Acostumbrados a perder la mayoría de las luchas impulsadas desde la profesión periodística, el hecho de ganar una de ellas adquiere un valor especial y nos debe animar a seguir exigiendo, a quien corresponda, lo que consideramos justo para el sector periodístico.
Desde hace años organizaciones como la Red de Colegios de Periodistas y FAPE vienen pidiendo a los diferentes Gobiernos la necesidad de que los periodistas contáramos con un epígrafe propio en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE). Hasta ahora compartimos espacio con artesanos y artistas, disciplinas que nada tienen que ver con nuestra labor diaria.
Son muchas las gestiones realizadas, en algunas de las cuales tuve la suerte de participar, como por ejemplo en la reunión con el anterior secretario de Estado de Comunicación, Miguel Angel Oliver, al que le expusimos diferentes demandas, una de las cuales era precisamente el contar con un epígrafe específico de periodistas en el IAE. Además, son incontables las cartas enviadas a los ministerios de Hacienda y Cultura con esta misma petición.
“NINGUNA ORGANIZACIÓN PROFESIONAL DEBE APROPIARSE EN EXCLUSIVA DE ESTA VICTORIA, COMO SE HA DEJADO ENTREVER”
No sé si por la insistencia del sector o por un momento de lucidez de algún responsable político, en el proyecto de presupuestos generales del Estado se incluye dicho epígrafe, dando así una respuesta satisfactoria a una demanda lógica y que corregirá el perjuicio ocasionado por la ausencia de éste a la hora de acceder a ayudas, concursos o licitaciones públicas. Este logro supone un avance en la dignificación de la profesión, la cual ha sido calificada por nuestros dirigentes como servicio esencial durante la pandemia.
Ninguna organización profesional debe apropiarse en exclusiva de esta victoria, como se ha dejado entrever, ya que ha sido gracias a todas las personas que durante años y desde sus puestos de responsabilidad no han cejado en el intento. Eso sí, tampoco caigamos en la autocomplacencia y nos olvidemos de seguir luchando por otros muchos objetivos básicos para la profesión, como por ejemplo la creación del Consejo General de Colegios de Periodistas que, según marca la ley, ya debería existir desde hace muchos años, pero por unos u otros motivos las fuerzas políticas sentadas en el Congreso de los Diputados no han sido capaces de cumplir lo que marca la legalidad vigente.
