La promesa de 300 millones de empleos globales en el cuidado como característica clave de la recuperación de la pandemia se ha convertido en una tentación para los grandes inversores que buscan nuevas oportunidades de ganancias, especialmente si se comprometen más fondos públicos.
Los segmentos tradicionales del sector del cuidado que han recibido inversiones privadas masivas, como atención médica, residencias de ancianos y atención a largo plazo, afirman que se necesitan finanzas democratizadas para construir una economía del cuidado que asegure la alineación de los derechos de las mujeres, los derechos de los trabajadores y los derechos de los beneficiarios de los cuidados.
Para generar 300 millones de empleos para 2035, se requerirá una inversión anual del 3,2% del PIB mundial. Más de las tres cuartas partes de los nuevos empleos beneficiarán a las mujeres, y más del 80% de estos nuevos empleos serán trabajos formales, según se señaló en un informe de la OIT.
Las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres quieren un mayor gasto público en cuidados para redistribuir las responsabilidades entre las familias o los hogares y los cuidados proporcionados por los organismos gubernamentales.
Mientras tanto, las brechas de atención se han llenado mediante la organización de servicios de un espectro de cuidadores que abarca trabajadores domésticos, organizaciones sin ánimo de lucro o voluntarios, y proveedores corporativos e, incluso, multinacionales.
Si las inversiones públicas funcionan, se puede esperar una tendencia hacia la consolidación en el sector, haciéndolo aún más atractivo para los inversores privados.
Cada vez más privatizado
El gasto público atrae la inversión privada, como lo ha demostrado la atención médica y los cuidados a largo plazo. Sin embargo, otras políticas también atraen la inversión del sector privado en la atención, como las prácticas de gestión del sector público centradas en la eficiencia y la productividad, reglas de propiedad extranjera más liberales y una mayor apertura de las políticas de contratación a contratistas extranjeros.
La flexibilización del mercado laboral es un ingrediente esencial, como lo demuestra el sector de hogares de cuidado a largo plazo en Columbia Británica en Canadá, donde se han eliminado las protecciones de negociación y contratación sectorial para los trabajadores del sector de los cuidados.
Las inversiones de capital privado en el cuidado de la salud, en particular, suscitan serias preocupaciones. Entre 2010 y 2019, dicha inversión en el sector de la atención de la salud aumentó de 41.500 millones a 119.900 millones en los Estados Unidos, con nuevas inversiones centradas en la atención de la salud en el hogar y la atención ambulatoria.
Las instituciones financieras multilaterales, como la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Grupo CDC, se han asociado con inversores de capital privado en el cuidado de la salud para apoyar los objetivos de desarrollo sostenible.
En África, la IFC lanzó el Africa Health Care Fund, cuyo primer cierre recaudó 57 millones de dólares para apoyar a las pequeñas y medianas empresas en clínicas de salud y centros de diagnóstico.
Se estima que el 20% de los proyectos de infraestructura global en el cuidado de la salud se encuentran en países en desarrollo. Las asociaciones público-privadas son una opción de financiación frecuente para la prestación de atención médica, combinando componentes de diseño, construcción, financiación, mantenimiento, operación y administración.
Lesoto y Perú ya tienen proyectos complejos en ejecución que combinan infraestructura con servicios clínicos y no clínicos. Otros países de América Latina están planificando u operando APP en el cuidado de la salud y muchos otros países están buscando unirse al club.
Las empresas de capital de riesgo que persiguen altos rendimientos de las innovaciones tecnológicas están interesadas en la telesalud y la telemedicina. Uno de los principales participantes del mercado, Amazon Care, en los Estados Unidos en febrero de 2022 y se asoció en 2019 con el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido para proporcionar información sobre atención médica.
Resultados poco saludables
Los inversores de capital privado en el cuidado de la salud están ganando notoriedad, ya que sus motivos de beneficios entran en conflicto con los resultados de bienestar para los beneficiarios de la atención en sus instituciones.
Los estudios de casos específicos muestran preocupaciones sobre la calidad de la atención y los estándares éticos en los establecimientos de salud propiedad de inversores de capital privado debido al pronunciado enfoque en los ingresos.
Los informes que comparan instalaciones con fines de lucro y sin fines de lucro encuentran proporciones de personal más bajas en el personal anterior o altamente cualificado reemplazado por equipos menos cualificados, todo con miras a reducir los costos de personal.
Un estudio realizado entre 2000 y 2017 utilizando datos sobre hogares de ancianos combinado con datos a nivel de pacientes en los Estados Unidos encontró que «ir a un centro propiedad de PE [private equity] aumenta la mortalidad a los 90 días en aproximadamente un 10 por ciento para los pacientes de Medicare con estancias cortas, mientras que el gasto de los contribuyentes durante los 90 días aumenta en un 11 por ciento».
El mismo estudio encontró una mayor probabilidad de que los pacientes en instalaciones de capital privado estuvieran tomando medicamentos antipsicóticos, experimentaran movilidad reducida y reportaran un dolor más intenso.
