Como es habitual, el PP y PSOE abandonan la bancada cuando hablan los grupos minoritarios.

Me pareció inadecuada en su momento la presentación de la moción de censura de Podemos. Ellos mismos han reconocido en el debate que debían haberla negociado o buscado el momento en el que pudieran haber contado con una mayoría más creíble. Pero pasado el debate creo que han hecho muy bien en presentarla y decir cosas que hasta ahora no se le habían dicho a los que nos gobiernan y están inmersos, un día si y otro también, en un caso de corrupción. Pero lo peor es que me ahonda, aún más, la preocupación de que el PSOE no va a cambiar mucho, que volverán a ese centro que añoran en general sus dirigentes y que tendremos a Don Mariano durante tiempo y ya saben, nos tendremos que consolar con reírnos de sus trabalenguas (“Cuanto peor, mejor para todos. Y cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo”).

Muchos no nos merecemos este Gobierno, este partido que nos gobierna, este Presidente que nos gobierna. Pero la contestación es fácil, hay muchos si que los votan, los mismos que, sin ningún disimulo, dicen que prefieren a un ladrón que a un rojo en el gobierno, los que hacen caja con la reforma laboral, la crisis y los sueldos de miseria, los que consideran que ellos ganaron la guerra y no se van a ir; habrá que aceptar que somos el país que se merece lo que tiene, lo que vota, que se moviliza más por un partido de futbol que por una iniciativa laboral o política, cualquiera que sea. Somos un país de toreros, de maltrato animal, de machismo, donde la educación pública y la sanidad retroceden a marchas forzadas, ¿nos lo merecemos?

Efectivamente hay dos Españas y una de ellas tiene los típicos problemas de una familia mal avenida, con sus desengaños, sus traiciones, y las actuales divisiones. Pero aunque los dos grandes partidos de izquierdas se odien entre ellos por lo que representa el reparto del poder, fundamentalmente nos merecemos el país que tenemos porque la “otra” España tiene una consideración de cortijo de lo que es esta su única nación, grande y libre. Me decía hace poco un amigo francés que aquí al menos no tenemos extrema derecha, obviamente si la tenemos y sabemos qué vota, es cuestión de disimular más o menos, pero todos los que votan a Marine Le Pen o a los xenófobos de Holanda o Alemania aquí tienen su partido en el poder. Y el ejemplo es claro, se llama Rafael Hernando y es aclamado por los suyos y jaleado cada vez que se saca de la manga uno de sus terribles insultos.

Hace falta… ¡no sé que hace falta! Perdemos guerras, batallas y mociones de censura los mismos de siempre, aunque mayoritariamente seamos más ¿o no somos más? Antes era la CNT con el PSUC tirándose tiros por la Diagonal y ahora son Unidos-Podemos y PSOE echándose en cara quién tiene la culpa de este desaguisado, pero no somos capaces de enfrentarnos a los problemas de la gente, a la realidad de una territorialidad diversa y plurinacional que puede llevarnos a un peligroso callejón sin salida, en fin que esto parece cada vez más un nudo gordiano de difícil resolución. El país donde más crece la desigualdad, el trabajo precario, es el país que sigue dando el voto mayoritario a un partido donde los casos de corrupción cuestan dos minutos solo enumerarlos, como así hizo la brillante Irene Montero. Pero no pasa nada, por eso habrá que pensar que sí, que tenemos lo que nos merecemos. Salud y buen verano.

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