sábado, 20abril, 2024
15.7 C
Seville
Advertisement

«No estamos de acuerdo con que Reciclos de Ecoembes sea sufragado con dinero público y va a ser un fracaso estrepitoso»

Entrevista a Carlos Arribas, responsable del Área de Residuos de Ecologistas en Acción

Juan Carlos Ruiz
Juan Carlos Ruiz
Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información
- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

Si bien nuestro planeta ha alcanzado un importante nivel de crecimiento económico en las últimas décadas, también ha generado grandes cantidades de contaminación, con repercusiones para la salud y los ecosistemas, así como en el funcionamiento de algunos de los principales procesos de los sistemas terrestres, como el clima.

Según datos de Naciones Unidas, el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y advierte que, para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas. Esto significa alrededor de 50 kilogramos de plástico por metro de costa en todo el mundo.

La triple crisis planetaria a la que se enfrenta la humanidad actualmente -cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad- nos lleva a reflexionar sobre el futuro de la gestión de los residuos en España.

Mire que siempre nos advirtieron de los riesgos que acarrea la llegada de basura al mar. Y en 2022, muchos años después, más que nunca, esa idea está en el foco mediático…

Cada vez son mayores las evidencias de los impactos ambientales de los plásticos en el medio natural. Llegan más plásticos al mar. La contaminación tiene unos efectos severos sobre la fauna, y hay más evidencias de que se están introduciendo los plásticos dentro de la cadena trófica e incluso están llegando a las personas. Están apareciendo, cada día, más artículos científicos que alertan sobre la proliferación de plásticos y la presencia de éstos incluso en los alimentos, y en el metabolismo humano. Se están detectando residuos de plásticos en la sangre, la orina, etc… No se sabe muy bien cuáles van a ser esos efectos a corto, medio y largo plazo, pero no pinta bien. Entonces, hay una preocupación mayor en todas las instituciones, Naciones Unidas…Se está preparando un convenido internacional de más de 50 países para la disminución de los plásticos en el medio marino y la Comisión Europea ya estableció una estrategia y está adoptando decisiones legislativas, tanto a nivel de la UE, con la directiva de plásticos de un sólo uso, como en los Estados miembros. Incluso aquí, en España, con la Ley de Residuos 7/2022 de 8 de abril.

¿Resultados?

Nosotros estuvimos batallando y haciendo lobby desde la Alianza Residuo Cero y Ecologistas en Acción para que fuera una ley lo más ambiciosa posible. Todo el proceso duró casi dos años desde que se presentó el anteproyecto de ley por parte del Gobierno. No hemos conseguido una Ley super ambiciosa, pero sí hemos conseguido avances que no estaban.

¿Por ejemplo?

El tema del amianto que no estaba en el anteproyecto de ley. Ahora hay una disposición adicional en la que se introduce la obligación de que los ayuntamientos tienen que hacer un censo de instalaciones de amianto en sus términos municipales, en el plazo de un año, y luego se da un plazo hasta el año 2028 para retirar todo el amianto en instalaciones públicas, priorizando aquellas que tienen mayor impacto sobre la infancia y las personas más vulnerables.

También se ha introducido la obligación de implantar el sistema de depósito de devolución y retorno, algo que tampoco figuraba en el anteproyecto inicial. Se negoció una enmienda entre Unidas Podemos y PSOE para que se implantara este sistema condicionado a que los niveles de recogida separada de botellas de plástico de un sólo uso no superaran unos determinados umbrales en el año 2025.

En todo el capítulo de prevención hay avances. Todo lo relacionado con la recogida separada de los bioresiduos -obligatoria en municipios de más de 5.000 habitantes desde el 30 de junio pasado-, la recogida separada de textiles y de otras fracciones para las que antes no se contemplaba un obligación de recogida.

Sólo se recoge de forma separada el 20% de los residuos. Y hay que dar la vuelta a eso, en el sentido de que la recogida separada tiene que superar el 50% en 2025.

Por otra parte no se han desarrollado artículos muy ambiciosos. Se han introducido objetivos de reutilización que tampoco estaban inicialmente, aunque son muy limitados, pero bueno, como mínimo, se habla de reutilización de residuos. Por lo tanto, es un pequeño avance. Sería muy largo explicar los avances que se han conseguido y las limitaciones que tiene, ¿no?.

