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No están locos, saben que quieren un mundo machista y de cínicos machirulos

Todo el horror cabe en la violencia machista: niños asesinados por su progenitor, mujeres descuartizadas, lanzadas al vacío desde un balcón, un acosador sexual confeso ovacionado hasta el hartazgo, otro artista denunciado por su pareja hablando de “los dineros y las mujeres” y políticos condenando crímenes machistas y pactando a la vez políticas blanqueadoras de la violencia machista con quienes la niegan

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análisis

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Aplausos interminables al acosador sexual confeso de una veintena de mujeres, un conocido cantante denunciado por violencia de género habitual en el hogar que se excusa con la inadmisible frase machista de “esto es por ‘los dineros’… ¡Siempre quieren dinero las mujeres!”, un progenitor enviando a mil metros de profundidad el cadáver de su hija de seis años en una bolsa con un ancla, una joven arrojada al vacío desde un balcón, otra menor de 17 años descuartizada por su ex pareja con la que comparte un hijo, gobernantes que inmediatamente publican mensajes de condena y repulsa por los crímenes machistas pero al mismo tiempo comparten proyectos con formaciones negacionistas de la violencia de género, Juana Rivas, víctima de violencia machista, ingresando en prisión tras ser condenada por no haber entregado a sus hijos al hombre que la maltrató… Las incongruencias y las preguntas se acumulan en torno a este mal creciente en una sociedad machista que aún se pregunta si es que el mundo se ha vuelto rematadamente loco, loco, loco.

Claro que no, el mundo no está loco, y mucho menos los maltratadores y los terroristas machistas. Tanto ellos como los blanqueadores de la violencia sobre las mujeres y los directamente negacionistas saben perfectamente qué quieren, simplemente un mundo machista y de cínicos machirulos al frente. Es simplemente el machismo el que actúa en estas personas de forma implacable, con toda una cohorte de adláteres que aplauden a rabiar mirando hacia otro lado y no queriendo reconocer que el machismo mata, que asesina de una forma implacable e inhumana, que destroza vidas, familias enteras. Y pese a todo ello, aún hay personas, instituciones y formaciones políticas de dudosa constitucionalidad que niegan la mayor como si tal cosa, creyéndose poseedoras de una verdad absoluta, desautorizada de principio a fin por convenios internacionales y el acuerdo prácticamente unánime entre los partidos democráticos.

No es una lacra

El Convenio de Estambul ratificado por España es el norte y el Pacto de Estado contra la violencia de género es la aplicación práctica en nuestro país para luchar contra este mal que en ningún caso es una lacra, porque no hablamos aquí de una “secuela o señal de una enfermedad o achaque” según la definición de la Real Academia Española.

No son pocos los que caen en este frecuente error gramatical de blanqueamiento más o menos consciente del machismo y todo lo que lleva aparejado. Sobre todo políticos, asiduos al lugar común y las frases consabidas de repulsa, casi tan inútiles como los incontables minutos de silencio guardados a las puertas de las instituciones públicas por sus máximos representantes para una foto que deje constancia de su presunta oposición frontal a estos crímenes, a la violencia machista en general, que deja un rastro interminable y diario de muerte, desolación, huérfanos y mujeres destruidas física y psicológicamente durante años.

Valga a modo de ejemplo los mensajes publicados este jueves por el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, y su vicepresidente, Juan Marín, de Ciudadanos, condenando de forma taxativa el crimen machista de una mejor en un pueblo de Sevilla, a la que el terrorista machista descuartizó y ocultó en una zona rural.

Estos mismos dirigentes son los que mantienen un pacto con el partido franquista Vox que ha posibilitado, entre otras iniciativas, que la Consejería de Igualdad, en manos de Ciudadanos, haya puesto en marcha un Teléfono de la Violencia Intrafamiliar, con el único y evidente objetivo de camuflar y diluir el peso que tiene el mismo servicio telefónico específico para las mujeres víctimas de violencia de género.

Resulta aún más llamativo que esta misma consejería en manos de Ciudadanos haya mantenido de forma pública un enfrentamiento constante con los dirigentes de Vox mientras el ejecutivo autonómico en el que participa con el PP sigue adelante con los planes negacionistas impuestos por la formación ultraderechista, imprescindibles para mantener adelante la coalición de gobierno. Este cinismo al más alto nivel político conlleva unas graves consecuencias sobre las políticas contra la violencia sobre las mujeres, a las que se utiliza de la forma más partidista y miserable posible por un puñado de votos mientras en realidad son dejadas constantemente en la estacada.

Y mientras tanto, vengan mensajes de repulsa, golpes de pecho y minutos de silencio. No, no están locos, saben perfectamente qué quieren, simplemente un mundo machista y de cínicos machirulos al frente.

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