Sandra García, delegada del Gobierno en Andalucía, ha sido contundente al acusar, en una entrevista concedida a Europa Press, al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, de confundir el sistema de financiación de las comunidades autónomas, que se decide en base a criterios demográficos, con el reparto de los fondos extraordinarios procedentes de Europa y que está poniendo en marcha el Ejecutivo central.

«La Junta no pueden confundir a la ciudadanía, tiene que ser consecuente y reconocer que el Gobierno de España ha aprobado un fondo Covid de 36.000 millones de euros de los que serán para Andalucía unos 2.100 millones basándose en un criterio objetivo: los afectados por Covid, los diagnosticados por PCR y la población. No se trata de un reparto como el de la financiación autonómica», ha afirmado García.

La realidad es que la crítica realizada por Sandra García es aplicable, no sólo a Andalucía, sino a toda la estrategia de Pablo Casado que aprovecha cualquier resquicio para intentar manipular a la población y ponerla en contra del Gobierno. Más o menos, es un plagio de baja intensidad a lo que hace Vox. Es decir, retorcer la realidad para poner en contra del Ejecutivo a la ciudadanía. Cualquier excusa es buena.

Sin embargo, en el caso de los fondos europeos, tanto Moreno Bonilla como otros dirigentes populares deberían tener en cuenta que su propio partido votó a favor del mismo en el Congreso de los Diputados y, por lo tanto, pecan de la incoherencia política de quien no dispone de argumentos para hacer oposición y recurre a la manipulación y el populismo, es decir, el mismo sistema de la extrema derecha.

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