jueves, 25abril, 2024
22.8 C
Seville
Advertisement

Nuestra Cultura

"Llamar 'nuestra' a la cultura de al-Andalus supone una ruptura con aquella manipulada educación colectiva en la que fuimos instruidos". Maestros de Occidente: estudios sobre el pensamiento andalusí. Andrés Martínez Lorca

Al-Hakam Morilla Rodríguez
Al-Hakam Morilla Rodríguez
Coordinador de Liberación Andaluza.
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Cultura, en su ‘jondo’ sentido etimológico proviene de cultivar. Los verdaderos amantes del conocimiento beben de la sabiduría del campesinado. Al mundo rural se va a aprehender. Al buscar la unión con la Madre Naturaleza, sin ideas preconcebidas ni juicios de valor, la mente humana sólo entonces se vuelve Raíz. Lejos de los alienadores profesionales de la clerigalla o de la impostada docencia estatolátrica, del romo militarismo que valora espacios de dominio servil, del centralista ‘periodismo’ goebbelillo o la hipócrita politiquería… la fecunda Gea anuncia la inmortalidad (que los antiguos griegos distinguían del concepto de eternidad: los dioses eran inmortales pero no eternos),

En pleno rigor estival, leo al gran antropólogo Isidoro Moreno quejarse por la falta de sombra, sobre todo en las ciudades, y su justo agobio abre puertas hacia nuestra Cultura, imbricada en tantos mundos. La mediterránea Civilización del Nilo se percató de que la sombra proyectada de cada persona constituía una manifestación, aun primaria, de su alma. La cosmopolita de Las mil y una noches intuyó un amable Edén enamorado del agua y el frescor de los jardines umbríos. Los arcanos de las mitologías y religiones, por todo el mundo, dan una primordial importancia al Árbol de la Vida. Al acabar su ciclo vital, como la mayoría de nosotros, nuevos hijos surgen del envejecido tronco en su agonía postrera. Esos ciclos de muerte y resurrección naturales, de siembra y cosecha, y sobre todo de la Fiesta asociada a ellos, hicieron al hombre no angustiarse ante la aniquilación final.

En la última glaciación Europa era un vasto páramo gélido, casi inhabitable. No en todas partes se enseñoreaba un desierto blanco. En las cordilleras más meridionales sobrevivieron las especies arbóreas que con el retroceso de los hielos repoblarían todo el continente. Sierra Nevada, el techo peninsular, y sus estribaciones como la Sierra de Gádor albergaron relicta la generosa matriz de la fronda que todavía gozamos. Aquí habitan más endemismos únicos en el mundo que los que tienen Francia y Alemania juntas. Sólo por su biodiversidad y la milenaria Cultura del Agua alpujarreña, este privilegiado enclave del planeta merece el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.

De modo adverso, brutal y desculturizador, los esbirros del clerical-imperialismo no cesan de atentar contra nuestro Legado. Y no me refiero al garrulismo crónico de los lacayos opusino-loyolistas, como el del moro pasiego acomplejado Abascal, que frente al maltratado Bosque del Avellano que circunda la Alhambra balbucía incoherencias sobre la ‘herencia árabe’ con fatiga. O uno de sus baratos monaguillos en Badajoz que niega un cementerio a los musulmanes inventando que no pertenecen tales costumbres funerarias a nuestra herencia cultural… ¡en la ciudad de Europa con la mayor Alcazaba islámica, a la que le sigue a muy corta distancia Almería! Ni el derecho a reconfortarse del sol abrasador bajo la fresca umbría, ni poder morirse acorde a rituales ¡documentados desde hace más de mil años por estos lares! ‘Todo esto me parece basura’ exclamó Teresa de Ávila – la ‘doctora de la iglesia’ discípula poética del sufí Abenarabí de Murcia, según el arabista jesuita Asín Palacios – al contemplar por vez primera en su senectud la majestuosa belleza de la Sierra de Gredos desde un mirador.

Sobre los fondos marinos de nuestras costas, amenazados por la contaminación, la sobrepesca y las algas invasivas no podemos extendernos en el breve espacio de este artículo. Hoy sólo nos referiremos a ese inapreciable tesoro natural a los pies del Mulhacén, el cual sufre la desidia incompetente de los politicastros apesebrados sin conciencia, al servicio de la colonización romano-franquista parda o colorada. Despreciado y marginado el pastoreo, cada vez menos ganado deambula y pasta desbrozando material combustible. No pocos ensoberbecidos imbéciles urbanitas, desde Ayuntamientos, Diputaciones y Administraciones Autonómicas ‘pensarán’ que acosando en plan leguleyo a los que practican el noble y tenaz oficio de Abraham, así ‘sufrirán menos las plantitas’, las cuales han evolucionado en interacción con un ramoneo de los animales desde fechas muy anteriores a la prehistoria. Machacan también a los campesinos, conocedores de prácticas agrarias que se remontan a los albores de la humanidad… ¡Iban a saber ellos más que los ‘técnicos’ del despachito, cuyas jugosas nóminas y dietas se han tragado durante décadas los fondos que han venido de Europa para evitar el despoblamiento del Agro!

