viernes, 29marzo, 2024
11.3 C
Seville

“No creo en naciones”

La escritora catalana Andrea Rodés publica ‘Cuando se vaya la niebla’, una invitación a descubrir la verdadera identidad de cada individuo

- Publicidad -

análisis

- Publicidad -

La narradora y periodista publica la novela Cuando se vaya la niebla (Huso Editorial, 2019), una obra que invita a descubrir las muchas identidades que habitan en cada ser humano, pero también en cada país o continente. En entrevista exclusiva con Diario16, la escritora, entre otros temas, se pregunta: “¿Por qué la gente hace tanto caso a las tonterías que se dicen en Twitter? ¿Desde cuándo importa tanto lo que diga o piense el vecino?”

 

¿Cuál es la patria de la protagonista de su novela?

Para Naiara, patria es un concepto bastante nuevo. No se había planteado nunca la pregunta “¿de dónde soy?” hasta que emprende su viaje a Serbia y se rodea de varias personas que se toman el concepto de patria más en serio. Entonces se va dando cuenta de que para ella “patria” tiene mucho que ver con lo que echas de menos cuando no lo tienes. Para ella, la sensación de “sentirse en casa”, de tener raíces, tiene que ver con estar con sus padres, con ir a visitar a su abuela, o cuando ve los paisajes que la han acompañado a lo largo de su infancia y juventud, aunque sean feos: la playa del Maresme, el Cercanías de la Renfe, (¡la línea de tren más antigua de España!) que bordea la costa hasta llegar a Barcelona, cargándose el paisaje, pero marcando el día a día de todos los habitantes del Maresme; los barrios de clase trabajadora de Mataró, donde aún vive; la humedad pegajosa del verano catalán…

Creo que, para Naiara, patria no tiene nada que ver con sentir orgullo por un país o una cultura en la que has nacido, sino con una sensación de pertenencia a unas personas y unos espacios muy concretos, que, aunque sean feos, son los tuyos. En el sentido más clásico, para Naiara patria es su familia y los lugares que han marcado su infancia. Supongo que sí su familia se marchase a vivir con ella al extranjero, a Serbia, por ejemplo, Naiara sentiría que se ha llevado su patria con ella. Hace tiempo tuve un novio que me dijo “mi patria eres tú” (vivíamos en el extranjero) y se me quedó grabado. Puede sonar a cursi, pero comparto esta idea.

“Todas las culturas deberían forman parte de mi bandera personal”

 

¿Qué Cataluña descubre el personaje en su travesía?

La verdad es que hasta ese momento Naiara no daba muchas vueltas a lo que era Catalunya, más allá de ser el lugar donde nació, y donde la familia de sus padres emigró del sur para ganarse la vida y prosperar. Su familia, y ella, siempre se han sentido bien en esta Catalunya diversa e integradora. Pero en 2015 el auge del nacionalismo y las banderas por todas partes la pillan por sorpresa. No entiende por qué, de pronto, es tan importante celebrar el tricentenario del 1714, una fecha histórica que marca la derrota de una guerra de la que casi nadie de su generación se acuerda. Estudió la guerra de Sucesión en el colegio, de acuerdo, pero de pronto, descubre que todo está impregnado con el sello del 1714 y el Tricentenari (1715-2014), de pronto esa necesidad acelerada e impulsiva de independizarse de España, sí o sí… Ella no tiene ningún problema con la cultura catalana, le gusta hablar catalán, está integrada, se siente catalana, una más, a pesar de que sus padres sean inmigrantes … pero de pronto se siente alienada de su propia sociedad cuando empiezan a salir esteladas por todas partes, cuando ve que el 11 de setiembre (Diada de Catalunya) miles de personas salen a la calle disfrazados con camisetas de colores para hacer “V” gigantes u otro tipo de coreografías; que los padres pintan las cuatro barras en las mejillas de sus hijos pequeños para ir a las manifestaciones; cuando ve que se celebran “performances” en los pueblos con gente disfrazada de soldados austracistas… Se siente incómoda en medio de todo eso, y le parece un poco ridículo. Hasta las manifestaciones se convocaban a las 17h14. La verdad es que descubre una Catalunya – o más bien, una parte de la sociedad catalana – que no entiende.

 

Roberto Bolaño dijo que su patria era su biblioteca y sus hijos. ¿Cuál es la patria de Andrea Rodés?

