Ambigüedad es un vicio que pretende matar el pensamiento, nuestra manera de actuar. Es triste comprobar cómo se siembra la duda, la incertidumbre, la confusión. Se trata de una cuestión que se propone  dificultando alguna materia  para que se resuelva.

¿Quiénes? ¿Qué?

Políticos, periodistas –casi sin excepción-, jefes de tribus urbanas. Su pretensión no es otra que inocular la duda respecto a no importa qué. Ahora: CATALUNYA.

Lean los periódicos no importa cuales, ni quienes escriben. Triste paradoja, difícil saber en quienes confiar. Escuchen noticias en radio y TV. 

En estos momentos, solo hablan de cómo el President de la Generalitat Carles Puigdemon ha roto su gobierno y el por qué.

Cómo y a quiénes ha escogido, más afines a la Independencia. Da verdadero asco.

Noticias a las que se suman los políticos de turno sacando pecho, hoy los socialistas con su líder Iceta. Todos pretenden darnos lecciones de ética y responsabilidad. ¿Su lección?

Salvarnos de las garras de los independentistas que, quieren avasallarnos. ¿Qué hicieron ellos cuando tuvieron en sus manos el poder? Es bueno no perder la memoria.  Duele pensar que les otorgamos nuestra confianza y, nos han defraudado.

No saben que ya somos mayores de edad, que les hemos soportado-sufrido a todos muchos años, que sabemos bien de quienes no, nos podemos fiar.

Tenemos nuestros principios éticos y los vamos a poner en marcha para salir de esta situación que debería ser normal, en una sociedad-país libre.

Exponer ideas, contrastarlas con quienes tienen el criterio suficiente para decidir. Sin escándalos, sin ruido Así sabemos hacer quienes abogamos por la libertad.

¿Cómo?

Poniendo unas urnas para que todos podamos ejercer nuestro derecho a decidir debería ser un acto cívico normal.

¿Por qué les damos tanto miedo?

Son ellos a los que pesan sus actuaciones respecto a éste nuestro pequeño país Catalunya y, tienen miedo, a perder los réditos que les reportamos con nuestros impuestos que, nunca revierten en nosotros en la medida pertinente.

Escuelas, Hospitales, Universidades, Carreteras y Autopistas –aquí de pago, libres por doquier-, Trenes y vías de ferrocarril, entre muchas otras necesidades prioritarias a las que no contribuyen cual deberían con los impuestos que les reportamos.

Somos un país pequeño pero con una historia muy grande, con una Lengua y Cultura ancestrales. Con personajes que nos han enorgullecido a los que queremos rendir culto de agradecimiento por su labor en tiempos de cólera como sucede ahora.

Queremos decidir nuestro futuro en Paz y Libertad. Sin hacer ruido cual pretenden, compartiendo con los menos favorecidos, lo que nos corresponda en tanto que país libre. Dando la mano a quienes nos la quieran aceptar.

Queremos saber si éste nuestro pensar es fruto de la imaginación de unos pocos, o es compartido por muchos y ganamos nuestra libertad.

Para esto servirán las urnas que Madrid nos quiere prohibir. Se diría un juego niños ridículo, que no lleva a ninguna parte.

Sí podemos reconocer a quienes no aceptan que todos los seres humanos somos cabeza-pensantes, hombres-mujeres que tenemos el derecho a expresar nuestra opinión.

AH! Que aceptaremos los resultados que las urnas otorguen, siempre que la libertad de votar sea aceptada. De lo contrario, también votaremos y sabremos quienes somos los que queremos vivir en una Catalunya libre y en Paz.

 

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