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No todo vale contra Pedro Sánchez

La historia y acoso contra el líder del PSOE se repite como ocurrió con Rodríguez Zapatero, pero quien ha llevado al país al descrédito internacional, a una crisis institucional sin precedentes, a la pérdida de valores con una corrupción pinchada en vena desde las cloacas del Estado, ha sido el PP

María José Pintor
María José Pintor
Periodista en cuerpo y alma, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco.
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análisis

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La reacción de la opinión pública y publicada contra Pedro Sánchez por presentar la moción de censura contra el gobierno corrupto y condenado del PP me ha dejado hasta a mí -que ya me creía de vuelta de todo- fuera de juego.

Resulta que el líder del PSOE es ahora el que se vende a los intereses del soberanismo -me limito a citar a otros medios de comunicación y líderes de opinión de radio y televisión- el que lleva al Estado a una crisis institucional, el que navega a la deriva.

Así, la historia y acoso contra el líder del PSOE se repite como ocurrió con Rodríguez Zapatero, pero quien ha llevado al país al descrédito internacional, a una crisis institucional sin precedentes, a la pérdida de valores con una corrupción pinchada en vena desde las cloacas del Estado, ha sido el PP.

Porque fue Rajoy quien compartió Gobierno, como vicepresidente ni más ni menos, en el corrupto Ejecutivo de Aznar, y quien estaba en la hortera y desacreditada boda en el Escorial.  Es el actual líder de los populares quien ha ligado la imagen de España a la de truhanes, mentirosos, ladrones y corruptos. Pero además, quien justifica la avaricia, la soberbia, el hambre de dinero y poder en quien ya lo tenía todo. Y ya por ser, es Rajoy quien ha pactado con el PNV -y entregado todo lo que se le ha pedido- a los nacionalistas vascos que el mismo día que le daban su apoyo a los Presupuestos pactaban con los ex pro etarras nuevas fórmulas para un futuro soberanismo.

Es Rajoy quien justifica la avaricia, la soberbia, el hambre de dinero y poder de quien ya lo tenía todo

Y mientras el presidente del Gobierno y sus secuaces condenan al país de todos –aunque sigan pensando los del PP que es sólo suyo– a la inestabilidad, aquejado de la mayor crisis de Estado que recuerdo, aquí los dardos envenenados se lanzan de forma despiadada contra Pedro Sánchez, que parece que, tras la condena de la trama Gürtel, tenia que haberse limitado -como hacía hasta ahora de forma errónea- a ser el azote del president de la Generalitat, Quim Torra, y hacerle el juego sucio del 155 al propio Mariano Rajoy.

 Desaciertos

Nunca tuve claro que Pedro Sánchez fuera la mejor opción para liderar el PSOE. Pero así lo decidieron de forma contundente las bases socialistas hace un año y ellos son los que tienen que decir quién quiere que les represente.

Como cualquier periodista y/o analista política, podría enumerar errores de base de Sánchez, pero por el momento no puedo tacharle de corrupto, avaricioso, de atentar contra la libertad de expresión o de querer cargarse el Estado de Derecho. No es Sánchez quien ha puesto el Estado a los pies de los caballos. Y tiene derecho y deber moral de aprovechar esta oportunidad.

Miren, Pedro Sánchez tiene a su lado a una nefasta directora de Comunicación -más un perro guardián rabioso y que le aisla y le hace parecer -o igual lo es- distante- . Sánchez es un líder que se olvidó al alcanzar la cima -suele ocurrir entre nuestros políticos- de quién le aupó a la cumbre, y es el líder del PSOE capaz de mirar para otro lado cuando se trata de contar con los mejores entre su camarilla. Porque, como otros que le precedieron en la política española, es más fácil escuchar a los pelotas y a quienes le hacen la ola a cada segundo.

No es Sánchez quien ha puesto el Estado a los pies de los caballos

Pero hasta ahí podemos criticar al líder del PSOE. Bueno y también por haber perdido la oportunidad de delegar en uno de los mejores políticos que tiene hoy España –Miquel Iceta- el papel vital de los socialistas en el conflicto del procès.

Pero Pedro Sánchez tenía que presentar esta moción de censura, porque tiene obligación como líder de la oposición de echar del Gobierno de España a quien mejor representa en Europa la corrupción personificada -que es el PP- y porque tiene que tratar de devolver la estabilidad a un país antes de convocar elecciones.

Y todo lo demás no responde más que a los intereses bastardos de quien quiere ya ver en el Gobierno de España a Albert Rivera.

La prensa y determinadas instituciones del Estado se compincharon para echar del Gobierno a Adolfo Suárez en su momento -curiosamente los que ahora le tienen como el referente de la Democracia- , después a Felipe González -lean ustedes a Ansón- y también se aliaron para no dar la más mínima oportunidad a quien para mí es el mejor presidente de España desde el 78: José Luis Rodríguez Zapatero.

Soy crítica con el poder, y más el establecido, y seguramente me queda mucho por darle a Pedro Sánchez. Pero hoy no toca. No es justo. No todo vale contra el líder del PSOE y no es quien ha llevado a España al abismo.

