El marco macroeconómico de América Latina desestabiliza las cadenas comerciales. Empieza en Colombia, pasará por Lima y sus ciudades principales, y llegará a Santiago de Chile, donde diseñaron un modelo de empresa sobre columnas muy endebles.

Colombia acaba de anunciar el retiro de dos grandes cadenas comerciales creadas en Santiago de Chile, sucesos que tienen que ver con la saturación de los mercados locales, donde el consumidor no cuenta con recursos para la renovación sistemática de prendas de vestir, artefactos eléctricos y productos suntuarios para una economía regional, donde la realidad es profunda e inequitativa en la distribución social del PBI.

La Polar también. El caso de Ripley no es el único ocurrido recientemente con una tienda por departamentos de origen chileno. Producto de los malos resultados en el país, los directivos de La Polar decidieron retirarse del mercado colombiano a comienzos del 2014, luego de sumar seis filiales en ciudades como Medellín, Bogotá, Bucaramanga y Yopal.

Ripley en Medellín tiene un área de 9.000 metros cuadrados distribuidos en 5 pisos con áreas de telefonía, audio, video, belleza, accesorios, mujer, relojería, óptica, calzado, lencería, hombre, infantil, cuidado personal, decoración, hogar y juguetería, entre otros

Desde Chile el gerente general subrogante de Ripley Corp., Sergio Hidalgo Herazo, en un reporte a la Superintendencia de Valores y Seguros de ese país, informa que la cadena de tiendas por departamento que opera seis locales: dos en Bogotá, y el resto en Bucaramanga, Neiva, Villavicencio y Medellín, dejará Colombia en 90 días.

La totalidad de la cartera financiera será vendida a Banco Popular de Colombia, operación que está sujeta a la aprobación de las autoridades en el país.

Al explicar las razones de su retiro del mercado colombiano, señaló que pese a que puso en marcha varias iniciativas para hacer competitivas las tiendas y alcanzar las metas, «no se dieron las oportunidades para materializar el plan de negocios originalmente previsto».

«Adicionalmente, el escenario macroeconómico de Colombia sufrió cambios que no eran previsibles en la época en que se decidió invertir en ese país. De este modo, no se produjeron los resultados esperados ni los niveles de participación de mercado necesarios para garantizar la sostenibilidad de la operación en el mismo», agregó.

El empresario informa que cumplirá en Colombia «todos sus contratos y compromisos legales, tanto con proveedores como con las personas que son parte de la operación» e indicó que el proceso de cierre se realizará de manera paulatina durante los próximos 90 días.

La misma empresa, que también tiene operaciones en Perú además de Chile, explicó que los costos asociados al cierre de las operaciones se reflejarán en la contabilidad de los estados financieros consolidados al 31 de diciembre de 2015, mediante un cargo de 92 millones de dólares.

También la reclasificación a resultados de la diferencia de cambio generada en las inversiones en Colombia por 21 millones de dólares, añadió.

Ripley, controlada por la familia Calderón, indicó que espera que la decisión le genere un ingreso de 18 millones de dólares y afirmó que en adelante se dedicará a fortalecer y consolidar su presencia en los mercados de Chile y Perú.

Fuentes del sector dijeron que la empresa estaba evaluando desde el año pasado la solvencia de sus operaciones en Colombia. Ripley de Colombia, Perú y Chile son un caso que revela, entre otros, la inestabilidad que provoca la crisis global.

La prensa de Bogotá detalla cifras negativas de las tiendas Ripley, La Polar y Casa & Ideas, que obligaron dejar Colombia y que son decisiones que explican las causas de la crisis internacional vigente y que se profundiza en diferentes cadenas comerciales de América del Sur.

La cadena chilena Ripley de Colombia venderá los activos de la compañía de financiamiento al no obtener los resultados esperados en el mercado y arrastra a otras que tampoco pueden competir con los productos del Asia.

Para la compañía, a pesar de los múltiples esfuerzos corporativos por mantener sus tiendas, el escenario macroeconómico de Colombia sufrió cambios que no eran previsibles en la época en que se decidió invertir en el país.

“Se pusieron en marcha múltiples iniciativas para hacer competitivas las tiendas y alcanzar las metas propuestas, pero no se dieron las oportunidades para materializar el plan de negocios originalmente previsto”, afirmó la compañía.

Tras conocerse la decisión, las acciones de Ripley escalaban un 3,09%, a 287,50 pesos a media jornada en la Bolsa de Santiago.

