La constructora brasileña Odebrecht, la responsable del mayor escándalo de corrupción de Latinoamérica ha propuesta al Santander y a otros bancos acreedores la continuidad del cobro de dividendos pagados por la empresa petroquímica Braskem para que, de este modo, tanto el banco cántabro como el resto de entidades acreedoras puedan frenar la venta de las acciones que tienen y ganar en rentabilidad a la hora de restañar deudas, según ha informado Reuters.

Odebrecht está reestructurando una deuda de más de 10.985 millones de euros. La constructora ha hecho una propuesta al Santander y al resto de bancos acreedores para mantener un periodo de dos años de inactividad durante el cual no se pagará deuda, pero recibiendo un 80% de los dividendos pagados por Braskem. Además, la empresa brasileña ha propuesto que sus acreedores acuerden una prórroga de un año.

Sin embargo, tanto el Santander como el resto de bancos acreedores han exigido que no se produzca ningún cuestionamiento más sobre el derecho de la banca a tomar posesión o vender acciones, un hecho que se encuentra en la actualidad en los tribunales.

En ese proceso, Odebrecht argumentó que las acciones de Braskem era un activo esencial que no se podía vender. La razón de que la constructora no quiera que el Santander y los bancos acreedores vendan ahora las acciones de la petroquímica es porque, en la actualidad, su precio apenas cubriría el total de la deuda. En concreto, apenas llegaría a los 13.000 millones de euros.

El Caso Odebrecht

El Caso Odebrecht mostró al mundo la importancia de los corruptores porque, para que haya corrupción es necesaria la participación de dos partes. Normalmente los escándalos surgen con las personalidades políticas que se ven implicadas en los mismos, pero se deja muy de lado a quien pone el dinero en el bolsillo de los que tienen capacidad de decisión a la hora de adjudicar los contratos. Hay quienes asumen su responsabilidad, hay quienes pretenden eludirla. Sin embargo, hay otra categoría que escapa a todo análisis de la ética humana: aquellos que se saben impunes a la mano de la Justicia y siguen postulándose a ocupar los más altos cargos del poder en sus respectivos países.

Odebrecht es, quizá, uno de los corruptores más importantes de la historia. Sus sobornos llegaron a casi todos los países de Latinoamérica. Más de 15 presidentes y ex presidentes de diferentes países estuvieron implicados en esta red de cuimas. Muchos de ellos han sido procesados o imputados, pero, hasta el día de hoy, ninguno fue condenado. La realidad es que el día en que el Departamento de Estado de los Estados Unidos hizo pública la investigación que estaba llevando a cabo respecto a las actividades de Odebrecht, muchos de los principales políticos latinoamericanos temblaron de miedo.

El pasado mes de abril pudimos cmprobar cómo la Justicia peruana procedió a la detención de los ex presidentes Alan García —que se suicidó cuando la policía iba a detenerle— y Pedro Pablo Kuczinsky. Odebrecht informó al Congreso peruano en diciembre de 2017 de que había pagado 4,8 millones de dólares a dos empresas asesoras que están vinculadas al ex mandatario. El ex presidente Alejandro Toledo está acusado por haber recibido, presuntamente, un soborno de 20 millones de dólares de Odebrecht.  Por su parte, Ollanta Humala y su esposa cumplieron 18 meses de prisión preventiva por un presunto delito de blanqueo de capitales y asociación delictiva relacionado con Odebrecht.

Evidentemente, donde el golpe fue más duro fue en Brasil, país de origen de la constructora. Tanto Michel Temer, quien fue detenido por su presunta implicación en otro caso de corrupción, como Dilma Rousseff o Lula Da Silva se vieron implicados en las investigaciones.

En Colombia, Otto Bula, ex senador que se encuentra encarcelado, afirmó haber recibido 4,6 millones de dólares en sobornos de Odebrecht, hecho que salpicó a la campaña de reelección de Juan Manuel Santos, sobre todo cuando en marzo de 2018 el jefe de campaña confirmó la recepción de un pago de la constructora por valor de 2 millones, aunque negó la implicación de Santos. Odebrecht, además, también realizó pagos para la campaña del rival del ex presidente colombiano, Óscar Iván Zuluaga.

En República Dominicana las mayores adjudicaciones a Obebrecht se realizaron durante las dos últimas presidencias de Leonel Fernández. Durante ese periodo se asignaron a la constructora brasileña 14 obras por un valor de más de 2.000 millones de dólares. De este modo, Odebrecht se convirtió en la principal contratista de la República Dominicana. Finalmente, todas estas obras terminaron costando más de 3.200 millones de dólares, superando en nueve casos el umbral del 25% permitido por la ley dominicana. Destaca, por ejemplo, la construcción de la Autopista del Coral y Circunvalación La Romana que tuvo un sobrecoste de un 148% respecto a lo presupuestado.

Sin embargo, a Leonel Fernández no le ha pasado nada. Ha habido detenciones de ministros, diputados y senadores, además de empresarios, pero jamás se ha cuestionado a la figura del ex presidente, por más que sea vox pópuli su presunta implicación en la trama de corrupción.

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