Nuestra huerta abandonada

La despoblación de la España rural es preocupante, las políticas que han perpetrado contra nosotros desde hace años los delincuentes tintados de azul y rojo (la misma mierda son), están encaminadas por orden del capital a obligarnos a migrar a los grandes núcleos urbanos.

Es grave que la sociedad en su totalidad no se manifieste ni movilice de forma contundente por esta dramática situación; en la última década 6000 municipios han perdido su población, 5000 pueblos tienen menos de 1000 habitantes, el 56% del territorio está ocupado por tan solo 4,5 millones de habitantes, 12 habitantes por kilómetro cuadrado y somos en total aproximadamente 47 millones.

Eso quiere decir que el 90% de la población vivimos en el 30% del territorio, es un sinsentido que nuestra huerta esté abandonada y estemos concentrados de esta manera.

En los pueblos pequeños y aldeas, la tasa de natalidad es inexistente, la juventud ha migrado, quienes aún viven ahí son personas mayores que con sus pensiones dan vida económica a estas localidades en bares y tiendas, pero en el momento que terminen su ciclo, estos lugares serán una anécdota de lo que fueron en la historia, hoy pueblos fantasmas, tan solo lugares de recreo y destinos vacacionales.

La administración no tiene la más mínima preocupación en estas personas que viven en la más absoluto desamparo, tienen servicio médico solo una vez a la semana y no disponen de servicio de autobuses.

Estas situaciones llevan a un detrimento en su calidad de vida, agravando sus dolencias y en los casos más graves la ambulancia solo dará un viaje de ida para certificar una defunción, qué más da, son viejos, un gasto menos para el arca de las pensiones y la Seguridad Social, mientras menos duren más para robar, en eso son expertos Populares y Socialistas.

Estas son parte de las políticas antisociales del PSOE y el PP, a quienes una inmensa mayoría han votado sumidos en la ignorancia, tan solo hace falta usar la lógica y el sentido común para comprender que estos pseudo políticos no nos sirven a la sociedad, sólo a los intereses mezquinos del capital.

Estos lugares vuelven a la vida cada fin de semana, cuando regresan quienes se han marchado a visitar a sus mayores y en fiestas durante 15 días al año se vive el bullicio y el jolgorio que no se cabe en las calles, el resto de los días están abandonados, solitarios y tristes.

La vida otrora eran los 365 días del año, cómo han cambiado las cosas.

¿Cuáles son las recetas para evitar la despoblación en los pueblos?, La respuesta es compleja, cada pueblo tiene unas características propias por su ubicación geográfica y los recursos naturales de los que dispone, así que las propuestas se deben interpretar de acuerdo al lugar en concreto.

Sólo Unidas Podemos lo contempló en su programa electoral y ofrece soluciones trabajando de forma conjunta con las comunidades para revertir esta situación, a los otros partidos políticos les importa un comino, no les interesa cambiar esta dinámica, esa es la diferencia entre un partido político de «Izquierda de verdad», y la derecha expresada en tres partidos políticos cada cual con diferente nombre e intensidad de brutalidad.

«Si el campo se para, la ciudad no come», ¿De lo que nos traen de tierras lejanas?, Es como quien tiene una vaca y le compra la leche al vecino, un disparate completo, esta es nuestra situación cortesía de rojos y azules.

No podemos pretender salir de este abismo con la economía de servicios; la hostelería y el turismo rural son puntuales en el año, es pan para hoy hambre para mañana, se deben recuperar las actividades económicas que le dieron vida a estos lugares.

El campo debe producir y recuperar nuestra autosuficiencia, es absurdo importar alimentos de orígenes tan distantes como Marruecos o Egipto, eso lo entendería si no dispusiéramos de tierras de cultivo como sucede en Japón por ejemplo.

Es necesario revertir el flujo de la población hacia las zonas rurales y entre el Ministerio de Agricultura y la Seguridad Social, apoyar a los parados de larga duración que quieran cultivar la tierra en zonas despobladas, con la facilidad de tener su vivienda y parcela en la cual también podrían explotar animales domésticos, lo necesario para poder subsistir y sacar adelante su empresa.

Se podría llevar a cabo de forma individual o como Cooperativa, tenemos una experiencia a seguir como la de Marinaleda.

Lo importante es crear el ambiente propicio para que quienes quieran emprender esta posibilidad, tengan un proyecto de vida, trasladándose junto a sus familias o fundándolas y poco a poco regenerar y darle vida al campo.

Para ello hay que cuidar de los nuevos asentamientos en materia de sanidad, educación y transportes, os preguntaréis, ¿Cómo hacemos eso, de dónde saldrá el dinero?, Sencillo, de nuestros impuestos, para eso están, para utilizarlos en beneficio de nuestra comunidad, ese es el motor de nuestro Estado del Bienestar; el objetivo es apoyarnos y cuidarnos mutuamente para desarrollarnos como sociedad.

Todos salimos ganando, nuestra España rural se revitaliza poblándose, nos convertimos en lo que éramos antes y dejamos estúpidamente, «Ser auto suficiencientes» poniendo en marcha nuestra maravillosa huerta nacional y las personas mayores que habitan en estos lugares, se verán beneficiadas con la nueva dinámica puesta en marcha.

Solo es cuestión de perspectiva y ambición social, la verdadera política puesta al servicio de la comunidad.