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Condenar en estatua

Francisco Silvera
Francisco Silverahttp://www.quenosenada.blogspot.com.es
Escritor y profesor, licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y Doctor por la Universidad de Valladolid. He sido gestor cultural, lógicamente frustrado, y soy profesor funcionario de Enseñanza Secundaria, de Filosofía, hasta donde lo permitan los gobiernos actuales.
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análisis

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Viví la amarga experiencia de ser el culo en que otra persona quiso dar una patada a un amigo… me explico, a veces puteamos a gente que no lo merece simplemente por cercanía, asociación o interés. La polémica sobre el nombre de las becas que proclaman a De la Cierva como egregio inventor están, una vez más, siendo utilizadas como la garrota en el cuadro de Goya.

Vaya por delante que tengo serias dudas de si el apoyo al golpe de Estado que eclosionó por fin en julio del 36, aunque venía siendo propiciado y preparado de mucho antes, es razón suficiente para maldecir a un intelectual español de la época, Unamuno se equivocó y Baroja, por lo que sabemos, lo vería como algo suavito. Si Alemania tuviera que condenar a los que apoyaron el hitlerianismo, no quedaría papel para sentenciar; es injusto no explicar las condiciones en que se apoyó a este personaje u otros, pero igualmente es injusto no explicar las consecuencias de este apoyo, el grado de participación no fue igual para todo el mundo pero una cosa es el juicio legal y otra la sentencia de las responsabilidades personales, como pasa en política: que no me expliquen que nadie sabía lo de los ERE en el PSOE o lo de Bárcenas en el PP… a otros con ese cuento.

El aplauso a Plácido Domingo no se produce sin circunstancias que lo expliquen, Ayuso no es una mera melómana. Si ejerció de sátrapa sexual es una cuestión que ha pasado de rumor habitual en su entorno, hecho considerado como parte de una normalidad que hoy ni lo parece ni lo es, afortunadamente, al reconocimiento por parte de él mismo; no sé si (salvo hechos probados en un juzgado) debemos condenar a Domingo pero lo que no debemos es callar los testimonios y no sacar conclusiones porque, no lo dudemos, en su misma época había machotes con poder que no hacían lo mismo, y eso prueba que se podía elegir y por tanto él eligió, no es una víctima de fanatismo feminista: es un aprovechado sin ética. Una ovación sostenida cuando lo más probable es que no pueda cantar como lo hacía antes está sujeta a valoración, es claro.

Jurar los Principios del Movimiento es algo que hizo cualquiera que hubiera sacado una plaza por oposición, por ejemplo, mientras estaba vigente la legislación franquista, no debe ser ni siquiera motivo de crítica; pero tampoco debemos olvidar que había exilio y perseguidos y apartados de sus plazas por la represión, y a cada cual le tocó consumir su ración de dignidad como lo estimó.

El principio de no agresión es la base de la bonhomía, y éste es atemporal: sabemos de sobra reconocer el dolor en los demás; hasta qué punto estamos dispuestos a incluirlo en nuestra visión de la vida nos define como buenos o malos, uno pudo no haber participado en matanzas y sin embargo ser soporte ideológico necesario. Y esto vale para la Inquisición, el fernandoseptimismo, la Falange o el estalinismo… podemos explicar las checas en Madrid o Barcelona, pero no justificar sus crímenes, todo tiene causas, mas el paso de torturar o matar o perseguir tiene que ver con la personalidad de los (paranoicos) que lo ejercen siempre inmersos en una realidad histórica específica.

He dicho que es atemporal, ocurre lo mismo con los historiadores; acostumbrados a pasar por encima del sufrimiento humano considerándolo como normalidad, construyen un discurso extremadamente conservador en el que la “bondad” es insignificante, no representativa, pusilánime o poco pragmática… Roma no era la mafia en versión antigua con su negocio de protección, los “descubridores” ibéricos no hicieron nada raro en la nueva América, la misoginia estructural no ha supuesto un menoscabo sistemático de la mujer, las religiones no son una de las esclavitudes peores a las que un ser humano puede ser sometido (graciosamente hablan de sectas)… Es curioso cómo funciona (reacciona) el mecanismo de autodefensa, ya aceptamos (supuestamente) que no ser occidental no significa ser un animal no humano pero si alguien hiciera ver el racismo subyacente a buena parte de los discursos ilustrados (Kant, verbigracia) enseguida lo defendería y hablaría de anacronismo porque lo “normal” en el XVIII era ser racista con los negros… era el discurso dominante y conservador, sin duda, pero ¿“normal”? ¿En qué posición deja esto a los no-esclavistas? ¿Anormales? La piel lacerada de un esclavo azotado o la pestilencia a inmundicia y muerte de la bodega de un barco de transporte de ganado humano eran lo mismo entonces que hoy, lo diferente era el sistema de justificación; y por supuesto había quienes lo criticaban, por tanto eso deja muy clara la posición de los defensores… concluyan ustedes.

José Pulido Rubio, que da nombre a mi instituto, para vergüenza nuestra fue secretario de la Comisión de Depuración del profesorado de Bachillerato en mi provincia durante la época más dura de la represión inmediata al Golpe; también tuvo que ver con la de “confiscación de bienes”. No hace falta decir más; yo no lo juzgaría en estatua, pero tampoco promocionaría su nombre, no merece ser recordado por casi nada relevante en su vida (salvo para su familia, claro está).

El debate sobre De la Cierva se fundamenta en dos errores iguales: la venganza a posteriori no es memoria histórica, pero si se prueba que fue un canalla ¿qué sentido tiene sesgar la información para usarlo como referencia inventada? Esto se plantea en España porque no se ha superado conscientemente la eterna Guerra Civil, que hoy hemos conseguido que en el bachillerato se estudie rozándola o con el riesgo del profesorado de ser acusado de partidario, la visión de las dos Españas que fomentó la dictadura sigue solapando la realidad histórica distorsionándola: cualquier gesto contra la barbarie se verá como una defensa de o un ataque a.

El historiador Álvarez Junco, en su Mater dolorosa, dedica una decena de páginas al caso de Isaac Peral, tan admirable luminaria de la ínclita raza hispana como execrable y olvidable aprovechado… la clave de interpretación del personaje no estaba en él, sino en sus defensores o atacantes, ¿alguna vez será posible un debate sobre estas cuestiones en España con argumentos y sin los prejuicios de toda clase que lo desvirtúan? Viendo la derrota última de este barco… lo dudo.

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