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¿Nadie en el PP siente vergüenza de sus dirigentes?

Santiago Aparicio
Santiago Aparicio
Doctor en Ciencias Políticas y Sociología. Contador de realidades. Guitarrista de rock en mis tiempos libres. Y cazador de doxósofos.
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análisis

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La militancia de un partido, más en procesos como las primarias que alientan el voto irracional, puede tener la culpa de elegir un mal militante como máximo responsable del partido. Hasta ahí llega su responsabilidad, especialmente dentro de partidos políticos donde los mecanismos de control democrático son… inexistentes. Sí, existen Comités Nacionales o Federales pero, por reglas o por personalidad, suelen acabar siendo reuniones de palmeros y buscacargos más que centros de control y crítica. La crítica de Cayetana Álvarez de Toledo es buen reflejo de lo que sucede y la multa que le han puesto también.

En esta época la mediocridad profesional y política ha aumentado con respecto a tiempos pretéritos. La causa principal es que ahora están al mando aquellos y aquellas que han venido mamando de la teta del partido desde las Nuevas Generaciones o las juventudes diversas. Acaba medrando mejor el que más tiene que perder en la sociedad civil o el que tiene menos capacidad para encontrar un trabajo. Miren cuadros y dirigentes de todos los partidos y encontraran a puñados estos perfiles. Ahora bien, lo que es reprochable es no sentir vergüenza por las actitudes de las dirigencias de los partidos. Y eso sucede, con especial énfasis, en el PP.

A más impuestos, más contagios

Que un presidente del PP, que aspira con firmeza a la presidencia del Gobierno, se exprese en términos estúpidos, con ideas estúpidas y con la pretensión de tomar por estúpidos a los demás, debería provocar sonrojo entre la militancia. El sinsorgo e inculto Pablo Casado buscó colar una correlación entre la carga de impuestos y el mayor número de contagios por coronavirus. No aportó el estudio de esa correlación, entre otras cuestiones porque no existe, en una tontería que se le ha ocurrido a él, ni aportó los datos por inventados que fuese. Por no haber no hay ni una relación entre ambas categorías. Y en el PP nadie se inmuta y hasta son capaces de aplaudirle.

Tiene en su cabeza que la retórica de la bajada de impuestos es un tema que capta voto y sigue la linde hasta más allá del final. Claro que habiendo pelagatos con ínfulas intelectuales que escriben libros sobre la magnífica calidad de la sanidad madrileña conseguida con bajada de impuestos a los más ricos, normal que Casado diga lo que dice. Cierto es que la política actual está reñida con los datos y con la propia realidad, mientras unos hablan de la Guerra Civil, otros hablan de ETA. Luego se quejarán de que las personas estén cabreadas con el buen puñado de mastuerzos que hay en política.

García-Egea, un doctor con poco mundo

Tampoco hay que perder de vista a Teodoro García-Egea. Una persona que ha obtenido un doctorado científico y que demuestra que se pueden saber muchas matemáticas y nada más. Al fin y al cabo un doctor no es más que una persona que sabe muchísimo de una parte infinitesimal del conocimiento global. Vamos que al señor García-Egea le falta cultura y un poco de carácter democrático. Las caras de la militancia andaluza en Granada mientras hablaba el campeón de las aceitunas era para grabarla. Les hablaba de cosas mágicas y con la demagogia propia de los discursos congresuales (ahí sí que aplaudían).

Aunque caiga mal, tiene muchísima razón Isabel Díaz Ayuso al exigir libertad de acción al PP de Madrid. Que ella se pueda presentar, y quien más quiera, y el cónclave se celebre cuanto antes después de años de carecer de ejecutiva madrileña, es el mínimo dentro de un partido que está obligado constitucionalmente a ser democrático. Que García-Egea saca el carnet de demócrata constitucionalista cuando le interesa. Y que intente decirle al Bonilla como organizar su casa tiene guasa. Un tipo que no ha ganado más que a las aceitunas exigiendo a quienes ganan en las urnas y gobiernan.

Las encuestas encargadas acabarán estallando

Ese prietas las filas tiene sentido cuando las encuestas son claras y diáfanas. Cuando es mejor no moverse porque hay elecciones cerca y se pueden ganar con claridad. Y esto no es así. Ya se contó que las encuestadoras estaban fallando bastante con Vox (Electomanía y otros sí han expuesto ese aumento de voto ahora) y con el voto al PSOE. En una lógica donde no hay elecciones a la vista las personas no suelen diferenciar de su presidente o presidenta regional y de los dirigentes nacionales. Más cuando la encuesta es telefónica, algo molesto y que genera cansancio… si se quiere hacer bien. Y las encuestas regionales suelen decir cosas distintas a las nacionales.

Este intento de generar un estado de opinión, patrocinado por quienes encargan las encuestas (los medios de comunicación, principalmente de la derecha), que también afecta al intento de encumbramiento por la izquierda de Yolanda Díaz y el invento de la España periférica, acaba como los descorches del champán. El golpe emocional que pueden sufrir los militantes será terrible y ahí vendrán las quejas tipo “si es que a este inútil le teníamos que haber quitado antes”.

A día de hoy, nadie garantiza que el PP vaya a gobernar y/o ganar, entonces ¿por qué tiene la militancia que aguantar a un personaje que hace el tonto por encima de las posibilidades de cualquier persona normal? ¿No sienten vergüenza ajena? Y ¿los medios de comunicación de derechas no sienten que están estafando a la ciudadanía? Que no es por una cuestión ideológica en sí sino porque dejar en manos de un incompetente España es peligroso, que no es la primera vez que pasa. La democracia española merece algo más que este hombre y su equipo de aduladores y lameculos. Y la prensa debería aprender del pasado, cuando algunos directores perdieron sus trabajos con gobiernos del PP…

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1 COMENTARIO

  1. … Acaba medrando mejor el que más tiene que perder en la sociedad civil o el que tiene menos capacidad para encontrar un trabajo. Exacto, dio en el clavo. Se suele dar ese»tipo» de gente en ese tipo de partido o partidos. Si miramos la belicosidad de ciertos congresistas de extrema derecha, veremos su temor a perder el sillón. Ella acusación que hacían a Pablo Iglesias. Por envidia, o por sentimiento de inferioridad. No hay comparación de un líder intelectual como Pablo Iglesias con un, lanza huesos de aceituna o con el bocazas falsario de pruebas y documentos. ¿Se imaginan al casado sin el sillón? Ahora piensen en los discursos y comportamiento de la Sra. Gamarra. Debe tener mucho escozor en el culo.

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