UN LARGO ETCETCETC Y DUDO MUCHO QUE VOX Y EL PP VAYAN A HACER ALGO QUE NO SEAN LO CONTRARIO ESO SI SE REFUGIAN EN ESA BANDERA QUE NO ES SOLO SUYA ES DE TODOS UN SALUDO ORTIZ

      • Lo que veo es que donde menos sentimiento nacional español hay, es donde menos Vox hay. Pero el problema son los «nacionalistas» (porque ser «español» no es nacionalismo, eso lo son los demás, la «españolidad» es lo natural por la gracia de dios y amén) Igual ahí está una de las claves. Potenciar las identidades nacionales alternativas a la españolidad (por otro lado siempre planteada en clave etnicista y excluyente frente a la pluralidad del estado) Seamos más castellanos, andaluces, cántabros, vascos, canarios, etc, que españoles. Y sobretodo obreros

  2. Repugnante. No he sido capaz de acabar de leer semejante sarta de barbaridades y estupideces dignas de esas «boutades» de la Olona o el Espinosa.

    • Comparto es un articulo repugnante. El autor todavía no se ha enterado que la intolerancia es lo único que no se puede tolerar y que hacerlo es cometer un crimen contra la humanidad. Nauseabundo artículo.

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