Por ejemplo, en la recogida separada de los bioresiduos se han considerado unos niveles impropios muy altos, desde nuestro punto de vista, que van a impedir que ese compost generado a partir de la recogida de bioresiduos tenga una alta calidad. Y bueno, se han quedado muchas cosas en el tintero de las propuestas que se han hecho desde la Alianza Residuo Cero.

Otra cosa que tampoco estaba en el anteproyecto de ley y se ha logrado introducir es el impuesto a la incineración, la coincineración y al vertido de residuos.

Tanto la fiscalidad de la incineración como el depósito de residuos en vertederos, como los impuestos al plástico de un sólo uso, se ha retrasado, pero se van a aplicar a partir del 1 de enero de 2023.

¿Cuál es el futuro de los sistemas de gestión de recogida de residuos?

En la Ley se dice que es una competencia de los ayuntamientos, que tienen que implantar sistemas eficientes de recogida de residuos. Se habla en concreto de los dos sistemas más eficientes que son la recogida puerta a puerta y la recogida a través de contenedores inteligentes o personalizados. Es un capítulo que va a costar mucho que los ayuntamientos lo incorporen. Y claro, ahora mismo, la mayor parte de los residuos se recogen en los contenedores de la fracción resto, donde todos los residuos están mezclados. Aproximadamente sólo se recoge de forma separada el 20% de los residuos. Y hay que dar la vuelta a eso en el sentido de que la recogida separada tiene que superar el 50% en 2025. Pero nosotros pensamos que tiene que ser superior. Es decir, disminuir la recogida de fracción resto y aumentar las fracciones de recogida separada.

Los costes asociados a la puesta en el mercado de esos productos que se convierten en residuos va a aumentar de forma sustancial.

¿Qué función tendrán a partir de ahora organizaciones como Ecoembes y Ecovidrio?

Los llamados Sistemas Integrados de Gestión, que ahora se llaman Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), se encargan de la recogida de residuos como los envases ligeros y el vidrio. Luego están los neumáticos, los aceites…Hay muchos SCRAP en nuestro país. Los más aplicables a los residuos urbanos o municipales son Ecoembes y Ecovidrio. Estos sistemas se van a tener que adaptar a las determinaciones de la Ley. Los cambios más importantes tienen que ver con la existencia de una Responsabilidad Ampliada del Productor real. Es decir, van a cambiar los términos de lo que se consideraba la Responsabilidad Ampliada del Productor y se van a extender estas responsabilidades a campos que hasta ahora mismo no se les exigía.

Cuénteme…

La Responsabilidad Ampliada del Productor es un concepto que está en las directivas europeas. Significa que aquellos que ponen productos en el mercado, como los envases o botellas de vidrio, tienen que hacerse cargo de los costes que se generan en esa puesta en el mercado de esos productos. Hasta ahora sólo se han hecho cargo de parte de esos gastos. En concreto, la Ley de 1997 de envases y residuos de envases solamente establecía la obligación de asumir el coste suplementario de la recogida separada de envases y botellas de vidrio respecto a lo que se consideraba entonces, que era la gestión tradicional de los residuos. Es decir, la recogida mezclada y el depósito en vertedero. Ahora se les va a exigir mucho más. Por ejemplo, que se hagan cargo de una parte del coste de la limpieza viaria, pues una gran cantidad de los residuos que se recogen son envases.

Tendrán que asumir también los costes de lo que supone la recuperación de los envases, ya centrándonos en Ecoembes, en las plantas de tratamiento mecánico biológico (TMB). Es decir, su funcionamiento: el gasto de energía y del personal que tiene que tratar esos residuos.

Y también se tiene que hacer cargo de los costes de la basura dispersa, pero no sólo en medio urbano, sino el coste de la recogida de esos residuos en el mar y en las playas.

Todo eso supone un cambio conceptual de lo que hasta ahora se consideraba Responsabilidad Ampliada del Productor, y ahora se amplía mucho ese campo y, por lo tanto, los costes asociados a la puesta en el mercado de esos productos que se convierten en residuos va a aumentar de forma sustancial.

