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Muere el papa Benedicto XVI, guardián de la doctrina de la fe

Joseph Ratzinger fue el primer Pontífice de la era moderna en renunciar a su cargo

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La noticia fue comunicada a los miles de feligreses que se encontraban reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano. El anuncio, aunque esperado, provocó un gran pesar entre los presentes.

El Papa, de 95 años, falleció a las 21:37 en su apartamento privado, una hora y media después de que se comenzara una celebración de la Santa Misa de la Divina Misericordia en la habitación del Santo Padre. La misa fue presidida por el subsecretario personal Stanislaw Dziwisz y con la participación del cardenal Marian Jaworski, de monseñor Stanislaw Rylko y de su segundo secretario Mieczyslaw Mokrzycki.

Durante el oficio se administró a Benedicto XVI el Santo Viático y de nuevo la Unción de los Enfermos, que ya había recibido el jueves por la tarde. «Las últimas horas del Papa han estado caracterizadas por la oración sin interrupción de todos los que le asistían en el tránsito y por la coral participación de la oración de miles de fieles que se han acercado a la Plaza», añade la nota del portavoz.

El círculo cercano al Papa

En el momento de la muerte se encontraban junto a Benedicto XVI sus dos secretarios, Stanislaw Dziwisz y Mieczyslaw Mokrzycki; el cardenal Marian Jaworski; el arzobispo Stanislaw Rylk; el padre Tadeusz Styczen; las tres monjas polacas de la congregación «Ancelle del Sacro Cuore di Gesù», que prestan servicios en el apartamento guiadas por la madre superiora Tobiana Sobdka; el médico personal del Papa, Renato Buzzonetti; y los dos médicos de guardia, Alessandro Barelli y Ciro D’Allo, así como los dos enfermeros.

Poco antes de morir, Benedicto XVI bendijo con la mano a los fieles que rezaban por él en la plaza de San Pedro. Tras la finalización del rosario, aún sacó fuerzas para decir «amén».

Luces y sombras de Ratzinger

Ratzinger llevó las riendas de la Congregación para la Doctrina de la Fe, lo que le hizo ganarse críticas de «duro» y «conservador» entre los sectores más progresistas de la Iglesia. Fue polémico su enfrentamiento con su amigo y rival, el teólogo Hans Küng, lo cual incrementó su fama de intransigente, acusación que el propio Küng no comparte.

Benedicto XVI pasará a la historia como el primer Papa en constatar el grave problema de la pederastia en la Iglesia católica. Si bien es verdad que tomó medidas para iniciar las primeras investigaciones en algunas diócesis marcadas por múltiples casos de pedofilia, también se situó en el centro de la polémica ante las críticas de sus detractores que lo acusaron de ser tibio o de no actuar con la contundencia debida con los sacerdotes implicados en los abusos. Así, un informe sobre los presuntos abusos sexuales en la archidiócesis alemana de Múnich atribuye al entonces arzobispo Joseph Ratzinger no haber actuado al menos en cuatro casos conocidos ocurridos bajo su jerarquía. El documento, encargado por la archidiócesis a un equipo de abogados, fue rebatido «contundentemente» por el papa fallecido.

Ratzinger nació en Marktl am Inn, Baviera, el 16 de abril de 1927. A los 16 años, fue llamado a filas, como tantos jóvenes de las Juventudes hitlerianas que al final de la guerra fueron militarizados, y fue destinado a la protección de la fábrica de BMW en Traunstein, en las afueras de Múnich. Ratzinger desertó en los últimos días de la guerra, pero fue hecho prisionero por soldados aliados en un campo cerca de Ulm en 1945. Desde 1946 hasta 1951 estudió Teología católica y Filosofía en la Academia Filosófica y Teológica Frisinga. El 29 de junio de 1951 recibió junto con su hermano Georg el sacramento del orden sacerdotal en la catedral de la citada ciudad. El 24 de marzo de 1977 Ratzinger fue consagrado arzobispo de Múnich.

Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

Benedicto XVI dedicó amplios estudios teológicos a lo que él consideraba una deriva caótica del catolicismo tras el Concilio Vaticano II, de esta manera se posicionó entre los sectores más conservadores de la cúpula católica. Incluso planteó la batalla ideológica a los obispos más próximos a la Teología de la Liberación, un movimiento de base católica para la emancipación de los pueblos oprimidos de Sudamérica. Para Ratzinger, el cristiano occidental vive hoy en una era neopagana, marcada por la idolatría del dinero, el prestigio, el placer y el poder. Por ello la persona está cada vez más aislada y desorientada y la sociedad desprovista de valores humanos consistentes. Ante eso, el cristiano ha de ser el que transmita la liberación del que vive del perdón y la promesa de la Vida Eterna para todos los hombres. El 25 de noviembre de 1981, Juan Pablo II lo nombró prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, un órgano colegiado de la Santa Sede cuya función es custodiar la correcta doctrina católica en la Iglesia y que se considera sucesora de la antigua Santa Inquisición.

El 11 de febrero de 2013 el papa Benedicto anunció su renuncia al cargo, alegando «falta de fuerzas».

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