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Nadie se cree los motivos de Lastra para dimitir salvo los muy sanchistas

Santiago Aparicio
Santiago Aparicio
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Contador de realidades. Guitarrista de rock en mis tiempos libres. Y cazador de doxósofos.
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análisis

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Como dice el titular, salvo los muy sanchistas, nadie se cree los motivos que ha esgrimido Adriana Lastra para dimitir de su puesto de vicesecretaria general del PSOE. Que alguien dimita por un embarazo de riesgo, después de “meses” –como ha dicho la propia interesada-, de un cargo orgánico es incomprensible. Más cuando hace menos de un mes se estaba de campaña electoral por Andalucía. No se niega que deba guardar reposo y descanso, pero en la situación actual del PSOE no hacía falta que dimitiese… salvo que la fuesen a dimitir.

Hay una serie de hechos constatables, que son de conocimiento de todos los periodistas que siguen al PSOE o se sitúan en el entorno de, que no pueden ser eliminados sin más de la ecuación de la dimisión. Como la reunión mantenida con Pedro Sánchez, hace pocos días, donde le cantó las cuarenta por la situación del partido como tal. O el rechazo de buena parte de los secretarios generales a trabajar con ella y preferir tener como interlocutor para casi todo a Santos Cerdán o al propio presidente del gobierno. Personaje éste al que intentarán cargar el muerto de las peleas internas los batallones lastristas, pero que ha sido el único en intentar cierta paz social.

La realidad es que el estrés que puede causarle a Lastra el ser vicesecretaria general del PSOE en los próximos seis o siete meses es cero. No hay elecciones generales a la vista. No hay congresos regionales. No hay elecciones locales o autonómicas (en las que no le dejarían intervenir seguramente). Por no haber no hay ni cursos de verano, ni nada que requiera de su experiencia para la formación de cargos. No hay movimiento de ningún tipo en el PSOE, salvo los que ella misma ha venido provocando. Dicho en argot, se ha dedicado a tocar “los cojones o los ovarios” a unos cuantos (altos) cargos y le han indicado la puerta de salida.

Todo esto lo saben los periodistas y los compañeros y compañeras de partido que salieron ayer a desearle lo mejor (peloteando)… Los que no salieron por algo sería. Hasta en algún medio de derechas le hicieron un panegírico por cargar contra Sánchez. Lastra siempre se movió por el propio interés, de ahí que se abstuviese en la votación que permitió a M. Rajoy seguir de presidente del Gobierno. Sí porque no tuvo la valentía de votar “no”. Tampoco se conoce tanto que tuvo secuestrada la corriente de Izquierda Socialista para su uso y disfrute, hasta que Cerdán y algunos barones pidieron arreglar el problema. Intentó montar una organización dentro de la organización, imitando al antiguo guerrismo, y le ha salido mal porque carece de la competencia necesaria. Por eso le han indicado la puerta de salida.

Porque, utilizando la razón, si necesita descansa y quitarse estrés (lo que es habitual en embarazos de riesgo) ¿por qué no ha dimito de sus cargos en el Congreso de los Diputados? O más aún ¿por qué no ha dejado su cargo de diputada? Ser presidenta de la comisión del estatuto del diputado no es que genere mucho trabajo (sí buenos ingresos) como tampoco ser vocal de la comisión del reglamento. Pero ser vocal de la Diputación permanente sí, más justo ahora que con las vacaciones son los garantes del parlamento. Con la gran cantidad de incendios que existen y una guerra en marcha no se puede decir que no sean convocados. De hecho el trabajo parlamentario, por pequeño que sea, va a ser mayor que el de la vicesecretaría general.

En un partido como el PSOE actual que está en estado vegetativo, por acción de Lastra entre otras personas, tomarse unos meses de descanso no es problema. Salvo que el problema sea ella misma, claro. Algo evidente para cualquiera menos para los creyentes en la inmaculada acción de la ejecutiva federal. Podría haber permanecido en su cargo perfectamente los meses próximos. De hecho, como bien han dicho personas de todo el espectro político, no hacerlo da mala imagen. Ha intentado irse como una especie de heroína del socialismo antes de que la cesara Sánchez y se ratificase en un Comité Federal. Porque en el Comité igual tenía que escuchar críticas a su gestión y ahora recibe el peloteo de sus compañeros. Si realmente sólo fuese por el embarazo habría dejado todos los cargos, pero no lo es y así gana tiempo para buscar trabajo. Un año tiene.

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