El director de la revista Frontier Myanmar, Danny Fenster, recibió ayer la noticia de que la fiscalía de Yangon le acusa ahora también de “sedición”, según el artículo 124a del código penal, y de “terrorismo”, según el artículo 50a de la ley de terrorismo, cargo que se castiga con cadena perpetua.
Detenido el 24 de mayo, cuando se disponía a volar a Estados Unidos para visitar a su familia, Fenster fue acusado inicialmente de poner en peligro los intereses de las fuerzas armadas, según el artículo 505a del código penal, cargo utilizado por la junta para encarcelar a todos los periodistas detenidos por los militares.
El 4 de octubre se le añadió un segundo cargo de asociación ilícita, y un mes después, el 3 de noviembre, se le imputó un tercer cargo de “asociación ilícita”.
“Con cinco cargos, entre ellos uno que podría llevarle a pasar el resto de sus días en una de las cárceles de Myanmar, el trato reservado por la Junta a Danny Fenster constituye claramente una persecución”, declara Daniel Bastard, responsable de la sección Asia-Pacífico de Reporteros sin Fronteras (RSF). “Este periodista está pagando un alto precio por su compromiso con la libertad de prensa en Myanmar. Exigimos su liberación inmediata e incondicional”.
Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos ha declarado: “El régimen debería dar el paso prudente de liberarlo ahora… Su continua detención es inaceptable”. La Junta Militar no hizo comentarios sobre los nuevos cargos.
El golpe de Estado que las fuerzas armadas de Myanmar dieron el 1 de febrero fue seguido de una ola de detenciones de periodistas sin precedentes. Según el recuento de RSF, desde el golpe de Estado han detenido a más de un centenar de periodistas, y actualmente hay un total de 47 profesionales de los medios de comunicación detenidos.
Reporteros Sin Fronteras pide la libertad inmediata e incondicional de Danny Fenster y recuerda que Myanmar ocupa el puesto 140 de 180 países en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021.