En el Real Decreto que se aprobará en septiembre u octubre se dice que los consumidores tienen derecho a acceder a envases reutilizables

En el caso de Ecovidrio hay menos basura dispersa de vidrio. Hay una recogida separada importante que tiene que aumentar evidentemente. A las plantas TMB llega mucho vidrio. Pero si aumentamos los sistemas de recogida, que sean más eficientes, y que crezca la recogida separada, se va a reciclar más vidrio. Pero claro, en estos momentos, hay otro campo nuevo que es todo lo relacionado con los envases reutilizables. Hasta ahora no se hablaba de esto. Pero la Ley de Residuos dice que tiene que establecerse unos porcentajes de reutilización. Y en el Real Decreto que se está preparando, que ya está en las últimas fases de tramitación -se aprobará en septiembre u octubre- se dice que los consumidores tienen derecho a acceder a envases reutilizables, con lo cual toda la dinámica de las grandes superficies comerciales va a acambiar porque se van a tener que hacer cargo de poner a disposición de los consumidores envases reutilizables y estos se van a tener que recuperar. Es decir, tiene que haber sistemas de recuperación, que son los más eficientes, como el sistema de depósito de devolución y retorno. Si se implanta este este sistema, ya veremos quién lo gestiona, aunque lo más inteligente por parte de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAB) es que ellos formen parte de ese sistema también, como en otros países.

¿Terminará el presunto monopolio de algunos SCRAB?

Ha habido una consulta de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia sobre la situación de Ecoembes y aquellos SCRAB que se consideran que son monopolio. Y este monopolio hay que romperlo.

Una iniciativa legislativa en la Comunitad Valenciana propone que Ecoembes, junto con las marcas de alimentación y los grandes supermercados, siga trasladando su responsabilidad legal como productores a los ciudadanos a través del proyecto Reciclos. ¿No cree que se ha ido más allá del monopolio?

Hay una proposición de Ley que se está tramitando en las Cortes Valencianas que va en esa dirección y que se llevará al plenario en septiembre u octubre. Hay una serie de enmiendas transacionadas y los grupos políticos que apoyan al Gobierno presentaron más de 100 enmiendas.

Nosotros no estamos de acuerdo con un sistema de recompensa. También se habla de la implantación futura del un sistema de retorno y devolución de envases (SDDR). No estamos de acuerdo en que ese sistema de recompensa sea sufragado con dinero público y pensamos que va a ser un fracaso estrepitoso. Los sistemas de recompensa que ya se han implantado en muchas ciudades por Ecoembes en el proyecto Reciclos están recogiendo una cantidad mínima de residuos de envases. Que te den un céntimo o dos por cada envase que deposites en la máquina no es un incentivo adecuado y es una perversión, porque el sistema original es de depósito. El consumidor realiza un depósito en la tienda donde compra la bebida que contiene ese envase de 10 céntimos, que es lo que marca la Ley de Residuos, y luego cuando devuelve el envase recupera esos 10 céntimos. Eso sí que es un incentivo para devolver después los envases.

¿Se está haciendo suficiente educación ambiental en materia de residuos?

Se necesita educación ambiental, pero nosotros pensamos que ésta tiene que ir acompasada con mecanismos más potentes, que hagan reflexionar al consumidor sobre cuáles son realmente los impactos de los residuos que se generan, y que le toque el bolsillo. Y la forma es a través de las tasas municipales, que éstas promocionen la recogida separada y los ciudadanos reciban recompensas o que paguen menos menos impuestos. Y que aquellos ciudadanos que siguen utilizando los contenedores de fracción resto sean penalizados. Es decir, que paguen lo que cuesta gestionar esos residuos, porque ahora mismo nos encontramos con que en la mayor parte de los ayuntamientos no alcanzan al coste total de lo que supone la gestión de esos residuos. Los ayuntamientos están tirando de otros cajones fiscales, de otros impuestos, para recomponer ese déficit en lo que suponen las tasas de recogida de residuos. Entonces, cuando los ciudadanos vean que les tocan el bolsillo, separarán los residuos. Mientras tanto, no. Es decir, si lo dejamos todo al voluntarismo, al buenismo, al supuesto aumento de la conciencia ecológica, que hay mucha, pero luego en la práctica muy poca, porque sólo hay un 20% de recogida separada, osea 1 de cada 5 ciudadanos no participa en la recogida separada. Siguen mezclando los residuos en sus hogares, arrojándolos a los contenedores grises o contgenedores de la fracción resto. Y esos residuos en su mayor parte acaban en vertedero, porque las plantas TMB tienen el rendimiento que tienen y hacen lo que pueden con los residuos mezclados que les llegan. Entonces, estamos en una situación muy negra. Y ante esto sólo cabe palo y zanahoria. Pero para eso se necesita una identificación. Ahora mismo no hay identificación de los usuarios. Los usuarios se van de rositas, paga lo mismo el que genera un kilo de residuos que el que genera 50, y eso tiene que cambiar. Tiene que haber sistemas de pago por generación y éstos están íntimamente ligados a la identificación de los usuarios.

