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Naturgy, un capital humanizado en su decisión sobre las tarifas eléctricas

Las grandes empresas y las multinacionales pueden tener una proyección positiva hacia la sociedad desde el marketing, sin embargo, Naturgy ha dado un paso más al adoptar una medida que tiene efectos directos en la ciudadanía, sobre todo en las rentas más bajas, lo que demuestra que el capitalismo tiene la capacidad de ser humano y aportar beneficios globales renunciando a una mínima parte de los propios

Manuel Domínguez Moreno
Manuel Domínguez Moreno
Periodista, escritor, sociólogo, politólogo y perito en procesos de paz a nivel nacional e internacional
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análisis

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La posición de las compañías eléctricas siempre ha sembrado la discordia y el enfrentamiento. En parte, con razón. Sin embargo, la medida adoptada por Naturgy (antigua Gas Natural) de lanzar al mercado una tarifa plana de 60 euros MGW/h para paliar los efectos de la subida desmesurada e injusta del precio de la energía, es muy positiva y humana.

Desde hace varios años vengo defendiendo que la ética no está reñida con los beneficios, lo que sí lo está es la manera de obtenerlos. De igual modo, el mundo ha llegado a unos extremos en que las estructuras del capital se han impuesto sobre las humanas, algo que han permitido los gobiernos tanto de signo conservador como progresista cuando, en realidad, los gobernantes están obligados a defender al pueblo frente a las élites y, en consecuencia, deben anteponer, un paso siempre por delante, las estructuras humanas a las del capital.

En la actualidad, las grandes empresas, las multinacionales y las grandes fortunas han modelado un nuevo orden mundial en el que la defensa de los intereses de los poderosos, de los jinetes del apocalipsis del capitalismo, está generando unos niveles de desigualdad insostenibles y han logrado revertir las políticas del estado del bienestar nacidas tras la II Guerra Mundial hacia un capitalismo deshumanizado. Este nuevo orden, además, ha creado un mundo en el que el hombre antepone el tener al ser, lo que va en contra de la propia naturaleza humana.

Sin embargo, esas grandes compañías sí pueden revertir esa situación aplicando medidas que vayan en sintonía con las necesidades reales de la ciudadanía humanizando su capitalismo. No dejarán de ser lo que son, eso está claro, pero sí pueden aportar aspectos positivos globales sin necesidad de perder sus millonarios beneficios, ni salirse de la ética a la hora de conseguirlos.

Eso es lo que ha hecho Naturgy con la nueva medida que anunció ayer y que, evidentemente, provocará que su competencia vaya en el mismo sentido. Por tanto, la compañía eléctrica no sólo ha aportado un beneficio a la sociedad, sino que está obligando a quien aún no lo ha hecho, es decir, Endesa e Iberdrola, a seguir el mismo camino si no quieren verse obligados a perder una importante cuota de clientes, sobre todo del sector empresarial.

Incomparecencia gubernativa

Naturgy, por otro lado, ha dado una lección de efectividad al propio gobierno del PSOE quien ha dado muchas vueltas a la crisis del precio de la luz, pero no ha aportado ninguna solución. Nada de lo que se le planteaba, ni a derecha ni a izquierda, le servía, nada era posible. El compromiso ya lo había sellado el anterior asesor, Iván Redondo.

Según el Ejecutivo no se podían intervenir los precios ni el mercado mayorista. Tampoco se podía crear de la noche a la mañana una compañía energética pública o intervenir a las compañías eléctricas. La luz ha seguido subiendo, por los factores que sean, pero la responsabilidad de la inacción es gubernamental, por incomparecencia.

Todo ello ha sido posible, principalmente, por la falta de voluntad política de Presidencia y de su anterior jefe de Gabinete (procedente del PP) para derogar las reformas del Partido Popular que tanto daño han hecho a la ciudadanía. El actual presidente ha tenido tres años para dar un giro social tanto a las políticas energéticas como a las fiscales o laborales. Sin embargo, no ha hecho nada.

Igualmente ha tenido margen para legislar sobre el coste de la energía eléctrica sin contravenir a la Unión Europea. Así lo confirmó la Comisión en una respuesta dada al Partido Popular en el que se señalaba que los Estados miembros tienen herramientas para aplicar salvaguardas como, por ejemplo, la intervención de los gobiernos en la fijación de precios al suministro de electricidad, sobre todo a los colectivos más vulnerables.

Realidad vs Marketing

La ciudadanía ya no se engaña y no se cree el marketing ni las técnicas del entetanimiento con el que las grandes compañías, las multinacionales y las grandes fortunas pretenden mostrar una cara amable.

Las grandes compañías financieras no dudan en presentar un compromiso con el medio ambiente. No obstante, esas mismas entidades, unas más que otras, son las que están financiando con billones de euros a las compañías que más contaminan y, en algunos casos, como el Banco Santander, ampliando sus inversiones o sus líneas de financiación a los proyectos más destructivos para el planeta, tal y como se puede comprobar en los informes anuales de Reclaim Finance.

El mejor ejemplo de ello está en el caso de la extracción de petróleo a través de las arenas bituminosas, la más contaminante del planeta porque para extraerlo y refinarlo se necesita mucha más cantidad de energía que para el petróleo convencional.

Distintas organizaciones han llegado a afirmar que la única solución para que este tipo de extracciones no afecte al medio ambiente es no realizar este tipo de proyectos. Los reportajes en Groenlandia ya no cuelan como no coló el de la ejecutiva cántabra, por mucho que se empeñe el intrépido Calleja.

Esto es marketing, es humo, es todo una mentira, algo muy propio del capital deshumanizado que la señora de las montañas nevadas representa. Sin embargo, la humanización del capitalismo se demuestra a través de acciones como la de Naturgy. En un día en que el precio de la luz está por encima de los 140 euros por megavatio/hora (MGW/h), la compañía eléctrica ha planteado su tarifa plana de 60 euros MGW/h, es decir, una reducción del 43% respecto a los precios oficiales. Ese es el camino en el que se puede encontrar el beneficio con la ética.

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1 COMENTARIO

  1. No es muy ético hacerle publicidad de manera tan descarada a una multinacional que ÚNICAMENTE busca beneficio, aunque sea disimulándolo bajo extraños contratos que, seguramente, tendrán trampa.
    «Esto es marketing, es humo, es todo una mentira», sr. Domínguez

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