El comercio minorista

La incursión de cadenas chilenas de comercio minorista en Colombia ha sido agridulce. Falabella, a través de Sodimac Colombia (operador de los Homecenter) y la cadena de almacenes por departamentos que lleva su propio nombre, es líder. Jumbo y Easy (del Grupo Cencosud) participan, en los negocios de supermercados y ferreterías.

Sin embargo, en el 2014, empacó maletas La Polar, otra tienda por departamentos, que adujo factores en contra como cambios en las condiciones de mercado y arancelarias.

Casa & Ideas, enfocada en decoración del hogar, fue otra chilena que llegó al país en 2010, pero también se fue a los pocos años.

Actualmente, Ripley ya cuenta con veinte tiendas en el Perú, y la Asociación de Centros Comerciales y Entretenimiento del Perú (Accep) estima con entusiasmo que el país contará con más de cien centros comerciales.

París en Chile y Arequipa

El arribo de tiendas Paris, de la mano de la chilena Cencosud, ha calentado el negocio por departamentos en el Perú, donde las estadísticas oficiales remarcan el macrocrecimiento del PBI, pero no menciona el desempleo y la informalidad laboral que camina al 80% de la población económicamente activa.

La firma invirtió US$ 7 millones en su primera tienda en Arequipa, al sur de Lima, ha confirmado la apertura de otras cinco durante en Lima, Ica y Cajamarca, desembolsando US$ 42 millones.

“El tener un banco es la asociación que todo retailer sueña”, Ripley Corp S.A., se constituyó en diciembre de 2004 en Santiago y está sujeta a la fiscalización de la Superintendencia de Valores y Seguros de Chile, pero los sobreprecios de los productos que ofrecen sus establecimientos son tan altos, que el retiro de clientes crece cada mes.

Luego que Ripley hizo oficial la decisión de dejar Colombia, la compañía aseguró que enfocará sus recursos al fortalecimiento y consolidación de su presencia en Chile y Perú, en los que actualmente tiene operaciones con oportunidades de crecimiento, aunque con grandes competidores del Complejo Gamarra, la importación del Asia y el contrabando por las fronteras del Sur que opera en la impunidad.

La compañía chilena informó que ha diseñado un plan de retiro extraordinario a sus colaboradores y que la totalidad de la cartera financiera será vendida al Banco Popular, sujeto a la aprobación de la autoridad regulatoria.

Norberto Rossi, director general de Ripley, espera que la operación que dirige se convierta en la más importante de la corporación chilena dentro de siete u ocho años, a quien se le conoce por su experiencia en supermercados.

“No se trabaja con uno o 5.000 productos, se trabaja con 200.000 productos. Esto genera actividades diarias que son muy distintas una de otra”, dice.

En 1997, Ripley comenzó sus operaciones en Perú inaugurando su primera tienda en el centro comercial Jockey Plaza de la ciudad de Lima. Esta oferta se complementa con el otorgamiento de crédito a través de la Tarjeta Ripley, administrada por el Banco Ripley Perú S.A., que es un motor fundamental para impulsar la venta y potenciar la oferta de valor a sus clientes.

En Perú y la informalidad comercial. Juan José Calle, presidente de Asociación de Centros Comerciales del Perú opina que cerca del 70% del comercio minorista en el país es informal, por lo que el terreno para que el retail moderno se expanda es aún sumamente grande.

“Fuera de Lima, la ciudad en términos de comercio más importante es Arequipa. Hace seis años, esa región solo contaba con un pequeño centro comercial. Hoy ya tiene cinco. Las ciudades del norte también han crecido bastante”.

Las regiones con mayor potencial para el retail moderno en los próximos cinco años son Piura, Chiclayo, Trujillo, Ica, Huancayo y Cajamarca porque tienen por lo menos unos 100.000 habitantes, pero los empresarios no perciben que la informalidad es una forma de supervivencia, ante las sobreutilidades que logran las   grandes cadenas, con su agresiva publicidad, que el consumidor prefiere la supervivencia antes que consumir en cadenas comerciales.

Chile, o los empresarios chilenos se equivocan invirtiendo en negocios que buscan altos rendimientos en una población donde la desigualdad de ingresos es alarmante y la más inequitativa. El crecimiento de la economía peruana no es desarrollo. La mano invisible del mercado ya se percibe y se siente en la piel del consumidor desempleado o con salarios de hambre, con presencia masiva del narcotráfico, la profunda corrupción del Estado, cuyas elecciones generales se realizarán el 10 de abril próximo y en cuyo proceso tampoco la Izquierda y grupos de avanzada logran la necesaria Unidad.

 

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