En muchos sitios donde se ha implantado el compostaje comunitario, hay una rebaja del 20% en la tasa de residuos. Si la media está en 100 euros al año, un 20% son 20 auros. Si la gente ve que haciendo las cosas bien, paga 20 euros menos, la conciencia crece espectacularmente.

Dígame si es un leyenda urbana esa frase que a veces se escucha entre quienes no reciclan: «como después lo mezclan todo, para qué separar los residuos».

Es una leyenda urbana total. Sí que ha habido casos aislados en los que ciudadanos han filmado cómo un mismo camión está recogiendo el contenedor amarillo, el azul y el gris, y lo mezcla todo. Sí, sí, claro que sí ha pasado, pero son casos muy puntuales y poco significativos respecto a lo que se recoge.

Nosotros pensamos que esa leyenda urbana está alimentada precisamente por la vagancia y aquellos ciudadanos que no quieren hacer las recogidas separadas porque es molesto relativamente, tienes que tener un espacio, separar cada fracción de residuos y eso supone perder algo de tiempo evidentemente. Pero luego los resultados son los resultados. Si eso tiene al final un resultado económico, la gente va a mirar que eso le sale más barato.

Si no son capaces de separar la basura, ya no le digo hacer compostaje comunitario…

Pues participar, por ejemplo, en sistemas colectivos como puede ser el compostaje comunitario, que ya se realiza en el País Vasco, Navarra, Cataluña y en algunos puntos de la Comunidad Valenciana, supone, en muchos sitios donde se ha implantado, una rebaja del 20% en la tasa de residuos. Si tenemos en cuenta que la media está en 100 euros al año, un 20% son 20 euros. Si la gente ve que haciendo las cosas bien paga 20 euros menos, la conciencia ambiental crece espectacularmente.

Llevamos más de 20 o 25 años con campañas de ecoembes para que utilicemos el contenedor amarillo, y el fracaso es evidente.

Nosotros siempre decimos: ¿a que no son necesarias las campañas de concienciación para no aparcar un vehículo en un vado? No se hacen esas campañas en ningún sitio. ¿Por qué? Porque la gente sabe que si tú aparcas en un vado, pues te viene la grúa municipal, tienes que pagar el desplazamiento de la grúa, la multa, tienes que recoger el vehículo…osea, es un desaguisado tan grande que la gente no aparca en los vados. Pues aquí es lo mismo. El comportamiento ciudadano es idéntico en las diferentes áreas. Llevamos más de 20 o 25 años con campañas de Ecoembes para que utilicemos el contenedor amarillo, y el fracaso es evidente.

¿Se necesita otro tipo de políticas?

Entre 2020 y 2025 tendríamos que conseguir esas tasas de preparación para la reutilización y reciclaje del 55% y dudo mucho que podamos llegar. Ese es el objetivo que se tendrían que plantear todas las comunidades autónomas, ayuntamientos y administraciones, y mucho me temo que no vamos a llegar tampoco. Se necesitan políticas disruptivas que realmente cambien el panorama. Algunas comunidades autónomas sí han aprobado leyes de residuos valientes, como Navarra y Baleares, pero hay resistencias descomunales por la inercia del mismo sistema. El Estado ya hemos visto hasta dónde llega. La Ley de Residuos estatal ha llegado dónde ha llegado. Y el panorama es poco esperanzador.

¿Y qué lugar nos queda en Europa?

Del cero al diez estaríamos en tercer lugar, pero no llegamos a la media. Hay países que nos están avanzando, como Reino Unido que ha dejado de utilizar vertederos y ha cambiado el chip en muy pocos años. O Portugal que va a implantar el sistema de depósito, devolución y retorno de envases, y somos vecinos. Se están dando prisa e implantando políticas más ambiciosas que en el Estado español.

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
Advertisement
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído