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Noches de hospital e impotencia

Mónica Molner Andrés
Mónica Molner Andréshttp://www.monicamolner.com/
Médica, divulgadora y escritora encantada de compartir lo que pasa por su cabeza y por su vida con quien quiera leerla. Apuesta por la educación sexual y por el empoderamiento de sus pacientes.
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análisis

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Hace muchos años ya que dejé de hacer guardias y no es mi intención retomarlas, pero a veces, las circunstancias te llevan a vivir horas en la habitación de un hospital desde el otro lado, sin fonendo y con el pijama de tu casa, con tus sentidos tan despiertos como aquellas noches de la etapa de residente, acompañando a alguien a quien quieres que no está en su mejor momento.

Ahora es cuando debes poner todo lo aprendido en acción para que ese ingreso sea lo menos duro posible, y entonces te chocas con una triste realidad que ya conocías, quedan demasiados compañeros de profesión que, desde la ignorancia más absoluta, niegan la posibilidad de complementar sus tratamientos para paliar secundarismos de los mismos y, a la vez, permitir que el cuerpo luche con todo su potencial.

Es curioso como ante lo desconocido, la opción más rápida sea evitarlo sin pretender siquiera leer la documentación aportada y en cambio, durante años he vivido la pomposa presentación de nuevos fármacos por parte de la “farmaindustria oficial” que tardarían cero coma en ser probados, aunque con el tiempo algunos fueran retirados de circulación por fallos imprevistos.

Me gustaría saber si esos mismos especialistas, probarían otras opciones terapéuticas si estuvieran ante un familiar enfermo, o incluso, para ellos mismos.

No entiendo cómo se siguen dando meriendas en menús de hospital cargadas de azúcar a pacientes ingresados que, sin duda, mejorarían haciendo un poco de ayuno para facilitar la eliminación de tóxicos o para estimular la muerte de células alteradas de una forma mucho más suave que con la quimio.

Ningún tratamiento es la panacea, pero ante el fallo de lo convencional, es sorprendente cómo se puede seguir cerrando los ojos ante evidencias más que contrastadas. La eminente dra. Sari Arponen, decía en la presentación de su último libro sobre el sistema inmune, que deberíamos considerar como complementarios a los fármacos.

Disponemos de todo un abanico de recursos que siguen siendo ninguneados por parte de la “medicina oficial” y que, además, resultarían mucho más rentables para los sistemas de salud.

Quien quiera conocer otros tipos de tratamientos, no tiene más que buscar información sobre la medicina integrativa con un abordaje holístico porque somos mucho más que órganos o sistemas.

La misma OMS cuyas directrices en temas de pandemia no han sido puestas en duda por la mayoría de los sanitarios, ya recomendaba la utilización de todos ellos en la Estrategia sobre la medicina natural 2.014-2.023   9789243506098_spa.pdf (who.int)

Complicado hacer de David contra Goliath, pero me quedo con los momentos de apoyo que estamos viviendo en mi entorno y con esos masajes en los pies que hacen que ella duerma mejor, soñando con un final feliz.

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