Nissan Motor Co., Ltd. ha presentado el primer prototipo de vehículo impulsado por pilas de combustible de óxido sólido (SOFC, por sus siglas en inglés) que se alimenta con energía eléctrica proveniente de bio-etanol. El nuevo sistema cuenta con una «pila de combustible de bio-etanol» con un generador eléctrico SOFC que aprovecha la reacción del oxígeno con diversos combustibles, como el etanol y el gas natural, para generar electricidad de alto rendimiento.

El prototipo con pila de combustible de bio-etanol es un vehículo comercial ligero 100 % eléctrico con fuente de energía SOFC. La batería de 24 kWh utiliza 100 % etanol, lo que le otorga una autonomía de más de 600 km. Nissan continuará realizando pruebas con el prototipo en las carreteras de Brasil.

El Presidente y CEO de Nissan, Carlos Ghosn, ha declarado: «La pila de combustible de bio-etanol facilita el transporte ecológico y crea oportunidades para la producción energética local, a la vez que apoya la infraestructura actual. En el futuro, la pila de combustible de bio-etanol será todavía más fácil de usar. El agua mezclada con etanol es más fácil y más segura de usar que la mayoría del resto de combustibles. Dado que no es necesario crear nuevas infraestructuras, ofrece muchas posibilidades para impulsar el crecimiento del mercado».

CARACTERÍSTICAS

Vehículo de serie

e-NV200

Capacidad de la batería

24 kWh

Fuente de energía

Electricidad, etanol

Capacidad del depósito

30 l

Potencia de salida SOFC

5 kW

*Las   características del vehículo pueden cambiar, ya que se trata de un prototipo.

Nissan dio a conocer el proceso de investigación y desarrollo de la pila de combustible de bio-etanol el pasado mes de junio en Yokohama. El sistema de propulsión es limpio, extraordinariamente eficaz, de fácil alimentación y funciona al 100 % con etanol o el agua mezclada con etanol. Sus emisiones sin carbono son tan neutras como el aire ambiente, por lo que formarán parte del ciclo de carbono natural. Además, la pila de combustible de bioetanol proporciona la aceleración y la conducción silenciosa propias de un vehículo eléctrico, junto con bajos costes de mantenimiento, así como la autonomía de un vehículo a gasolina.

Los combustibles de bioetanol se producen principalmente con caña de azúcar y maíz, cosechas fáciles de conseguir en América del Norte y del Sur, cuyos países disponen de una infraestructura ampliamente desarrollada. Gracias a la disponibilidad del etanol y el reducido grado de combustión de la mezcla de etanol-agua, el sistema no depende excesivamente ni se ve restringido por la infraestructura actual de recarga y, por tanto, la introducción en el mercado resulta sencilla. Es posible que en el futuro los usuarios puedan ir a comprar el combustible en las tiendas de barrio.

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