El inevitable desenlace se evidencia en incendios forestales cada vez más devastadores. El otro día en Berja más el Horror de ahora, casi dos mil hectáreas afectadas en Terque y cinco pueblos alpujarreños más. No habilitan ya retenes para la limpieza del monte en invierno, ni para tareas de selvicultura. El sumidero insaciable de los sueldofijos del partido de turno, en cada nefasta legislatura, ha dejado devorar por el fuego o los vertidos mal controlados todo lo que hace posible la vida. Con la cosmética telepropagandística de los media no pasa nada…

Según les parece a beatos ‘andalucistas’ de pacotilla y al ‘izquierdismo’ rojigualdo sociata nacional-católico en línea con el Trifachito, ‘nuestra cultura’ únicamente bebe basarse en la del ‘sacramento de la penitencia’, del flagelo, del cilicio, de las vergonzosas y anticonstitucionales ‘procesiones de niños’ (sic), tauromaquias y demás sangrientas cacerías infanticidas – Defensor del Menor, cobarde mamonazo, ¿sigues ahí? -, y la castradora ‘educación’ del sicariato docente del Régimen del 78/ 39bis y de las JONS. En ningún caso como exponente glorioso de nuestra Cultura debe considerarse la andalusí del Agua en Movimiento, la de las norias, aljibes, albercas, azudes, acequias, arriates, almácigas, alcorques, las alemas navarras y los adores aragoneses para regar por tandas, el jaricar de los murcianos o el Tribunal de las Aguas valenciano… y tantos usos y términos de origen árabe-andalusí. Por no abundar con nombres de árboles, frutos o flores forjados por la Civilización de Al-Andalus: acebuche, alcornoque, bellota, algarrobo, naranjo, alerce, aceituna, aceite, limones, limas, albaricoques, algarrobas, azufaifas, el azahar (flor)…

¡Y qué decir de la Horticultura! El cultivo de plantas distinguidas con denominaciones arábigo-andalusíes: la cúrcuma, el alazor, chirivías o alcaraveas, alubias, arroz, alcachofas, alcaparras, acelgas, espinacas, esas berenjenas no privativas del Altiplano de Al-Manya (La Mancha), sandías, zanahorias, los ‘fassols’, del ar. fa’sulia, habichuelillas verdes de los catalanes… condimentos como el ajonjolí y el azafrán… los altramuces, la alfalfa, el alcacer, el algodón… la amapola o ababol, en mixtura latino-arabizante, origen del mal llamado ‘castellano’ o Romance Andalusí. La atocha, la jara, la retama… El jazmín, nenúfar, arrayán, azucena, alhelí, albahaca, ajenuz, adelfa, alhucema, etc. En el tintero dejamos para más adelante los topónimos o epónimos, los vocablos que nos hablan de aperos de labranza, artes pesqueras y de construcción naval, elementos de albañilería, científicos, jurídicos, administrativos, botánica, astronomía, aves, alfarería, etc, etcétera (¿y vosotros qué, alfredolandas y monjas-alféreces progres, el madrí otra vez campeón de Europa?).

Aunque personalmente yo prefiero aquellos términos que con sadismo nos amputaron – ojalá no para siempre -, los de aquellos delicados nombres de mujer de imposible traducción con un solo vocablo: Azzá, el aroma de las flores, Hadil, el arrullo de la paloma… Nos evocan sensuales cosmovisiones por completo ajenas a la inducida esterilización femenina, por la vía del ultracapitalismo más hipócrita, intoxicador y salvaje (lo que llama ‘superación del amor romántico’ la arrogante descerebrada vicepresidenta en funciones Carmen Calvo, esa petarda infame parafascista que reparte carnés de ‘feminismo’ con Susana Díaz y Micaela Navarro).

Resulta penoso constatar que había mayor aprecio en el S. XIX, ¡y hasta en época franquista!, por la Cultura andalusí extendida por el Mediterráneo, ‘Andaluamérica’ y el orbe entero. Imploramos el auxilio a los Pueblos del planeta para que este mezquino exterminio se detenga. Boicotead su desculturación monárquico-papista genocida sin descanso, en todo lugar y circunstancia. ¡Alerta, el canónigo-fascismo con piel de ovejita o de lobo pone en peligro nuestro inconmesurable Legado! ¡Rancios clerical-imperialistas godos, ‘devotos de Frascuelo y de María’, dejad ya de torturar a la condición humana con vuestras mórbidas pamemas que hubieran ofendido al mismísimo Jesús y a María Magdalena!

La fresca brisa antes del alba en este tórrido verano andalusí me trae el recuerdo de sus labios. Los cuerpos en éxtasis anhelan tornarse uno entre caricias. Dama de Noche, anuncia la eterna victoria de los apasionados amantes. Y el Universo de Dunia Azahara, del Mundo de la Flor, por el que he luchado mucho más allá de mis fuerzas desde que tengo uso de razón, libre al fin resplandecerá en nuestra Verdiblanca Aurora…

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído