Nueva Zelanda anunció el miércoles aranceles del 35% sobre todas las importaciones de Rusia y extendió una prohibición de exportación de productos industriales vinculados a industrias rusas estratégicas.
«Las imágenes y los informes emergentes de atrocidades cometidas contra civiles en Bucha y otras regiones de Ucrania son abominables y reprobables y Nueva Zelanda continúa respondiendo a actos de agresión sin sentido» por parte del presidente ruso, Vladimir Putin, dijo la ministra de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta.
Nanaia Mahuta enfatizó que Rusia debe «responsabilizarse por los crímenes de guerra y las atrocidades cometidas contra civiles inocentes». “Junto con otros 41 países, Nueva Zelanda anunció su apoyo al enjuiciamiento de la Corte Penal Internacional y ofreció financición para las investigaciones”, agregó el diplomático.
El ministro de Comercio de Nueva Zelanda, Damien O’Connor, dijo que las nuevas sanciones estaban destinadas a «presionar al régimen de Putin», junto con otras medidas implementadas por la comunidad internacional, «para poner fin a las hostilidades en Ucrania».
Las nuevas sanciones entrarán en vigor el 25 de abril, según un comunicado del gobierno, que indicó que «es la respuesta económica más significativa de Nueva Zelanda a la invasión rusa hasta la fecha».