No puedo decir lo mismo que Bolaño porque no tengo hijos, pero sí puedo decir que mi patria son mis padres, mis hermanos y mis abuelos, a los que ya he perdido, desafortunadamente. Especialmente mi abuelo materno, que murió dos meses después de que volviera de Serbia, con 98 años. Entrar en casa de mi abuelo, verlo ahí sentado en su butaca, escuchándome con los ojos brillantes mientras le contaba mis viajes, me hacia sentir que yo pertenecía a ese lugar. Que ahí estaban mis raíces. Con mi abuelo hablaba de todo, de política, de viajes, de libros, de historia, de música. Me enseñó a cuestionarlo todo. Era un hombre muy curioso, y creo que tener una actitud curiosa y cuestionarlo todo ayuda a mantener un espíritu joven hasta el final.

La protagonista “no entiende por qué, de pronto, es tan importante celebrar el tricentenario del 1714, una fecha histórica que marca la derrota de una guerra de la que casi nadie de su generación se acuerda”

De mi biblioteca –mis libros– no me atrevería a decir que son mi patria. A mí, escribir me ayuda a entender mejor el mundo, la realidad que me rodea; y también a comprender lo que me sucede a nivel personal. En cada libro suelo cabrear a alguien. Ya son varios los que han dejado de hablarme.

 

¿España es una nación de naciones?

No creo en naciones.

 

¿Piensa usted en alguna bandera en particular?

Sí, en la bandera blanca. Y en la de los Cazafantasmas. A veces también pienso en la europea, me identifico bastante, aunque luego pienso: “pero si me paso el día viendo pelis americanas y leyendo prensa americana, quizás también soy americana”. Y viví en China cuatro años, un país que me encantó… Todas esas culturas deberían forman parte de mi bandera personal.

 

¿Qué le aportó el periodismo para la realización de esta novela?

Como periodista, soy autodidacta. Estudié Administración y Dirección de Empresas e Historia del Arte, decidí ser periodista cuando empecé a salir con un chico que era corresponsal y me enamoré de lo que hacía: entrevistar a gente, escribir desde casa en pijama, contar lo que veía… Creo que el periodismo me ha ayudado a ser curiosa, a fijarme en detalles de la realidad que pasan desapercibidos, a contar un hecho desde varios puntos de vista… también a captar la atención del lector (aunque no sé si lo consigo), a no dar nada por seguro. A ir más allá de los estereotipos. También a escribir mejor. Una vez me dijeron: “si quieres escribir un buen artículo, tienes que conseguir que el lector no te abandone en el primer párrafo”. Así que yo siempre trato de imaginarme a un lector que no sabe nada, que parte de cero, tengo que explicárselo todo de forma clara e interesante para que no se me aburra. Me gusta el estilo claro y sencillo, frases cortas, pocos adjetivos. Soy muy fan de la prensa americana, creo que ellos dominan este tipo de comunicación. Cualquier persona, de cualquier nivel educativo, que hable inglés, puede entender un artículo del New York Times.

“En el conflicto catalán nadie parece interesado en poner soluciones, pero no podemos olvidar que el más fuerte tiene más responsabilidad y más recursos para encontrar soluciones”

 

¿Qué tendremos cuando se vaya la niebla?

Yo creo que el conflicto va para largo, se enquistará (al menos el catalán). Porque nadie parece interesado en poner soluciones. Pero no podemos olvidar que el más fuerte tiene más responsabilidad y más recursos para encontrar soluciones. También veo mucha niebla en las redes sociales. ¿Por qué la gente hace tanto caso a las tonterías que se dicen en Twitter? ¿Desde cuándo importa tanto lo que diga o piense el vecino?

- Publicidad -
- Publicidad -

Relacionadas

- Publicidad -
- Publicidad -

1 COMENTARIO

  1. Todo tiene su lado bueno y malo
    siendo intelectual es mas facil ser internacionalista o comprender ciertas cosas
    pero es impoprtante qe seamos autosuficientes y apoyar lo qe s eproduce cerca
    como hacen ls demas incluso descaradamente como ls franceses
    la globalizacion tbn esta bien salvo pqe es a beneficio exclusivo d las multinacionales
    pero hay qe evitarla en lo posible apoyando lo d cerca
    No s epuede dejar de ser internacinalista y no se puede dejar d ser nacionalista :
    lo dificl es el equilibrio

DEJA UNA RESPUESTA

Comentario
Introduce tu nombre

- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -
- Publicidad -

últimos artículos

- Publicidad -
- Publicidad -

lo + leído

- Publicidad -

lo + leído