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Moreno Bonilla apuesta por la caza al pirómano en vez de por la prevención de los montes

El presidente andaluz elude la inacción de la Junta en medidas preventivas y desvía la atención reabriendo el debate del endurecimiento de las condenas a pirómanos, de hasta 20 años de prisión en la actualidad

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análisis

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El presidente andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, ha tenido muy claro desde el primer momento dónde poner el foco de atención en el devastador incendio de Sierra Bermeja, en Málaga, con más de 10.000 hectáreas de bosque devoradas por las llamas en un perímetro de 90 kilómetros: en la intencionalidad del mismo y en la búsqueda y captura de su autor o autores. Siempre muy lejos de la política medioambiental que lleva a cabo actualmente la Junta de Andalucía con sus campos y bosques. El Gobierno andaluz sólo ha asignado el 0,8% de las ayudas previstas para prevención de incendios forestales, ya que una maraña administrativa de la Junta ha provocado que el 99% de los 14,5 millones presupuestados sean devueltos a la Unión Europea por no haber sido aprobados para planes de limpieza de los bosques.

“Tan solo el 7,11% de los incendios tiene detrás una persona que sufre de esta patología”, recuerda Greenpeace al presidente andaluz

Y para desviar aún más la atención del verdadero tema central que ha originado este voraz incendio de sexta generación, que no es otro que el lamentable estado actual de los montes y la prácticamente nula política de prevención por parte de las administraciones, Moreno Bonilla ha intentado incluso reabrir el debate para un posible endurecimiento del Código Penal para los pirómanos. La asociación ecologista Greenpeace ha recordado al presidente andaluz que actualmente la ley contempla penas de hasta 20 años de prisión para aquellas personas que prendan fuego intencionadamente a los bosques en España, además del pago de los daños y perjuicios causados. “Por tanto, el debate y demandas deben centrarse en dotar a las fiscalías de medios suficientes y medios en terreno para realizar todas las investigaciones pertinentes y evitar que los casos acaben siendo sobreseídos por falta de pruebas y que los culpables, por tanto, queden en libertad”, subraya Mónica Parrilla, ingeniera técnica forestal y portavoz de Incendios de Greenpeace.

Moreno Bonilla ataca con tópicos

“Tras una ola incendiaria a veces aparecen una serie detópicos que confunden y distorsionan un tema tan complejo como los incendios forestales y que alejan de los mensajes y debates importantes. Esto ha mejorado mucho. Pero ahora, sorprendentemente, todo un presidente de la Junta de Andalucía, con una gran responsabilidad, hace unas declaraciones sin fundamento, sin conocimiento en la materia, demostrando una gran irresponsabilidad y falta de interés en los incendios forestales que, como vemos, son de una prioridad altísima, porque suponen una emergencia social y ambiental que hasta se cobra vidas”, señala la portavoz de incendios de Greenpeace.

Los 21 Grandes Incendios Forestales de este año representan solo el 0,28% de los totales y en ellos se han quemado 41.206 hectáreas, el 44% de la superficie arrasada

La dirigente conservacionista desmonta con datos concretos la nueva cruzada iniciada por el presidente de Andalucía en pos de incrementar las penas para los pirómanos. “La piromanía es una patología, un trastorno de conducta. Tan solo el 7,11% de los incendios tiene detrás una persona que sufre de esta patología”, recalca la dirigente de Greenpeace. 

Desde esta asociación conservacionista se apuntan nuevos datos reveladores sobre grandes incendios forestales: en los 21 Grandes Incendios Forestales (GIF) de este año, que representan tan solo el 0,28% de los totales, se han quemado 41.206 hectáreas, el 44% de la superficie que ha ardido. “Es aquí cuando se habla de incendios que escapan a la capacidad de extinción. Son incendios de una voracidad inmensa, con gran acumulación de energía que devoran a su paso y cuya extinción no depende de más aviones, sino de soluciones más complejas”, señala la experta en incendios.

Humareda provocada por el devastador incendio en la Sierra Bermeja malagueña. Foto: Junta de Andalucía.

El alcalde de uno de los municipios de la zona afectada en el incendio de la Sierra Bermeja malagueña, Miguel Ángel Herrera, regidor socialista de Genalguacil, ha acusado a los responsables de la Junta andaluza de haber actuado “tarde y mal” y ha denunciado que “ni siquiera las cunetas de las carreteras están limpias”. “Llevamos un retraso de más de 30 años con la gestión del monte público”, concluye el alcalde.

En esta política de prevención de los montes y bosques incide la especialista de Greenpeace: “Para prevenir y minimizar el impacto de las llamas es fundamental la gestión de nuestro paisaje, recuperar el paisaje en mosaico agroforestal tradicional de forma sostenible, mejor adaptado, con menos carga de combustible, así como recuperar zonas degradadas y desertificadas”, explica Parrilla, quien considera “vital” para mantener ese nuevo paisaje “la dinamización y reactivación de la economía rural que contribuya a generar estos territorios resilientes ante incendios de alta intensidad. Hay que promover la gestión forestal preventiva y recuperar aquellas actividades que previenen su propagación y que, además, son esenciales para la sociedad”.

La responsable de incendios de Greenpeace explica que cuatro millones de hectáreas de cultivos abandonados se han convertido en “masa forestal. “Pero, lejos de ser lo que entendemos como bosque, son masas forestales degradadas que además sufren más olas de calor, más sequías prolongadas. A ese aumento de superficie arbolada, se une el cambio climático. El cambio climático no explica el origen de los incendios, pero sí el estado vulnerable de nuestros bosques y el agravamiento en su evolución, la velocidad de propagación, y su dificultad de extinción”, explica la experta medioambiental. “El agravamiento de olas de calor y sequías hace que la humedad del suelo y la vegetación disminuya, siendo menos resistente al fuego. Por lo tanto, el cambio climático es una parte determinante en el aumento de los índices de riesgo de incendios forestales”, concluye.

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1 COMENTARIO

  1. Si me mandan realizar un retrato robot que defina el posible perfil de un presunto incendiario, no pierdo mi tiempo ni se lo hago perder a nadie. Descargo la foto del presidente de la Junta de Andalucía y la del de la Xunta de Galicia y les abro dos líneas de investigación con la mitad del trabajo hecho.

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