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5 COMENTARIOS

  1. Soy militante del Psoe,le agradezco su comentario,ya estamos acostumbrados a que los medios de comunicación,manipulen y critiquen sin razón y sin vergüenza a Pedro,y defiendan al gobierno ,condenado su partido por innumerables casos de corrupción ,que nos han llevado a la peor crisis de la democracia.No se quien es la jefa de prensa del Psoe,pero si parece que esta aislando a Pedro,porque le puede asegurar que es una persona asequible y cálida en el trato cercano

  2. Aunque no esté de acuerdo con la parte negativa de su análisis sobre Pedro Sánchez, a la que, por otro lado, tiene todo el derecho de hacer, sobre todo en la forma en que lo hace, sin caer en la denostación y denigración gratuita y personal, me reconforta comprobar que en el denominado cuarto poder, hay todavía quién mantiene la dignidad de una profesión, que es el baluarte de la libertad y tiene en sus manos la posibilidad y la responsabilidad de ilustrar a la sociedad sobre la realidad que nos rodea de la forma más objetiva posible y de ayudarla a hacer suyos los hábitos y usos del periodismo de objetividad, análisis y sentido crítico.
    Estoy absolutamente de acuerdo con ud. cuando esboza el panorama de crisis actual en los medios de comunicación con la extensión preocupante de medios vendidos y conchabados a intereses bastardos.
    A veces pienso si la novela de Gloria Lomana «Juegos de Poder» no queda superada por la realidad.
    Hay un empecinamiento en los medios, de interpretar los pasos políticos, exclusivamente en clave de estrategia electoral.
    En el caso de Pedro Sánchez y del PSOE, y en la actualidad reciente, los pasos dados responden a otra prioridad, la de las necesidades del país, por encima de las del partido.
    Cómo sino, se puede entender, que la moción de censura no se pusiera antes. Tanto Podemos como otros partidos, incluidos los independentistas así se lo reclamaban, pero ni encajaba en la estrategia electoral, ni se contaba con el suficiente apoyo dentro y fuera del Parlamento.
    Es por ello, por lo que ha seguido manteniendo la postura de rechazo a los PGE18, pese a ser también tachado de querer alcanzar el poder.
    ¿Quién reconoce ahora en esa posición, una postura que responde a unas convicciones firmes de rechazo a unos presupuestos elaborados por un gobierno perteneciente a un partido corrompido, al rechazo a dejar en manos de ese gobierno y de un presidente indigno, nada menos que la ejecución de los presupuestos del país?.
    En 24h, todo cambió y seguramente si se hubiese tenido que votar entonces los PGE18, no habrían salido adelante.
    Pero Pedro Sánchez era un traidor entonces y al parecer lo sigue siendo ahora, que toma la única medida lógica que un líder de oposición responsable podría tomar.
    Si tuviésemos unos medios de comunicación mínimamente responsables, se preguntarían el motivo de que Pedro Sánchez concite tanta crítica enfervorecida.
    Como ud. señala en determinados momentos críticos de nuestra Historia reciente, los medios se han conchabado con otras fuerzas y poderes para cambiar gobiernos, consintiendo cuando no favoreciendo que fuese ocupado por quienes no supusieran una amenaza o resultarán incómodos, retirándoles el apoyo y/o atacándoles para derribarles cuando dejaban de ser útiles o había otro candidato mejor para sus fines.
    Estas maniobras espúreas, encajan o se adaptan a la estructura tradicional de los partidos, en los que un «aparato de poder» más o menos oculto gobierna internamente los destinos del mismo. En realidad y por lo que estamos viendo, no deja de ser un reflejo del funcionamiento de la sociedad, en la que según comentamos, existe ese «aparato de poder» oculto que pone y quita gobiernos.
    Pues bien, en el PSOE se ha producido una revolución y una catarsis interna en la que las bases han retomado el poder de decidir y de su destino, refrendado y potenciado por los acuerdos y resoluciones del 39º Congreso y restaurando el liderazgo en manos de Pedro Sánchez.
    Al parecer, hay muchos a los que esto les produce temor y alarma, tanto en cuanto, puede derivar en la llegada al gobierno de un líder libre de cargas e hipotecas con quienes detentan el poder, ya que continúa avanzando a pesar de su férrea y descarnada oposición, merced a la firmeza con que desde las bases se le está aupando.
    Sólo pediría a quienes aún detentan el prestigio de tan importante profesión, intenten hacer un análisis más riguroso de los pasos, palabras y actuaciones de Pedro Sánchez y del PSOE.
    Un análisis e información despojados de la comercialización trivial y banal que impera, y que se entrega a los imperativos del mercado y de las necesidades de venta, sucumbiendo a la tentación de supeditar la calidad, rigor y objetividad a una forma de hacer basada exclusivamente en la exposición centrada en estrategias y tácticas electorales, que resulta más atractiva y morbosa para una sociedad acostumbrada a los «Juegos de Tronos», al «Gran Hermano» y a los «zasca».
    Está en manos de cada uno de nosotros, la posibilidad de transformar la realidad que nos rodea y aunque pueda parecer que estamos solos y que no sirve de nada, sólo hay que seguir una sencilla regla, hacer y actuar como honestamente pensamos que debemos hacerlo, con responsabilidad, objetividad y el mayor rigor posible.

    Un cordial saludo.

  3. No toca, pero, le endiñas para que vaya quedando, como tu dices, seguramente me queda mucho por darle a Pedro Sánchez.
    Ya sabes el dicho de que , el que no arriesga no gana, luego, si te descubren, mala suerte. Esta es la Ley fundamental de la corrupción imperante y no solo en la política, y que haces frente a la oportunidad de comenzar un cambio de tendencia, darle caña en lugar de ayudar a que esto cambie. Salu2, Francisco

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